Las inundaciones asolan Chile. La región más afectada ha sido el norte del país, zona de paso de la prueba dakariana y es por ello que los organizadores, ante la decisión del gobierno chileno, han optado por una ruta inédita. Sin ser ni Perú ni Bolivia territorio nuevo para los competidores, el peso de ambos países será enorme luego de que las clásicas y deternimantes etapas chilenas no se puedan disputar. Desde Lima (Perú) hasta Rosario (Argentina), la prueba se disputará entre el 3 y el 16 de enero de 2016.

Lavigne: "El Dakar no pierde toda la originalidad y especifidad que debe tener"

Los aficionados y participantes echarán de menos el paso por Chile, con Atacama como juez de la carrera. La llegada espectacular a la costa de Iquique, con el descenso de la duna más grande del mundo; el sorteo por las dunas gigantes de Copiapó; o ciudades como Antofagasta y Calama. Todo eso se perderá el Dakar 2016. Pero, ¿y qué es lo que gana? “El Dakar no pierde toda la originalidad y especificidad que debe tener el Dakar”, defiende el director de ASO, Ettiene Lavigne. Y es que la prueba descubrirá nuevos recorridos y nuevos lugares al afrontar un mayor número de etapas en países no tan habituales.

El Desierto de Ica definirá la carrera desde el inicio

El recorrido del Dakar fue presentado por encima, sin dar a conocer las etapas concretas pero dejando cosas en claro. La carrera tendrá un perfil, por primera vez, descendente de norte a sur. Salida en Lima y la acción empieza vibrante. No habrá etapas de adaptación como sucede con las pistas rápidas de Argentina. Salida y todo en juego en el Desierto de Ica, el cual ya se descubrió en 2012 y 2013. Una zona que, a los grandes dakarianos, les recuerda al Desierto del Sáhara al igual que al organizador Ettiene Lavigne: “Es lo más parecido que hay al desierto sahariano”. En 2012, hombres como Nani Roma, Robby Gordon o Marc Coma ya sufrieron el blando fesh-fesh pisqueño.  

La altitud y el cambio de condiciones climáticas será clave

La entrada a Bolivia aumentará aún más la dureza. El cambio de altura y de clima provocará que los participantes tengan que adaptarse a unas condiciones muy diferentes de las que habían disfrutado en Perú. “El cambio de superficie es muy importante, pero sobre todo el cambio de clima, con condiciones muy duras”, defendía Lavigne sobre el paso a Bolivia.

Las mecánicas y los físicos sufren la altitud y, además, como ya comprobaron en la etapa boliviana de 2015, la lluvia y el frío amenazarán seriamente a los pilotos, especialmente a los de motos y quads. El entorno será privilegiado con el conocido Salar de Uyuni y el Lago Titicaca, todo dentro del altiplano boliviano.

Para acabar, incursión en la zona conocida de Argentina para acabar en Rosario. Pistas rápidas y técnicas, especiales jugadas en segundos, pilotaje de WRC. El más rápido se llevará el gato al agua en terreno plateado. Pero ojo, la rapidez conlleva riesgos y a esas alturas del Dakar, cualquier error puede ser dramático.

Lima-Salta-Rosario. Sin territorio chileno de por medio, el Dakar sudamericano pierde una constante y una tradición pero… ¿ganará otras? Eso lo sabremos el próximo mes de enero.