El retorno de Marc Márquez a la competición no ha sido, desde luego, el soñado por el piloto de Cervera. Tras lograr hace menos de una semana su quinto entorchado mundialista, el tercero en la categoría reina, hoy Phillip Island le ha dado la bienvenida a él y a sus compañeros con un día de perros, donde pilotar se convirtió en un infierno permanente. Por ello, Márquez, que ha sido cuarto en la clasificiación, no ha arriesgado más de la cuenta y ha aprovechado los momentos que la pista se encontraba en mejores condiciones para poner a prueba su Honda en condiciones de mojado.
El entrenamiento matinal fue útil hasta que la lluvia quiso. "Por la mañana hemos hecho varias vueltas, pero en el tramo final hemos tenido que parar porque había demasiada agua acumulada en la pista", describe el piloto del Repsol Honda, quien afirma que el día de hoy "no ha sido uno de los más divertidos del año". Al término del entrenamiento, las condiciones fueron a peor. Los pilotos de la categoría de Moto3 ya tuvieron multitud de problemas para evitar irse al suelo. En MotoGP no pudieron ni siquiera salir a pista en el horario previsto.
Marc Márquez describe lo acontecido en la segunda sesión. "Por la tarde seguía lloviendo, era peligro pilotar y por eso se mostró la bandera roja", relata Márquez. El de Cervera, consciente de la dificultades que entraña este circuito en estas condiciones, optó por no saltar a la pista. "Decidimos no salir en la segunda sesión porque era un riesgo innecesario", comenta.
A la espera de una mejora climatológica
Un día perdido por la lluvia en un circuito como este, tan crítico para los neumáticos y las monturas, puede ser clave en el devenir del fin de semana. Más aún si, como apuntan las previsiones, la carrera se disputa sobre seco. Por ello, Marc Márquez espera que las condiciones sean más apacibles y puedan trabajar para poner a punto su montura lo mejor posible. "Esperamos que mañana las condiciones mejoren un poco, o que almenos no haya tanta agua sobre la pista y podamos seguir trabajando para el domingo", concluye el 93.