Un día más en la oficina de Jorge Lorenzo

Cuando Jorge Lorenzo empieza el fin de semana dominando, suele acabarlo de la misma manera. Así sucedió en numerosas ocasiones la pasada temporada, y así sucedió, sin ir más lejos, hace dos carreras, en Le Mans. El balear se mueve como pez en el agua en Barcelona, uno de los circuitos más 'pro-Yamaha' de toda la temporada, con curvas rápidas que hacen las delicias del fino estilo de pilotaje del cinco veces campeón del mundo de motociclismo.

Tras dedicarse toda la jornada a poner la moto a punto, en un clásico viernes del mallorquín, Lorenzo soltó el zarpazo a pocos minutos de final para arrebatarle el mejor crono al que precisamente será su sustituto en Yamaha, Viñales. El 99 se fue al garaje con los deberes hechos, bajando al 1:41, algo nada fácil de lograr en una primera jornada de entrenamientos, y con la sensación de tener el mejor 'package' en la moto y el mejor ritmo en la pista.

Viñales mira al podio... o algo más

Viñales fue el otro protagonista del día. Con su futuro resuelto, la gran pregunta que se le hace a Maverick es: ¿cuándo llegará la primera victoria? Pues bien, Montmeló es, quizás, la opción más clara de lo que queda de temporada. Y así lo está demostrando el de Roses, con el segundo mejor crono global de la jornada tras ser primero por la mañana. Y es que la Suzuki es una especie de Yamaha con algo menos de caballos de potencia. El excelente paso por curva de la marca de Hammamatsu hace mella en este trazado.

Algo atrás se quedó Valentino Rossi, a medio segundo de su compañero de equipo. No es la primera vez que le pasa esto un viernes de Gran Premio, pero es llamativo por las sensaciones que dejaron el FP1 y la primera parte del FP2. Fue de los pocos que no mejoraron en el último 'run' de la segunda sesión y eso fue lo que le hizo irse atrás en la clasificación. El ritmo lo tiene, algo más lento que el de Lorenzo, pero necesita estar en primera fila si quiere ganar.

Honda vuelve a sufrir

El consuelo para Valentino es que peor, mucho peor, están en Honda. Los de la marca del ala dorada parecen haber solucionado, al menos por hoy, sus carencias en velocidades punta (Márquez y Pedrosa estuvieron siempre entre los cinco mejores), pero la estabilidad de la moto deja mucho que desear. El campeón de 2013 y 2014 tuvo varios sustos que salvó con el codo y con el hombro, y apenas tuvo continuidad durante la jornada. Finalmente, noveno puesto para el piloto de Cervera.

Pedrosa tuvo un mejor resultado pero no cambiaron las sensaciones que dejó. No hubo continuidad en su ritmo y no se le vio a gusto con la moto. Acabó cuarto, a medio segundo del crono de Lorenzo y sin ser la mejor Honda, puesto que un sorprendente Cal Crutchlow se coló en la tercera posición con un crono en la parte final del FP2. Parece una mera anécdota la actuación del piloto británico, habituado a los altibajos dentro de un mismo GP.

La que parece que es la cuarta marca en este trazado es Ducati. En dos semanas, han pasado de estar para ganar en Mugello a verse obligados a sufrir para entrar en la Q2. Iannone, octavo, y Dovizioso, décimo, estuvieron lejos de lo que se les puede exigir a pilotos de este equipo. De hecho, hubo pilotos satélite de la marca italiana, como Redding, quinto, o Barberá, séptimo, que estuvieron delante de los italianos. Y es que si hay algo que caracteriza a Ducati es la igualdad entre motos oficiales y satélites. Hoy, una nueva muestra de ello.