Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte. Por más reveses que te de la vida, el caso es que te hará mejor, para que cuando vuelvas a intentarlo nada se interponga en tu camino. Hasta ese día lo mejor es tener paciencia, saber que ese momento por el que tanto sueñas y ansías llegará. Tarde, pero lo hará. El Rally Dakar es la carrera más dura del mundo, sí, pero no sólo por las dunas, el fesh-fesh o el mal de altura. Lo es porque te hace emplearte a fondo, a sacar lo mejor y lo peor de ti. Tan pronto sientes que eres el mejor, como temprano bajas de tu nube para ver que todo sigue igual.

Tras lo sucedido en la última edición del Dakar, una de las conclusiones más clarividentes que se puede extraer de la cita sudamericana es en forma de pregunta. Se formula así: ¿Cuál es el colmo de la mala suerte? La respuesta a este chiste es tan sencilla como difícil de digerir. Más que cuál deberíamos preguntar por quién es el colmo de la mala suerte. ¿A quién se le ha quedado mirando un tuerto en el Dakar 2015? A Joan Barreda. De hecho, el tuerto sigue mirando al de Torreblanca.

Como nunca

El piloto de Honda había preparado a conciencia el Dakar de este año. Toda su preparación, así como las carreras que había disputado anteriormente, estaban ideadas pensando en la ronda dakariana. Así nos lo hizo saber en la entrevista que concedió a VAVEL antes del rally, y así lo transmitió a todo el mundo durante toda la carrera.

El inicio de Dakar para Barreda fue espectacular. | Foto: Honda

Barreda cogió el liderato en la segunda etapa, tras una aclimatación express a la carrera. A partir de ahí el castellonense administró el liderato como el mejor gestor, sabiendo cuándo tirar y cuándo conservar. Dirigía el cotarro como el mejor de los mandamases, sometiendo al mismísimo Marc Coma a su doctrina. Jugó con el piloto de Aviá, dejándole pasar en la etapa 6 cuando él abría pista. Por un momento el de KTM vio aparecer los fantasmas de Cyril Despres, cuando cada etapa se convertía en una balada que tenía a Tom y a Jerry en los instrumentos. El problema es que el enemigo estaba en casa, se llamaba Joan Barreda.

Uyuni y la mansión del tuerto

Cuando el sentido común parecía decantarse hacia la balanza de Barreda, se produjo la hecatombe. Este año las caídas no iban a poder con el de Honda, que dio el susto en la séptima etapa cuando rompió su manillar y se dejó seis minutos con Coma. Ningún elemento podía frenarle, salvo uno que pudo no haber aparecido, la sal. El Salar de Uyuni fue lo que acabó con los sueños y aspiraciones de Bang Bang, aunque él no fue derrotado, sino su moto.

El agua y la sal del Salar fueron los verdaderos rivales de Barreda. | Foto: Honda

Su Honda acumuló cantidades incesantes de sal en su radiador, como consecuencia del agua caída en el salar el día anterior. Al llegar al punto de repostaje, Barreda vio cómo su moto dijo basta. Por más que lo intentó, su CRF 450 se iba a quedar ahí. Pudo llegar a la meta, remolcado por su compañero Jeremías Israel, pero a más de tres horas. El Dakar se la había vuelto a jugar, o mejor dicho, el tuerto.

Polémica

Un tuerto que podría haberse quedado en su casa si la organización hubiese suspendido la etapa del Salar de Uyuni, algo que le pidieron todos los pilotos, incluido el propio Barreda. No fue así, y ese momento lo aprovechó el tuerto para salir de su escondrijo y proyectar su mirada sobre Barreda, que se quedó fuera de la lucha por el título.

Su empeño no cesó, y consiguió un nuevo triunfo de etapa, el tercero en esta edición, con el que demostró su valía como piloto, y propinó un bofetón a la mala suerte. Al igual que otras veces se le criticó por su exceso de ambición, hoy no se le puede echar nada en cara, porque lo hizo todo bien. Barreda mereció ganar el Rally Dakar 2015, pero su amigo el tuerto no estaba de acuerdo. En 2016 lo volverá a intentar, porque sabe que su momento llegará. Algún día, pero lo hará, y cuando lo haga seguro que Barreda se ríe del tuerto que sigue mirándole ahora mismo. Terminará guiñándole el ojo.

Los méritos de 2015 seguro que le traerán alegrías el próximo año. | Foto: Honda