Hielo, nieve, caminos forestales y mucho frío. Así es el Rally de Suecia, una de las pruebas más míticas del calendario del WRC. Comenzó a correrse en 1960 pero no fue hasta 13 años después cuando empezó a ser puntuable para el Mundial de Rallyes. En total, fueron tres las ocasiones en las que no pudo disputarse esta prueba (1974, 1990 y 2009). Los motivos, la crisis de petróleo, el exceso de calor o su sustitución por el Rally de Noruega.

El Rally del Sol de Medianoche. Así se conocía la prueba durante las cinco primeras ediciones ya que se celebraba en verano. Sin embargo, el misticismo se acabó en 1965 cuando pasó a disputarse inamoviblemente en invierno. El primer año que pasó a formar parte del Mundial de Rallyes (1973) se recorrían 2.130 kilómetros de los cuales 800 eran contra el crono. No fue hasta 1977, cuando se redujeron a unos 450 kilómetros cronometrados.

Itinerario

Karlstad lleva siendo la sede del Rally de Suecia desde 1967. Los tramos están completamente cubiertos de hielo y nieve lo que hace de él una prueba única en el WRC. La elección de neumáticos es clave. La superficie resbaladiza de los tramos suecos obliga a poner especial atención a las gomas que, habitualmente, son de clavos. Los más cortos para el hielo y los más largos para la nieve.

El Rally de Suecia obliga a anteponer agarre a potencia. Por eso, no es de extrañar que en las primeras ediciones resultaran victoriosas marcas como Saab que recurría a coches ligeros y eficaces en la tracción delantera. El 1981, Hanny Mikkola gana con el Audi Quattro, primera victoria de un coche de tracción integral en un rally.

El trazado tiene semejanzas con otro de los rallyes más míticos del WRC, el de Finlandia. Caminos forestales, estrechos y llenos trampas. Velocidad y nieve se juntan para convertir a Suecia en una de las pruebas más rápidas del campeonato. El pilotaje, al igual que sucede con la elección de neumáticos, es clave. Derrapes y deslizamientos continuos obligan a los pilotos participantes a mantener una concentración del 100%.

La nieve permite el desarrollo de una técnica de conducción cuanto menos peculiar. Los muros de nieve sirven de apoyo para descargar a la deceleración y salir de las curvas con mayor rapidez y potencia. Este ‘truco’ es especialmente recurrido entre los pilotos locales que conocen todas las estratagemas para arrancar algunas décimas extra.

Al tratarse de una prueba completamente invernal, las condiciones climatológicas suelen ser extremas. De esta forma, la temperatura habitual del Rally de Suecia se mantiene en torno a los -15º. Este clima favorece la aparición del hielo por lo que las derrapadas se convierten en el centro del espectáculo.

Palmarés

El piloto por excelencia de esta prueba es el sueco Stig Blomqvist con siete victorias. Además cosechó siete segundos puestos, un tercero, un cuarto y un quinto y, treinta años después de ganar por primera vez el rally, volvió a subir al primer peldaño del podio en la categoría Grupo N.

La década de los 90 era un completo asedio de pilotos fineses y suecos como Kenneth Eriksson (1991, 1995 y 1997), Tommi Mäkinen (1996, 1998 y 1999) o Marcus Grönholm (2000, 2002 y 2003). Jean-Luc Therier fue el primer no nórdico que logró colarse en el podio en 1973 con un tercer puesto. Tras él, otros como Colin McRae (1992) o Carlos Sainz (1996, 1997, 1998 y 1999) también finalizaron segundos el rally invernal.

Como sucedió en el título mundial, la dictadura nórdica terminó con Sébastien Loeb. El francés junto a su compañero Daniel Elena cambiaron las reglas al ganar en Suecia con el Citroën Xsara WRC (2004). Los noruegos Petter Solberg y Phil Mills ganaron al año siguiente, pero en 2006 Ford se colocó como la marca más laureada en los tramos suecos. Marcus Grönholm con el Ford Escort WRC o Jari-Matti Latvala con el Focus formaron parte de esta época dorada de la marca británica. Mikko Hirvonen, uno de los protagonistas de la pasada temporada en el WRC tras colgar los guantes, también supo lo que era ganar con Ford el Rally de Suecia.

Sin embargo, en 2013, otro francés irrumpió en el palmarés sueco. Sébastien Ogier seguía el camino de su compatriota al llevarse la victoria con el Volkswagen Polo R WRC. El año pasado, Jari-Matti Latvala hizo lo propio. Esta temporada, también se espera que Volkswagen vuelva a brillar con luz propia entre los tramos nevados de Suecia.