Lo de Tom Sykes con la Superpole de Superbikes va camino de convertirse en la historia de amor más bonita jamás contada. Con la de Magny-Cours el inglés logró su quinta pole de la temporada, y la número 24 de toda su carrera en el Mundial de Superbikes. La de hoy, además, con una carga emocional mucho mayor al tratarse de la casa de su máximo rival este temporada, Sylvain Guintoli, al que le pasó todo lo contrario que a Sykes, que fue de menos a más. 

Pese a que Tom Sykes tiene siempre como objetivo conseguir la primera línea de parrilla, hoy en la pista francesa quería ir a por nota: "Mi objetivo era muy claro, como siempre. Siempre quiero alcanzar la primera fila de parrilla en cada carrera, pero hoy quería ir a por todas. Tan pronto como monté el neumático de calificación, y la Kawasaki trabajó de forma brillante". Con eso se dice todo, ponerse el mono de calificación y desaparecen todos los problemas de puesta a punto del fin de semana. Habrá que ver qué sucede en carrera. 

Y es que Sykes siempre se ha caracterizado por ser un piloto que necesita sentir su moto en todo su esplendor. En eso guarda cierto parentesco con Marc Márquez, porque no necesita que su ZX-10R vaya completamente por el sitio para sacar lo mejor de ella, sino que necesita pelearse encima de ella: "Empujé mucho para conseguir la pole, la moto se movía mucho, pero al mismo tiempo trabajaba bien, y por eso estoy satisfecho". 

El de Huddersfield ha dado un golpe sobre la mesa, especialmente de cara a su rival Guintoli. Mañana puede dejar sentenciado el campeonato si logra dos triunfos y el francés falla, y por eso Sykes buscará salir bien para intentar imponer su ritmo desde el primer giro. La presión la tiene Guintoli, que si consigue ir más rápido que el inglés. seguro que lo dejará pasar y se centrará en quedar detrás de él para conservar el máximo número de puntos posibles. Por otro lado, si se le presenta la oportunida de ganar, seguro que saldrá su hambre de campeón para pelear por el triunfo hasta el final