Los platos sustituyeron a las guitarras y los potentes focos ocuparon el lugar de las baterías. La Ciudad del Rock de Arganda del Rey (Madrid), cambió de 'género' durante un fin de semana, para convertirse en el escenario de uno de los mayores eventos musicales de este verano.
Con una temática y escenografía similar a los festivales que triunfan en todo el mundo (Tomorrowland, Ultra...), y un cartel digno de ellos, los organizadores prometían un fin de semana inolvidable, con la buena música como protagonista.
Grandes nombres como reclamo
Desde un primer momento, los organizadores tuvieron claro que el principal valor del festival residía en la calidad -y popularidad- de sus artistas. Este hecho se hizo notar de una forma especial en el primer día, con nombres "más comerciales" y conocidos por el público no especializado en la materia.
En la jornada del viernes, el DJ radiofónico Jose AM fue el encargado de abrir el escenario Summer a las 18:00. Este escenario, que hacía las veces de mainstage, acogió a los artistas de más renombre hasta la mañana del día siguiente. La actuación de Yellow Claw fue el primero de los momentos más esperados. El trío holandés hizo temblar los cimientos del recinto con un potente set donde el trap, marca de la casa, fue protagonista.
Caía la noche sobre Madrid, y con ella se subían al escenario artistas de la talla de Deorro, Above & Beyond o Dimitri Vangelis & Wyman. La actuación de estos últimos fue una de las más aclamadas, con un progressive que llegó al alma de los allí presentes.
Tras un repaso por los temas más populares de la mano de W&W, Armin Van Buuren dio la bienvenida al amanecerllegaba el momento más esperado de la noche. Llegaba el set de Armin Van Buuren, cabeza de cartel y cinco veces nombrado "mejor DJ del mundo". Cuando el holandés está a los platos lo mejor es cerrar los ojos y que el trance, que en él se personifica, te haga amanecer bailando.
A Summer Story apostó por la variedad, y por ello, los amantes del techno, pudiero disfrutar en el escenario Stardust de uno de sus mayores representantes, el afamado DJ español Paco Osuna.
Segundo día para los amantes de la electrónica
Con el cansancio reflejado en el rostro, y la resaca como inestimable compañera de viaje, el fiel público acudía a su cita con el segundo día de festival, un día para los verdaderos amantes del género, con actuaciones de los más consagrados DJ's. El sábado era el día del trance, y el anteriormente Summer Stage se convertía en la casa del techno, en la que maestros como Joseph Capriati, Tale Of Us, Marco Carola o Joris Voorn marcaron el ritmo al cual el público "quemaba suela".
El otro género protagonista en la segunda jornada fue el bass. El Bassexperience Stage acogió las estelares actuaciones de Dub Elements y Zomboy. Tanto el dúo sevillano como el artista británico, provocaron un auténtico terremoto con sus potentes ritmos dubstep y drum and bass.
Una hora de calma precedió a la tempestad, traida de la mano de DJ Nano y su legendario "Oro Viejo". En un set "remember" que se extendió a las ocho horas de duración, el artista español recuperó los sonidos de los 90 y principios de la década del 2000.
Un festival muy 'hard'
Tras un tiempo en la oscuridad y a la sombra del acaparador big room, el Hardstyle vuelve a reclamar su plaza en el olimpo de la música electrónica. Conocedores de esta tendencia, los organizadores crearon un auténtico ecosistema llamado Extreme Camp donde se dieron cita los siempre fieles seguidores del género más "hardcore". Referencias del género como Brennan Heart o Da Tweekaz evidenciaron a golpe de bombo aquello de "Hardstyle Never Dies".
