En 2013 nació una nueva estrella del motociclismo. Marc Márquez aterrizó ese año en la categoría reina después de arrasar los cursos anterior en las cilindradas inferiores. Con solo 20 años, se presentó ante los gigantes de este deporte como Rossi, Lorenzo o Pedrosa con dos títulos mundiales: uno de 125cc y otro de Moto2 (aunque no fueron dos por una lesión en el ojo en 2011). 

En su primera temporada a lomos de la Honda ocupó el lugar que había dejado Casey Stoner tras su prematura retirada, debía ser de aprendizaje. Pedrosa tenía que tomar las riendas como número uno de equipo y pelear por el campeonato. Pero ya desde la primera carrera, el 93 dejó patente que solo conjugaba el verbo ganar. Bajo los focos de Losail sumó su primer podio en MotoGP. Nada mal para todo un debutante.

Llegó Austin y los focos se centraron en el dúo del Repsol Honda. Era un circuito nuevo y ambos se mostraron implacables durante unos test de pretemporada realizados en suelo americano. Se esperaba un duelo a muerte entre los dos compañeros de equipo. Y los pronósticos no fallaron. Márquez sumó su primera pole y Pedrosa arrancó justo a su lado. Lorenzo era tercero y en carrera solo pudo descontar vueltas para sumar su podio número 100 en el Mundial después de acabar detrás de las dos Honda.

Tanto Márquez como Pedrosa mostraron un ritmo superior al resto desde la salida. El 26 comandó la prueba con el 93 siempre a su rueda. Márquez era novato y no tenía ninguna experiencia liderando carreras en la categoría reina. Dejó que Pedrosa llevara todo el peso de la prueba hasta pasado el ecuador. A nueve giros del final asestó un golpe casi definitivo. Se colocó líder y empujó con todas sus fuerzas. Pedrosa parecía seguirlo sin problemas. Cuando se esperaba un duelo entre ambos, el 26 cometió un error en una frenada, perdió un segundo y cualquier opción de ganar la carrera.

Marc Márquez cruzó la línea de meta en primera posición. Sumó su primera victoria en el campeonato con solo 20 años y 63 días y se convirtió en el piloto más joven de la historia en ganar una carrera en MotoGP, desbancando a Freddie Spencer. Lo que ocurrió aquella tarde en Austin era solo el principio de la que llegaría posteriormente. El catalán logró el título ese año y al siguiente y desde entonces suma, nada más y nada menos, 25 victorias, 41 podios, 31 poles y 31 vueltas rápidas. En Austin puso los cimientos de una leyenda de MotoGP.

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David García Martín
Los buenos siempre ganan