La clase del cine francés no ha muerto
Libaux y Collin con dos de sus cantantes. | Foto: doingmadrid.

Nouvelle vague fue un término que se empleó en los 50 para denominar al grupo de cineastas que rompían con lo establecido y ponían como punto de mira la libertad, tanto de expresión como de realización técnica. Quizás por eso, por la libertad técnica, los franceses Oliver Libaux y Marc Collin lo escogieron en 2003 para denominar a su proyecto en común.

Tanto Libaux como Collin cuentan con una larga trayectoria como productores musicales, formación que se nota en las canciones que salen bajo su firma. Para la realización de las piezas, colaboran con diferentes artistas franceses que suelen tener la característica común de no ser demasiado conocidos por el gran público.

Su primer disco ve la luz en el 2004, y para él eligen el nombre homónimo al del grupo, Nouvelle Vague (Peacefrog Recodrs, 2004). Dado que los directores de este proyecto destacan sobre todo por su tarea como productores, no nos sorprende que se dediquen a versionar canciones de otros grupos bajo la estética sonora de la Bossa Nova, -estética que se ha convertido en un sello del proyecto-. Lo que sí nos sorprende es el resultado tan limpio y trabajado de las canciones que, en algunos casos, hacen que nos cuestionemos si quedarnos con el original o con la versión.

Para este primer disco y para gran parte de los siguientes, recuperan temas englobados bajo la etiqueta de New Wave, es decir música de entre los setenta y ochenta, pertenecientes a diferentes géneros que van desde el pop hasta el garaje, pasando por el disco. Entre los grupos versionados en este primer LP, están The Clash, The Cure o Joy Division. Además de contar con voces francesas -seis para este disco- cuentan con dos voces americanas, una brasileña y otra neoyorkina.

Podemos pensar que Libaux y Collin buscaran para estar piezas, artistas que conocieran la canción a versionar a la perfección. Pero realmente lo que querían era todo lo contrario, muchas de las voces, por su juventud, jamás habían escuchado las canciones. Así, los productores se aseguraban la frescura y originalidad en el resultado final.

Con Nouvelle Vague consiguen vender más de medio millón de copias. Gracias al éxito probado se lanzan a la creación de su segundo disco Bande à Part (Peacefrog Records, 2006) que recibe el nombre de la película del Jean-Luc Godard. Como un puzle con piezas que encajan, esta película pertenece al new wave del cine francés. Este disco incluye versiones de Blondie, Billy Idol y los no demasiado conocidos Echo & The Bunnymen. Al igual que el anterior LP, no defrauda y permite a los productores afianzarse en su estilo y avanzar hacia un nuevo proyecto que llega en 2009 que bautizas con el original nombre de 3 (2009, Peacefrog Records).

En esta tercera entrega, las grandes novedades son los duetos con los intérpretes originales de los temas como en Our Lips Are Sealed (The Specials) y nuevos géneros que se añaden al repertorio y ayudan a renovar su imagen.

Tan solo un año más tarde, en 2010 sacan The best Of, también producido por el sello independiente de Reino Unido Peacefrog Records. The Best of, como su nombre nos permite deducir, es una recopilación de diferentes temas de discos pasados. Ese mismo año sacan Couleur Sur parís pero esta vez, de la mano de Universal Music Canada. Este disco es un verdadero tributo a la música francesa, y en él han extendido su obsesión por el timbre femenino llegando a tener una intérprete por canción. A pesar de ello, en concierto solo podemos disfrutar de dos de estas voces.

Su trayectoria a lo largo de estos diez años es la prueba de un estilo que ha ido evolucionando y depurándose disco a disco pero manteniendo el carácter que hizo confiar a unos primeros fans y que ha conquistado a muchos más.

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