Los reyes del WRC. Así se sintieron durante todo el 2014 los integrantes del equipo Volskwagen Motorsport al ver como nadie podía con su Polo R WRC. La escuadra alemana sentenció el título de Constructores con una velocidad que nadie había visto en las últimas 25 temporadas. Pero hay más, mucho más. Durante el 2014, segunda participación del equipo en el Mundial de Rallyes, no han cesado en su lucha por batir récords. Y vaya si lo hicieron.

Cifras que imponen

Con los resultados obtenidos la pasada temporada, Volkswagen se convirtió en el segundo equipo de la historia del WRC en copar las tres primeras plazas de la lucha por el título de pilotos. Lancia lo logró en 1987 y 1988 y, en 2014, fue la marca alemana la que igualó el récord.

El Polo R WRC no ha traído más que alegrías desde que apareció en enero de 2013. Las estadísticas son aplastantes: 22 triunfos y 41 podios en 26 rallyes. Los tres pilotos del equipo Volkswagen Motorsport, Ogier, Latvala y Mikkelsen, han ganado 197 de los 249 tramos que se disputaron en la pasada temporada. El éxito de la artillería alemana es innegable. Sébastien Ogier y Julien Ingrassia, Jari-Matti-Latvala y Miikka Anttila, y Andreas Mikkelsen y Ola Floene han hecho historia en el WRC con una temporada difícilmente mejorable.

Arrasaron con todo. Se embolsaron el tridente del WRC: los tres títulos mundiales FIA (Pilotos, Copilotos y Constructores). Además, con la victoria de Ogier en Gales, Volkswagen consiguió su duodécima victoria (de trece posibles), y se anotó un nuevo récord de triunfos. Un récord que ostentaba Citroën con once victorias en la temporada 2013. No era suficiente. La marca alemana quería más e igualó los ocho dobletes conseguidos por Peugeot en 2002.

Intratables e imparables. Así fue como se comportó Volkswagen en el 2014. Marcando el ritmo, sin rival, igualando y superando récords… Parecía una llamada de atención, un grito con el que advertían que habían llegado para quedarse y pisar fuerte y que hay más equipos que Citröen. Su política sin normas de equipo permitió el desarrollo de un duelo espectacular entre el finlandés Jari-Matti Latvala y el alsaciano Sébastien Ogier. Finalmente, fue el francés el que se llevó el gato al agua y de qué manera.

Ogier, el nuevo dictador francés

Líder indiscutible del WRC 2014 y merecedor del título de pilotos. Sin Sébastien Loeb y con el caballo ganador, Ogier era el favorito. Y cumplió con las expectativas para llevarse su segunda corona, su ansiado bicampeonato. Se convirtió en el octavo piloto en conseguirlo por detrás de Walter Röhrl, Juha Kankkunen, Miki Biasion, Carlos Sainz, Tommy Mäkinen, Marcus Grönholm y Sebástien Loeb.El camino hacia la segunda corona no fue ni mucho menos fácil. Jari-Matti Latvala, compañero de equipo de Ogier, le puso las cosas muy difíciles al francés desde el Rallye de Suecia. Entre ambos ganaron todas las pruebas hasta Alemania. El francés se imponía por cinco victorias a tres del finlandés. Pero el rallye de la casa no resultó ser la fiesta que esperaban. Ogier, abrumado por los rumores sobre su marcha del equipo a final de temporada, perdió concentración y confianza y tuvo dos accidentes que le obligaron a abandonar por segundo año consecutivo en Alemania.

“Sin ilusión y distraído”. Estas fueron las palabras del propio Ogier que admitía que en la tierra de Volkswagen Motorsport no había estado al 100%. Todos los pilotos encuentran baches en el camino a la victoria. Uno de ellos fue Latvala y el otro él mismo. Sin embargo, Australia le permitió reencontrarse con su mejor versión y alcanzar de nuevo el primer escalón del cajón. España fue el rallye por excelencia. Cerró su campeonato y anunció su renovación con la escuadra alemana. Gales puso el broche de oro a una temporada que tan solo se quedó a una victoria de igualar las nueve del 2013.

Para el finlandés Jari-Matti Latvala también fue un año de éxitos. Luchó cara a cara con su compañero de equipo y finalmente se llevó la medalla de plata. 218 puntos, 85 scratches y 25 puntos en las Power Stage le dejaron en una segunda posición con sabor a victoria. El finlandés firmó en el 2014 su mejor temporada como piloto desde que llegó a WRC.

Tranquilidad y concentración fueron la clave. Parte por madurez y parte por la ayuda del mentalista del gran Marcus Grönholm, Christoph Treier, Latvala logró encontrar su mejor versión. Muestra de ello fueron los rallyes de Suecia, México, Argentina y, cómo no, Finlandia. Correr en casa es especial para los ‘finlandeses voladores’. Latvala demostró un nivel de pilotaje prácticamente insuperable y su determinación y concentración le pararon los pies a Ogier.

España fue el desenlace definitivo de la batalla. Quedar segundo le dejó sin opciones de luchar por el título de pilotos. Sin embargo, el finlandés ya encaraba el final de año pensando en el 2015. “Será interesante ver cómo afectará al campeonato el nuevo sistema de orden de salida para ver si las cosas están más igualadas o permite ganar a más pilotos”, afirmaba.

El adiós de Mikko Hirvonen

La vuelta a casa con M-Sport era un indicio más de que la despedida estaba cerca. Con la idea en mente de los dos títulos de marcas y los tres subcampeonatos, Hirvonen regresaba en 2014 a su equipo predilecto con el objetivo de cosechar triunfos y terminar su andadura en el WRC por todo lo alto. Sin embargo, ni de lejos la jugada salió como el finlandés pensaba.El segundo puesto en Portugal fue un aliciente pero problemas mecánicos, choques y el fuego en su Ford Fiesta RS WRC en Cerdeña le dejaban sin opciones de acercarse a los tres primeros puestos. Finlandia tampoco resultó ser cómo esperaba y finalizó quinto. A lo largo de la temporada, Mikko Hirvonen tuvo que conformarse con formar parte del top 5.

Como despedida, en Gran Bretaña y España volvió a subir al podio. No podía irse de otra forma y volvió a dar el máximo para llegar al cajón y cerrar su historia en el WRC de la mejor forma que pudo. Tras 13 años, 15 victorias y 68 podios, el finlandés cerraba la puerta del Mundial de Rallyes. “No podría haber tenido un final mejor que una pelea así en mi último rallye”, confesaba al finalizar Gales en segunda posición tras una intensa pelea con Meeke.

“Esto es lo mejor de este deporte, cuando te enfrentas a todas las condiciones difíciles y luchas al segundo con otros pilotos”. Con estas palabras Hirvonen demostraba que, pese a haber tomado una firme decisión, el WRC le hizo mella y que la despedida era amarga también para él.

Otros momentos clave del 2014

Alemania, la cruz de Volkswagen

Con la temporada que llevaban y “jugando” en casa, nadie se esperaba que la tierra natal del equipo Volkswagen Motorsport sería su peor aliado. Ogier fue el primero en abandonar tras pasarse en una frenada y salir por una ladera con su Polo R WRC. La cosa no quedaría ahí y, el consuelo que le quedaba al equipo con Jari-Matti Latvala se desvaneció.

Ni siquiera ir líder con una ventaja de 37 segundos le sirvió para cruzar la meta. Atrapado entre las viñas. Así acabó el finlandés el rallye de Alemania. Ni siquiera el tercer líder del WRC, Meeke fue capaz de terminar, chocó contra un muro y arrancó la rueda trasera izquierda del DS3 WRC. No hay mal que por bien no venga y sino que se lo digan a Neuville que, con el abandono de los tres primeros, tuvo el camino abierto para hacerse con su primera victoria.

Kubica empezó el 2014 a fondo

La actuación del polaco en Monte Carlo dejó a todos sin palabras. Tras solo dos tramos y siendo su primera actuación a bordo del Ford Fiesta RS WRC, aventajaba al ya entonces vigente campeón, Sébastien Ogier. Se mantuvo segundo en la general hasta el noveno tramo donde dijo adiós a la pelea tras salirse de la carretera.

Sin embargo, su actuación fue tan positiva que ni el director de M-Sport tenía palabras. “Desmoralizó a todos”, aseguraba. Monte Carlo quedará para el recuerdo y vale más quedarse con ese primer rallye porque el resto de la temporada no logró igualar ese nivel.

La cerveza que salvó a Neuville

Esta peculiar historia arranca en Guanajuato, en el Rallye de México. El belga había logrado el primer podio de la marca coreana en el WRC. Sin embargo, en uno de los enlaces apareció una fuga en el radiador que calentó al máximo el motor. Justo en el momento clave, una bombilla se encendió en las cabezas de Neuville y su copiloto Nicolas Gilsoul. Solo había que rellenar el sistema hidráulico y qué mejor que la cerveza gigante que les había entregado el patrocinador de la carrera en la meta. Tuvieron que parar un par de veces a lo largo del enlace para rellenar el sistema pero lograron llegar a la asistencia. 

Está claro que la temporada 2014 va ligada al éxito y el aplome de Volkswagen Motorsport. Pero también ha dejado grandes actuaciones, peleas sin fin y amargas despedidas que quedarán en la memoria de todos los aficionados. Monte Carlo 2015 se acerca, el WRC volverá a arrancar y quién sabe las historias que dejará esta vez.