En el deporte, hay ciertas personas que, por el destino y por los azares, tienen una segunda oportunidad tras periodos de decepciones. En el Mundial de Superbikes, ese deportista al que le ha sido otorgada una segunda 'chance' ha sido Leon Haslam. El veterano británico vuelve a ser feliz tras años de desesperación con lesiones y motos poco competitivos. A sus 32 años, vuelve a estar a su máximo nivel.

Haslam es todo un clásico de la parrilla del Mundial de Superbikes. Este curso cumple su décima temporada en el certamen, habiendo competido hasta para cinco marcas distintos. Un trotamundos del motociclismo que ha vivido las dos caras de este deporte. Ha ganado carreras y tiene un buen palmarés, sí, pero ha sido muy castigado por la oscura cara de las caídas y las lesiones en varios momentos de su vida.

Su mejor año, en Suzuki en 2010, cuando venció en tres pruebas y fue subcampeón del mundo, vino sucedido por dos años buenos como líder del nuevo proyecto de BMW. Fue entonces cuando, a finales de 2012, Haslam tomó la peor decisión de su carrera deportiva. Atraído por la oferta económica de Honda, firmó por la marca del ala dorada como compañero de Jonathan Rea. Pero los resultados no serían los deseados.

Foto: Mirco Lazzari/Getty Images

Eclipsado constantemente por Rea, un piloto de mayor talento y que actualmente lidera el Mundial con la mejor temporada de la historia, Haslam nunca encontró su sitio en Honda. Además, una lesión grave en Assen'2013 le hizo remar a contra corriente el resto de la temporada. En total, en dos años en la marca nipona, sólo subió en una ocasión al podio, al ser tercero en la acuática carrera de Magny-Cours en 2014. Haslam ya había tomado, por entonces, la decisión de abandonar Honda.

Aprilia, la salvación de un piloto frustrado

De hecho, la marca del ala dorada tampoco quería continuar con el veterano piloto brotánico, que iba a ser sustituido por el jovencísimo Michael van der Mark, un producto de la 'cantera' Honda. Con una carrera en SBK que parecía acabada, una puerta se le abrió de par en par al piloto londinense. Se trataba de Aprilia, una marca que buscaba un piloto veterano para su nuevo proyecto en Superbikes, que iba a estar, en principio bajo la sombra del de MotoGP.

Melandri fue enviado a la categoría reina de las dos ruedas y Guintoli 'huyó' de la marca de Noale, convencido de que Aprilia no invertiría el suficiente dinero como asegurarle una defensa del título digna. Así pues, Haslam fue el elegido por los italianos para dirigir el proyecto de Aprilia en pista. La empresa no era sencilla, pues eran muchas las voces que aseguraban que los actuales campeones del mundo no harían una moto en condiciones al centrar sus esfuerzos en el Mundial de MotoGP.

Pero la sorpresa fue más que mayúscula. Aprilia presentó en Australia una moto muy competitiva, muy rápida en las rectas, que permitió a Haslam ganar la segunda manga de la cita oceánica, así como subir al podio en las dos carreras de Tailandia. Era su mejor inicio de su carrera deportiva y le elevaba la moral por las nubes. Posteriormente, la lógica se fue imponiendo y Aprilia no pudo seguir el ritmo de Kawasaki en la lucha por el título, e incluso fue superada por Ducati. Pero las expectativas se habían cumplido.

La regularidad, la clave de su gran año

A falta de tres citas para el final, Haslam ocupa una meritoria cuarta plaza del Mundial y aún tiene opciones, aunque remotas, de ser subcampeón del mundo, lo que repetiría su resultado de hace cinco años. Una victoria, siete podios y una regularidad envidiable (15 de las 20 carreras finalizadas entre los cinco mejores) avalan la temporada del regreso de Haslam a su mejor nivel. Contra todo pronóstico, está batiendo con asiduidad a Jordi Torres, compañero de equipo, 'rookie' aunque de mayor 'caché' en el mundo de las dos ruedas.

Aunque su sueño de algún día ser campeón del mundo siga siendo casi utópico, una sonrisa novedosa acompaña al rostro de Leon Haslam. La desesperación de 2013 ha dado paso al optimismo de 2015. Aprilia ha sido el mejor refugio para el británico, que, con casi total seguridad, continuará en la marca italiana en 2016. Repetir el éxito de esta temporada será complicado para él, aunque a su edad, 32 años, cualquier cosa es mejor que la pesadilla que vivió en Honda. Aprilia es algo así como su segunda juventud.