Llega la 50 edición del Rally RACC-Costa Daurada. La prueba mundialista española contará con la participación de los mejores pilotos donde destaca la lucha entre Ogier y Latvala por el campeonato. Además, hombres como Dani Sordo, Thierry Neuville o Kris Meeke intentarán colarse y romper la hegemonía de Volkswagen.

En cuanto al recorrido, se mezclarán zonas habituales de paso con tramos nuevos y otros más habituales. El rally arranca el jueves con la disputa de un tramo urbano en la ciudad de Barcelona, gran novedad ya que será la primera vez que se dispute un tramo en la capital desde que la prueba puntúa para el Mundial. Aunque los tiempos ya empezarán a correr en la ciudad condal, la distancia de esta especial (3,2 km) no hace presagiar grandes diferencias en un tramos-espectáculo. Tras un traslado hacia el sur, la carrera llega a Salou para formar el parque de asistencia, como es habitual, en el aparcamiento de Port Aventura.

El viernes arranca la competición verdaderamente. La primera jornada tendrá dos tramos de tierra y uno mixto por lo que la posición de salida será fundamental. Salir más rezagado dará mayor ventaja a la hora de afrontar los primeros tramos del rally. Gandessa, de solo siete kilómetros, es una especial completamente sobre grava, rápida y virada y mayoritariamente en bajada. Posteriormente, Pesells será el primer tramo "largo" del rally. Principalmente sobre tierra, este tramo, de 26,5 kilómetros, tiene algunas porciones de asfalto a lo largo de su recorrido, rápido pero salpicado por fuertes frenadas y zonas de enlazadas donde coger un buen ritmo es vital. Para completar este bucle, el habitual tramo de Terra Alta, sobre superficie mixta, será una buena piedra de toque antes de la asistencia. Con las mecánicas algo tocadas, el segundo tramo más largo del rally se presenta muy atractivo. Una especial muy completa, con 35 kilómetros y hasta cinco cambios de piso. Zonas rápidas entremezcladas por zonas más lentas, como el mítico zigzag en rasante a poco de la salida. Paellas, cruces y zonas críticas en los cambios de tierra a asfalto y viceversa. El tramo, quizás, más completo del rally y que decidirá la segunda etapa. Estos tres tramos se repetirán en dos ocasiones para completar la jornada del viernes.

Para la tercera etapa, los equipos guardarán los neumáticos y reglajes de tierra para centrarse ya en el asfalto. Como es habitual, tramos rápidos, con buen piso y ténicos en una jornada donde se disputarán tres tramos con sus respectivas repeticiones y un tramo urbano en Salou. El día arranca con la corta especial de Tivissa, usada como shakedown otros años. Es la especial más singular del rally, pues el piso no es tan bueno, con baches y suciedades, y es un tramo muy lento, con numerosas curvas de primera y segunda. Su escasa longitud hace que sea un tramo con mucho que perder y poco que ganar. Y más si viene seguido de toda una especial de 50 kilómetros, Escaldei. Exactamente 50 kilómetros de tramo, para celebrar las bodas de oro de la prueba española. Una especial muy rápida al inicio con esa larga recta precedida del famoso cruce de El Molar. A partir de ahí, la carretera sigue hacia arriba llega el descenso desde La Figuera, entrando en una carretera muy virada y más lenta para acabar con una zona de peor asfalto y estrecha, que pondrá en juego la concentración de los mejores pilotos del mundo. Un tramo de desgaste y maratoniano, sobre todo para los frenos y neumáticos. El tramo de Colldejou, de 26 kilómetros. El cambio de asfalto es la nota dominante de esta especial que arranca con una zona rápida sobre buen piso, pero la carretera se va estrechando y empeorando, con un asfalto más bacheado y sucio. Al finalizar el tramo, la carretera vuelve a tener un asfalto en perfecto estado. Para acabar la jornada, tramo urbano en Salou, en las inmediaciones de la Playa de Levante, en el Paseo Jaume I. Una superespecial espectacular y muy técnica.

Por último, jornada más corta, con dos tramos a repetir en dos ocasiones. La Mussara, con veinte kilómetros, es un tramo habitual de la prueba. Un inicio llano lleva la especial hasta coronar una subida plagada de enlazadas y zonas rápidas. El descenso hacia Vilaplana está lleno de paellas y curvas lentas bonitas para el espectador. Para acabar, la especial de Riudecanyes, disputada años atrás, será la importate Power Stage en su segunda pasada. 15,55 kilómetros para acabar e rally. Una especial muy rápida y bonita que arranca con esas dos rotondas. El descenso hacia el pantano de Riudecanyes es más virado y con bonitas vistas y gradas naturales para el espectador.

Por tanto, una edición que mezcla novedades con recorridos típicos. Si cabe, la inclusión de zonas más lentas y de peor piso hace más interesante la 50 edición de la prueba.

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Sobre el autor
Adrián González Blanco
Comunicación audiovisual. Coordinador y redactor de la sección del Racing, Rallys y Ciclismo y redactor en Betis VAVEL.