La lluvia, la niebla y el frío fueron la tónica general del primer ensayo del año en Superbike, a pesar de ello, los test han sido una prueba de contacto con las nuevas monturas de cara a un año que promete ser emocionante con la vuelta de Yamaha y la llegada de todo un campeón del mundo, como es Nicky Hayden, a la competición.

No obstante, todo esto no parece intimidar al vigente campeón del mundo, Jonathan Rea. El británico dedicó la primera toma de contacto con su nueva ZX-10R en encontrar los ajustes básicos y probar distintos componentes en la moto. Es por esto que rechazó la oportunidad de salir a hacer el mejor tiempo de la sesión. Se concentró en dar giros con el neumático usado para buscar la mejor puesta a punto en el chasis y el motor.

Así, ha manifestado que “si los semáforos se apagaran mañana en Jerez, no seríamos séptimos”. Esto se debe a que la moto está dando buenas sensaciones a pesar de que el de Larne ha firmado una discreta actuación sobre el trazado andaluz. La moto con el dorsal 65 de Superbike todavía no está tal y como su piloto quisiera. “Aún estamos esperando como sacar lo mejor” de la moto, expresó Rea ante los medios. Su Ninja necesita una forma de pilotaje a la que se deberá adaptar si quiere revalidar el título.

De momento, se ha reafirmado en sus intenciones de trabajar con calma. Su filosofía en las pruebas que vendrán serán “probar componentes importantes y no dejarse llevar por los reglajes”. Durante estos días han probado una nueva horquilla delantera y un otros ajustes en el motor.

Tendremos que esperar hasta la última semana de febrero para que todos los pilotos muestren sus cartas. Hasta entonces los aficionados se tendrán que conformar con los test, el próximo los días 3 y 4 de febrero en Aragón, donde los pilotos de Kawasaki realizarán el último ensayo del invierno. 

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