Ruth Lorenzo deja una gigante huella en Barcelona
Ruth Lorenzo en el showcase de hoy en Barcelona (Foto: Iago Suárez)

Ruth Lorenzo aterrizaba en Barcelona con la intención de presentar Planeta Azul, su nuevo disco, a los fans catalanes que desde hacía horas se agolpaban a la entrada de Fnac de Diagonal Mar para conseguir acceder a un miniconcierto y firma de discos con aforo limitado. El resultado, cuatro canciones, muchas risas y un ciento de personas que llenaron la sala, siendo necesario quitar las sillas para que los asistentes se sentaran en el suelo para conseguir que todo el público pudiera acceder.

La sala adaptada para el evento se llenó hasta los topes (Foto: Iago Suárez)

Noche en blanco fue la encargada de abrir la tarde, acompañada de una historia que nació en Madrid y que fue la que dio vida a este tema. Como Ruth contó, fue durante la noche en blanco madrileña cuando le "juraron amor eterno", pero como la mayoría de las historias, no contó con un final feliz. A esta canción le siguió el aclamado Gigantes, que ya supera las 100.000 reproducciones en Youtube. Fue justo después de esta interpretación cuando Jordi, el chico que acompaña a Ruth Lorenzo en su nuevo videoclip hizo acto de presentcia para sorpresa de la murciana.

El coprotagonista del vídeo de 'Gigantes' junto a Ruth (Foto: Iago Suárez)

Renuncio, otro de los temas preferidos por los fans, que esta semana ha conseguido colarse entre los temas más vendidos en nuestro país, irrumpió con gran fuerza sobre el escenario. Precisamente, fue este tema el que trajo una de las historias que más calaron en el público. Ruth Lorenzo relató como conoció a su primer amor, como se negó a una pedida de mano frente a La Manga, como lo persiguió a Hawaii y como la historia terminó con los dos amantes cada uno por su lado. Él se casó y tuvo hijos, pero Ruth no fue menos: "Yo me casé con la música".

Patito Feo, unas de las preferidas del álbum de la cantante de Dancing In The Rain, fue la elegida para poner punto y final, pidiendo a todos los asistentes que dejaran volar ese patito feo que todos llevamos dentro. A continuación, la emoción del momento dio paso a la alegría, fotos, charlas y firmas de un Planeta Azul que brilló con luz propia en la Ciudad Condal.

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