El vigente campeón de la categoría reina, Jorge Lorenzo, está dispuesto a olvidar el cero marcado hace dos semanas en el circuit Barcelona-Catalunya, en un fin de semana negro para el motociclismo. El balear llega a un trazado que se adapta bien a la Yamaha e intentará recuperar el mayor número de puntos posibles en un Gran Premio que por primera vez en su historia la carrera se celebrará el domingo y donde la previsión meteorológica tiende a ser bastante imprevisible y las probabilidades de lluvia siempre están presentes.

El piloto de Movistar Yamaha MotoGP llega a la cita holandesa con la intención de olvidar el anterior Gran Premio de la temporada, donde un error a la hora de escoger los neumáticos y la caída provocada por Andrea Iannone hizo que fuera una carrera bastante complicada, ya que tenía un gran ritmo durante todo el fin de semana: “Barcelona fue una gran pena. Yo sabía que iba a ser una carrera difícil, especialmente después empezar a tener el sentimiento de luchar con los neumáticos después de cinco o seis vueltas, pero tras el accidente se arruinó todo. Ahora tenemos que olvidar el incidente y tratar de luchar de nuevo en Assen”.

El compañero de equipo de Valentino Rossi guarda buenos recuerdos del trazado de Assen pero también malos como la caída que tuvo en 2013. Pese a eso es un diseño de circuito que se adapta a la perfección a su montura, por lo que tiene ganas de regresar a Holanda y lograr un buen resultado: “Correr en Holanda es siempre una especie de sensación agridulce. Es un circuito que me encanta, pero por otro lado he experimentado buenos y malos resultados. El diseño es bueno para nuestra YZR-M1 por lo que tenemos otra oportunidad de obtener un gran resultado. ¡Tengo ganas de correr allí!”.