No está siendo un año fácil para Dani Pedrosa. Al final a salvo del dolor físico que condicionó sus resultados en 2014 y 2015, el catalán se ha encontrado con problemas en una complicada Honda que le impiden pilotar rápido y ganar carreras. Dos podios en ocho pruebas y un cuarto puesto en la general no es la situación soñada para un piloto que se planteaba la opción de ser campeón de MotoGP por primera vez en 2016.

Es cierto que Pedrosa está yendo de menos a más, dejando atrás carreras decepcionantes como la de Qatar -quinto- o Estados Unidos -caída- para pasar a un cuarto puesto en Italia con buenas sensaciones, al podio de Catalunya o a la carrera de Assen, que podría incluso haber ganado de no haberse parado la primera manga por la lluvia. Pero, más allá de ello, se denota una falta de velocidad en Pedrosa en cada entrenamiento que sólo arregla por su capacidad para mejorar en carrera y salvar puntos para el campeonato.

De hecho, de los 8 Grandes Premios disputados hasta ahora, Pedrosa no ha liderado ni una sola vuelta en carrera, y tan sólo ha sido el más rápido en una sesión de entrenamientos (el FP1 de Le Mans). En declaraciones a 'motorsport.com', el barcelonés da sus explicaciones: "Tengo muchas dificultades al salir de las curvas porque la moto no se comporta o hace lo que yo quiero, y eso afecta directamente a uno de mis puntos fuertes, que es precisamente la salida de los virajes", comenta un, no obstante, optimista Pedrosa.

Y es que no todo es negativo para el vallesano, en sus declaraciones a 'motorsport.com'. En su opinión, nunca había tenido tanta capacidad de adaptación desde que está en MotoGP. "Nunca me había costado tanto rodar delante, pero también es verdad que estos problemas me pillan en un momento en el que soy mucho más polivalente. Antes me adaptaba mucho menos, me afectaba más una maneta torcida, un manillar doblado o lo que fuera”, reconoce el tres veces subcampeón de la categoría reina, que busca su primera victoria del año, para seguir con su racha de once años ganando al menos una prueba en MotoGP.

“Hace años no podía pilotar si la moto no estaba perfecta. Ahora, con más experiencia, soy mucho más polivalente y puedo resolverlo y sacar lo mejor de esa situación. El Dani de hace siete u ocho años lo pasaría mucho peor”, añade el piloto de Honda, situado a 57 puntos de Márquez. Una distancia no insalvable pero sí muy complicada de revertir, más aún viendo la increíble regularidad de su compañero de equipo, que suma siete podios en ocho carreras y tiene el título más que encaminado.