Siempre se habla acerca de que el Mundial de Superbikes es una especie de cementerio para viejos elefantes, o la última sala antes de la muerte deportiva de cualquier piloto de motos. Un campeonato en el que se corre con motos de calle, con menos recursos mediáticos y logísticos que MotoGP, y con un presupuesto mucho más pequeño. Sin embargo, cada temporada encontramos excepciones que quieren confirmar una regla que parece establecida de serie, y en 2015 ese piloto será Michal Van der Mark.

Magic Michael, como se le conoce en el paddock es un piloto poco habitual. Para empezar es holandés, concretamente de Gouda, sí, la región del famoso queso. Como buen ultramarino, Van der Mark es un piloto fuerte mentalmente, y cuenta con una talla bastante grande, que se contrapone con su juventud (22 años).

Escarceos en MotoGP

En cuanto a sus quehaceres deportivos, Van der Mark ya sabe lo que es competir en la élite del Mundial de Motociclismo. Lo hizo durante tres temporadas en 125, alternando wildcards con una participación al completo que se quedó en 7 carreras, pero también en Moto2, cuando corrió en Holanda como wildcard a lomos de una moto preparada por el equipo que le ha dado la vida dentro del mundillo, el Ten Kate.

Van der Mark, en una de sus participaciones en el Mundial de 125cc. | Fuente: MCN

Ronald Ten Kate, dueño de esta estructura parece sentir debilidad por su pupilo, quizás por eso de que son compatriotas, pero también por que vio en él algo que otros no pudieron, lo que le ha llevado en 2014 a conquistar el Mundial de Supersport y hacerse merecedor de una Honda oficial en el WSBK.

2014, un año fabuloso

La temporada pasada, Van der Mark dio una lección de pilotaje y constancia a lo largo del año. A excepción de la primera carrera en Australia, el piloto tulipán acabó todas las carreras, con 6 victorias en 10 pruebas, y cuatro segundos puestos.

Junto a su equipo, tras la consecución del título de Supersport. | Fuente: Honda

Esto nos deja un año prácticamente perfecto, donde Van der Mark ejecutó a la perfección las dos condiciones fundamentales en todo piloto de motociclismo, la constancia y el saber ganar. Todo esto le sirvió para alzarse con el título en Jerez, con dos pruebas aún por disputarse y por delante de gente consagrada como Jules Cluzel, su principal rival, Florian Marino o Kenan Sofouglu, todos ellos con participaciones en MotoGP.

A luchar contra los mayores

Llegamos a 2015, uno de los años más importantes en la carrera de este joven piloto. Un hombre que, como buen holandés, mamó el motor de la mano de su padre, pero no a través de las motos, sino con los camiones, donde los Países Bajos son una potencia. Van der Mark pasó de ser un transportista en su pueblo, a convertirse en uno de los talentos más prometedores en el mundo de las dos ruedas. Ahora, después de dejar a todo el mundo con la boca abierta, llega la hora de la verdad.

Van der Mark tendrá que aprender lo mejor de Guintoli, pero también a ganarle. | Fuente: MCN

No lo tendrá fácil, pero contará con un gran apoyo, el del equipo que le ayudó a coronarse el pasado año. Hablamos del PATA Honda World Superbike, la misma formación en la que competirá el vigente campeón, Sylvain Guintoli, de manera que el joven Van der Mark tendrá al mejor profesor en su aprendizaje en el WSBK. Ambos pilotarán una CBR 1000RR, una moto que no es la mejor de la parrilla, pero tampoco es la peor, y sigue siendo un equipo oficial, de manera que su situación es bastante positiva.

Poco a poco

El objetivo del holandés en este su primer año será aprender todo lo que pueda, y de la forma más rápida posible. Competirá contra pilotos con mucha experiencia con motos de mayor cilindrada y mayor peso, lo cual puede ser un arma de doble filo para Van der Mark. Por un lado, una manera de bajarle de la nube del éxito al realismo, o una motivación extra a modo de catapulta hacia el estrellato.

Esta tesitura se irá dilucidando con el transcurso de la temporada, aunque lo más normal es que Van der Mark vaya de menos a más, según entienda su nueva moto y adapte a ella su pilotaje. Un holandés en el mundo de las motos es poco común, pero no por ello hay que fiarse de él, porque viene con un título bajo el brazo y con ganas de comerse el mundo. No le pierdan de vista.

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Sobre el autor
Diego De Arístegui
Universidad Carlos III de Madrid. Las motos son signo de mi identidad y de mi escritura.