La sangre nórdica corre por sus venas. De hecho, la nieve comenzó siendo su punto de mira. Con 12 años, Andreas Mikkelsen formaba parte del equipo junior de esquí de Noruega. Sin embargo, a los 16, con una lesión de rodilla y con ganas de sentir la adrenalina que el motocross no le proporcionaba, el noruego cambió de objetivo y se pasó a los rallyes.

En 2006, arranca su aventura automovilística. Se mudó a Gran Bretaña y con 17 años debutó en el Quinton Stages Rally con un Focus RS WRC. No solo ganó sino que además dejó huella. Se convirtió en el piloto más joven en alzarse con el triunfo en esa prueba. Su actuación motivó a uno de los grandes pilotos del mundo a apoyarle. Marcus Grönholm fue su maestro de pilotaje. Mikkelsen pronto comenzó a acumular victorias en su palmarés particular: Coracle Stages, Plains Forest Rally, Bulldog National Rally y Gon Granite & Marble Cambrian Rally.

Empezó a salir de Reino Unido y a participar en otras pruebas como el Cork 20 International Rally de Irlanda o el Alexela Saaremaa Rally de Estonia donde se llevó la victoria. A finales de 2006, ya participó en una prueba del WRC, el Rally de Gran Bretaña.

Primeros puntos en el WRC y triunfador en el IRC

Desde ese debut en el Campeonato del Mundo de Rallyes, Mikkelsen no paró de alternar pruebas en Gran Bretaña con algunas del mundial. En 2007, elaboró un programa de ocho pruebas con su Focus RS WRC: Noruega, Portugal, Finlandia, Alemania, Cataluña, Córcega, Irlanda y, por supuesto, Gran Bretaña. Sin embargo, brilló con luz propia en 2008 en el Rally de Suecia. Con solo 17 años y 233 días, logró el quinto puesto en la prueba invernal y se convirtió en el piloto más joven en sumar un punto en el WRC.

Desde el 2011, se centró en el IRC y en su Skoda Fabia S2000. Los puntos que obtuvo en Canarias, Córcega, Yalta y Zlín, los podios de Azores y San Remo y las victorias de Escocia y Chipre le sirvieron para lograr su primer título. Tan solo un punto de diferencia con Jan Kopecky, pero Mikkelsen subía un peldaño en su palmarés particular.

En 2012, repitió el proceso. Las victorias de Azores y Rumanía y los segundos puestos de Canarias, Irlanda, Italia, San Marino y Chipre le proclamaron de nuevo campeón. No contento con revalidar su título, participó en ocho pruebas del WRC con Volkswagen Motorsport.

Piloto oficial de la marca alemana

En 2013, Andreas Mikkelsen pasó a incorporarse a la escuadra de Volkswagen Motorsport junto a Sébastien Ogier y Jari-Matti Latvala. Debutó como piloto oficial en el Rally de Portugal, tercera cita del campeonato. Terminó la temporada décimo gracias a los puntos que obtuvo en seis de las pruebas.

La pasada temporada ya dejó claro que el Rally de Suecia es especial para él. Consiguió su primer podio. Finalizó segundo y repitió el plan en Polonia y Francia. Fue un buen año para el noruego que se afianzó como uno de los pilotos a tener en cuenta en el WRC. Dos terceros puestos en Alemania y Australia y cuarto en Portugal, Argentina, Italia y Finlandia. Selló una gran temporada acorde al éxito de Volkswagen y completó el tercer escalón en la lucha por el título por detrás de los otros dos pilotos de la marca alemana, Sébastien Ogier y Jari-Matti Latvala.

Falta una victoria

No obstante, aún le queda mucho por demostrar. Mikkelsen aún no ha logrado sumar a su palmarés una victoria en el Mundial de Rallyes. Está ansioso y así lo demostró, de nuevo, en el Rally de Suecia. La tuvo en la palma de la mano, pero la nieve le jugó una mala pasada a su Polo R WRC y tuvo que despedirse de nuevo del sueño de ocupar el primer escalón del podio.

Esta temporada, está tercero con 30 puntos empatado con Thierry Neuville, el piloto de Hyundai. Sébastien Ogier lidera la clasificación con 53 puntos. “Nunca hemos estado tan cerca de la victoria y estoy seguro de que no está muy lejos”. Devastado, pero con esperanzas. Así se mostró el noruego tras dejar escapar la victoria en Suecia. Mikkelsen tiene aún 11 ocasiones de llevarse el triunfo en esta temporada, pero deberá aprovechar todas y cada una de ellas. No lo tendrá fácil. Superar a Latvala es duro, pero hacerlo también con Ogier parece casi imposible. El francés se muestra, de nuevo, intratable y solo se han disputado dos pruebas.