A falta de la última especial, que unirá en 180 kilómetros Villa Carlos Paz con Rosario, solo una avería mecánica podría dejar a Stephane Peterhansel sin su liderato en la tuareg. El francés aventaja al segundo clasificado, el jeque Al-Attiyah en más de 40 minutos y cuenta con un gregario de lujo como es el 8 veces campeón del mundo de rallies, Sebastian Loeb, que ya ha declarado que está para ayudar a “Monsieur Dakar”.

En la etapa de hoy ha sido el finlandés Marco Hirvonen quien ha dado la campanada al lograr su primera etapa en la prueba. La luchas de los Toyota de De Villiers y Poulter contra los Mini de Al-Alttiyah e Hirvonen ha sido totalmente descarada. La estrategia de los coches alemanes era intentar que sus competidores cometieran un fallo para que así, De Villiers entregara el último cajón del podio. La diferencia entre este y el finlandés era de 5’ 23”, por lo que todavía estaba por decidir.

No ha sido hasta los últimos compases de la etapa más larga de este Dakar cuando el líder de Toyota cedía terreno. Sin embargo, el piloto catarí se vio obligado a bajar el ritmo mientras su compañero de equipo, recordando sus años dorados en WRC, hacía unos 20 kilómetros espectaculares para llevarse la etapa.

De este modo, Mini firmaba un bonito doblete que viene a cerrar una edición en la que han sido bastante inferiores al equipo Peugeot de Peterhansel, Loeb y Sainz, a los que solo la mala suerte han hecho caer puestos en la general.

Para mañana es de esperar que Hirvonen ataque hasta el final. Está a 4’23” del podio al que no va a renunciar sin luchar. Es un reto difícil, recortar esa diferencia en 180 kilómetros, pero el finés tiene talento de sobra para hacerlo.

Camiones, territorio De Rooy.

En la penúltima etapa de camiones, Versluis, que corre con MAN, ha sido el ganador de la etapa. Sin embargo, y casi desde los inicios de la prueba, el IVECO conducido por De Rooy ha comandado la clasificación. Si no pasa algo raro, el ruso Mardeev y el argentino Villagra le acompañarán en el podio de Rosario.

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