Conociendo a Pastora Soler
Foto: http://www.camaraflash.com.

Una niña de ojos azules revolotea como un pajarillo inquieto por la calles de Coria, en la mañana verde quiere ser corazón y recuerdos que saben a copla, flamenco y saeta trepando por el Castillo de don Blas, a música que besa instantes vinculados a la Macarena y a la Virgen de la Estrella de Coria, a esos sueños sonoros de un pueblo en el que creció siempre de cara al río, de cara al altozano de la vida. La luz y el sol de Coria se funden a la voz de una niña que debate sentimientos de pureza y revolución entre Paquera y Camarón, que rompe silencios con saetas, que cuando por sus entretelas siente hervir las letras de Quintero, León y Quiroga se viste de Juanita Reina, pero que sin renunciar a sus raíces se abraza a la universalidad de la música de Aretha Franklin, Barbra Streisand, Céline Dion y a la verdad de un marciano llamado Alejandro Sanz.

De aquella niña de cinco años que subió a cantar en un tablao de la Feria de Sevilla queda todo y nada, queda todo porque la humildad, la ilusión y el amor por la música siguen iluminando unos ojos bordados por la eternos matices de un azul que aflora sobre el verde en el Guadalquivir, y queda nada porque Pili Sánchez se guarda mucho de diferenciar su vida privada de la profesional, transformándose en Pastora para fundir la gracia y la pena con sus canciones, que no son otra cosa que dagas que apuñalan nuestros corazones. Con ocho años las clases de la famosa maestra sevillana, Adelita Domingo, le sirvieron para descubrir los grandes secretos de un cantar que es romance de penas negras y pasiones desbordadas.

Desde que Luis Sanz, cambió a Pili por Pastora canta y encanta caminos demostrando que hay pocas voces en el panorama musical español con tanta versatilidad, verdad y fortaleza. Podemos imbuirnos en la copla que es eterna, en esa esencia de flores y cantares, dejarnos atrapar por la saeta que rompe silencios cofrades en Sevilla, quedarnos colgados para siempre en esa maravillosa Pastora Soler, pero esta artista multifuncional es incluso más que todo eso. Son veinte años en constante progresión, evolución, y puro combate, el continuo aprendizaje de una grandiosa voz matizada con aires de caricia y aromas a la que se le recuerda Dámelo ya porque siempre hay que tener un primer éxito popular. También Sólo tú, por el cambio que emprendió con aquella letra de Martínez Ares. Y La mala costumbre, de José Abraham, maravillosa canción en la que la intensa voz de Pastora nos mostró el camino para valorar lo que tenemos, para no entregarnos solo a medias y evitar caer en la rutina malgastando el tiempo en asuntos fútiles.

Pastora es aquella mujer que está en las canciones, en las costuras de nuestro cuerpo, la que vimos volar en el Crystal Hall de Baku, donde nos quedamos prendados para siempre de su voz. Es esa maravillosa interpretación de Quédate conmigo, será por y para siempre ese inmenso no te voy a olvidar. Es la emoción y calidad, señas de identidad de un nuevo disco con el que Pastora nos va a hacer despertar. Pues Pastora viene con fuerza a entregarnos una mirada azul sobre la que navegan barquitos de cantares. Conóceme, nos ayudará a descubrir a otra Pastora, de mil canciones, mil voces, mil sueños, y once temas construidos arduamente entre Madrid y Estocolmo. La obra mayoritariamente compuesta por Tony Sánchez, (productor Quédate conmigo) con la aportación del compositor sevillano José Abraham, representa la búsqueda de un sonido pop en franca evolución.

Espérame, Vive, Fuimos, Conóceme, Pasa la vida, Cambiando, Te voy a recordar así, No me rendiré, Si vuelvo a empezar, Madre y Te despertaré, nos ayudarán a conocer aún más a Pastora Soler, que en una maravillosa avanzadilla de intenciones nos ha regalado Te despertaré, magnífico tema que es un canto al amor y la generosidad. Pues no importa quién lleva el peso emocional o económico de la pareja, lo verdaderamente importante es la razón por la que estas luchando, por lo más puro de una relación que jamás debe convertirse en una simple transacción de intereses, en un ejercicio de egoísmo y posesión, sino de entrega y generosidad mutua. En los tiempos complejos que vivimos una propuesta tremendamente aleccionadora culminada con un Duerme mi amor que de la vida ya me ocupo yo, tras el que sobran las palabras.

Como sobran palabras para el tema Madre, de José Carlos Gómez, con el que Pastora cierra un disco con el timón incomparable de una mujer que la enseñó a soñar a la vera de un río, donde el como tú ninguna se refleja sobre el agua que es vida, pues como tu madre, Pastora Soler solo hay una.

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