Rosario, la culminación de un sonido
Foto: VAVEL.

Para presentaros a esta artista y su nuevo disco no me queda otra opción que mirar hacia el cielo, viajar con la mirada al cinturón de Orión donde tres estrellas que emiten luz propia, son contempladas con igual viveza tanto desde Madrid y Barcelona como Jerez de la Frontera. Pues Rosario González Flores, gitana De mil Colores y alma negra, de pucheros de vapores flamencos y rumba catalana, porta el punto inconfundible de fiereza racial de Lola, pero como su padre Antonio González, "El Pescaílla", creador de la Rumba Catalana, siempre fue dulce y rítmica, suave y de aromas evanescentes que fusionan la rumba flamenca para mezclarla y convertirla en americana, para darle toques de rock, funk y soul. Para dotar de alma, talento y brillo un estilo personal que culmina con las influencias geniales de su hermano Antonio, la tercera gran verdad de una trinidad estelar que ilumina a esta nueva Rosario. Artista que escarba en su interior en busca de esos sonidos negros que tienden puentes entre el Barrio de San Miguel y Harlem.

Rosario es animal de escenario con una voz efímeramente finita pero absolutamente personal, capaz de llegar a los más reservados rincones de nuestra alma. Como diría Antonio, No dudaría que su madre Lola sigue despertándola en sueños de madrugada para que baile a Camarón su funky gitano, pues resulta materialmente imposible configurar la trayectoria artística de Rosario sin esa poderosa carga genética. La Rosario de ahora es fruto de la fusión del barcelonés barrio de Gracia y el jerezano barrio de San Miguel, por ello no extraña nada esa búsqueda de nuevos sonidos, el quejío del blues apretado a sus raíces, nudos enredados entre rumbas, R&B y flamenco que se traducen en Yo me niego, canción compuesta por Claudia Brant y producida por el ganador de tres Grammy, Andrés Saavedra. También single de Rosario nuevo disco con trazos de trepidante aventura gestada con duendes que llegan desde Orión a la orilla de su cama. Canciones y letras propias de Rosarillo, aquella niña que se convirtió en músico cuando agarró la guitarra de Antonio y se lanzó al precipicio de la creación, desnuda y sin artificios para crear Que bonito, Como quieres que te quiera, Mucho por vivir…

Ahora de nuevo regresa con un disco repleto de canciones inéditas propias, de esa gitana negra de la que hablaba Lola, que nació al compás de los duendes en el aire y siempre quiso demostrar que las flores siempre supieron cantar funky. Entre soul y bulerías el acorde exacto para una letra que en cascada cae por una negra melodía que muestra la evolución de la Rosario de siempre, capaz de hacernos bailar con Tu boca, rumba flamenca con firma de Antonio Carmona que en el girar del disco se transforma en Rumba Americana. Una Rosario que se niega a las cosas malas, que en Oye dime luna recurre a la balada flamenca para retratar las eternas pena de amor. Pues Comenzamos a flotar con la canción en la que junto a Fernando Osorio, vuelca esa dulzura soñadora que porta en su bonito color de voz. Mención aparte merece Hay cosas tan bonitas Pa’ querer, pues en ella el alma se parte y detiene en esas pequeñas cosas que merecen la pena. Diez canciones para el duodécimo disco de estudio de Rosario que suponen la culminación de un sonido con el que creció y siempre buscó, creyendo firmemente que el quejío flamenco es la simetría sonora del quejío de blues pero al otro lado del charco, como demuestra de nuevo en Una lágrima más. Esencias de Rosario que en Aquí Aquí se vuelcan para transmitirnos su positivo mensaje, melodía González Flores, agua de lluvia, agua de valles.

Como cantas Rosario yo quiero Tu Libertad, tu optimismo, encontrar aquella solución matemática que resuelve que Vivir es Soñar. El planeta genial de los González Flores, el de Rosario, iluminado por la constelación de Orión, donde tres estrellas hacen sonar por soul, rumba y bulerías, una guitarra de lunares y volantes.

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