El motociclismo es tan único como caprichoso. Pero es en esa exigencia donde radica su belleza. La reinvención y superación que representa hace que esté protagonizada por unos pilotos heroicos, levantando sus equipos a los más alto para encontrarse con ese deporte que forma sus vidas. Entre esos saltos se ha visto Ducati, que ha visto la victoria en un hastío de casi tres años.

El éxito de su vuelta se debe a un nombre, el de Chaz Davies, que revivió a la casa italiana cuando más lo necesitaba. En el pasado 2014 ya sufrió el equipo un lavado de cara, entonces todavía atrás de Kawasaki y Aprilia, pero fueron esos pequeños avances lo que la hacen renacer hoy.

Foto: World SBK

Le tocó sufrir desde el principio. La caída en pretemporada de Davide Giugliano auguraba otra vez nubes negras, una lluvia fría que arrebataba al italiano las cuatro primeras carreras del campeonato y sembraba la duda en Ducati. Pero Davies le dio la vuelta al augurio ya en la primera cita en Phillip Island, curiosamente el escenario donde se lesionó su compañero, firmando un doble podio que abría las esperanzas al sueño.

Aunque en Australia volvieron a soñar, fue en Aragón donde sonrieron de nuevo. Tercera ronda y Chaz conseguía la victoria. Supo gloriosa, ansiada, y rociaba de nuevo a Ducati después de casi tres años de sequía. No era un triunfo cualquiera, era la recuperación del honor. Volvían a ser lo que eran y dejaron claro que lo de ser la casa más laureada en Superbikes, con el respaldo de 14 títulos, era por algo.

Desde ahí el ritmo del británico fue creciendo llegando esta temporada otras tres victorias: el doblete en Laguna Seca y la parcial en Sepang. La cita estadounidense resultó vital, porque ahí empezó a mirar al subcampeonato. Y no hacían mal en fijar la mirada en él, pues en el siguiente premio de Malasia se hicieron con él. Pero la actuación de Davies no ha sido sólo un desahogo para Ducati, sino que también ha supuesto un soplo de aire fresco para una categoría duramente dominada por Jonathan Rea.

Foto: World SBK

A día de hoy es el único que parece ser capaz de plantarle cara al líder de Superbikes, y eso avecina un próximo año dorado para los suyos. Resulta inevitable pensar en el 2016, desear ese título que de seguir progresando podría caer a favor suyo. Más seguro es pensar en lo que supone en el presente, siendo la apuesta principal de Ducati. Se ha convertido en su líder indiscutible, en parte por la lesión que volvió a volcar a Giugliano en Laguna Seca, precisamente donde se coronó Davies. La dura caída sentenció al italiano una vez más, una condena muy dura que le retira del resto del mundial. Ha quedado fuera y deja involuntariamente todos los laudes a su compañero de boxes.

Poniendo los pies sobre la tierra, resulta casi imposible que Chaz Davies gane el título aunque matemáticamente sea el único con posibilidades de rebatírselo a Rea. La actuación de este último es tan brillante y abrumadora que sólo será una fuerza mayor la que pueda alejarlo de la corona de campeón. Aún siendo así, se cumplen las expectativas de este 2015. Ducati ha cumplido, ha vuelto. Y lo ha hecho para quedarse.