Muchos países han aspirado a ocupar el trono de Estados Unidos al frente a la natación mundial. Ninguno lo ha conseguido; ni la URSS, ni Australia, ni China, ni Japón. Ninguna de las grandes potencias ha conseguido destronar a los norteamericanos. Esto puede tener múltiples explicaciones, pero sin duda una de ellas es la natación universitaria estadounidense, una de las piezas clave en el deporte de ese país.

La organización matriz de todos los deportes universitarios es la National Collegiate Athletic Association, más conocida por las siglas NCAA. La NCAA organiza 89 campeonatos a nivel nacional en 23 deportes distintos, acogiendo a un total de más de 430.000 deportistas - estudiantes, lo que nos da una idea de la dimensión administrativa y del arraigo de esta institución en la cultura deportiva estadounidense. En sus competiciones participan principalmente universidades, pero también colleges y, en definitiva, casi cualquier institución educativa más allá de la secundaria. Sólo en primera división están representada 349 instituciones educativas de 49 estados –todos excepto Alaska y el Distrito de Columbia-.

La cuantía de las becas ofrecidas dependerá de la división

Todos los deportes se estructuran en tres divisiones, en las que compiten los distintos equipos deportivos de cada institución. Se puede dar el caso de que la Southern California University tenga un muy buen equipo de natación pero un nefasto equipo de baloncesto, lo que no es habitual, ya que la división en la que milita un equipo normalmente suele ser por “elección”. Las divisiones se ordenan en función de las becas que puedes o quieres ofrecer, por lo que normalmente una universidad dispuesta a ofrecer cuantiosas becas tiene a todos sus equipos en Primera División, de ahí la “elección” mencionada anteriormente. En Tercera División están las universidades que no quieren ofrecer becas, o que por alguno motivo no pueden, lo que es algo bastante extraño.

En total, durante 2012 las distintas instituciones educativas gastaron 1.200 millones de euros en becas para deportistas. Las becas pueden ser anuales o -sólo en Primera División- multianuales. Los equipos pueden contar con un máximo de dieciocho nadadores. Al margen de las becas que ofrecen las distintas universidades, los deportistas que cumplan una serie de requisitos -como por ejemplo estar por debajo de un umbral de ingresos- pueden acceder a becas adicionales que corren a cargo de otras instituciones, ya sean políticas -estados o ayuntamientos locales- o deportivas -la propia NCAA-. Las becas pueden ir desde una asignación mensual hasta una beca completa que incluya matrícula, alojamiento, manutención y asignación mensual en metálico. El coste de una beca completa se estima en unos 4.000$ anuales de media. En la práctica, las becas suponen un contrato que liga al deportista a su universidad y a la NCAA, no pudiendo suscribir ningún tipo de relación contractual con ninguna marca comercial.

Los deportistas que milian en la NCAA no pueden recibir dinero por otras vías

En natación, una institución sólo puede emplear en becas el equivalente a 9’9 becas en categoría masculina y 14 en femenina, dinero que deberá repartir como mejor le parezca entre todos sus nadadores. Esto no quiere decir que sólo se puedan tener a diez deportistas, sino que a medida que aumente el número de nadadores irá disminuyendo la cuantía de las becas. En otros deportes, como el baloncesto, se permite becar a un número de jugadores con una no variable en función del número de miembros del equipo. La diferencia entre el presupuesto de que se dispone para becar a nadadores con respecto a las nadadoras puede explicar que haya más nadadoras en competiciones de la NCAA.

También se fomentan el resto de deportes acuáticos, como la sincronizada, el waterpolo o los saltos, por lo que todos los equipos incluyen el apellido and diving. El seguimiento a la disciplina de los saltos contrasta con el caso de España, país en el que las instalaciones adecuadas para entrenar brillan por su ausencia. En el caso de EEUU, prácticamente todas las universidades tienen plataforma para saltos de una calidad magnífica.

McDonald's Swim Stadium, piscina de verano de los USC Trojans

El modelo de competición es similar al de cualquier otro deporte: enfrentamientos directos entre equipos, aunque incluye las conferencias como rasgo característico del deporte estadounidense. Normalmente, en el mes de marzo, se celebra un campeonato conocido como Championship a modo de final, en el que se decide el ganador. Esta final, la Championship, es un espectáculo entre los mejores equipos universitarios de EEUU, al más alto nivel, televisado en directo por la televisión a nivel nacional y con servicio de inline a nivel mundial.

La labor de scouting está a la orden del día, y todas las universidades compiten por becar a más y mejores deportistas, extendiendo sus redes a cualquier rincón del mundo. Sin ir más lejos, muchos de los mejores nadadores del mundo compiten o han competido en la NCAA, como por ejemplo Vladimir Morozov o Katinka Hosszu, que nadan para los Trojans, el apodo con el que se conoce a la antes mencionada Southern California University.

Un dato para que entendamos la dimensión del campeonato de natación de la NCAA es, cómo no, el número de nadadores: 9.269 en Primera División, 2.692 en Segunda y 8.753 en Tercera, haciendo un total de más de 20.000, de los que aproximadamente el 43% tiene beca. Esto contrasta con la situación de la natación en países como España, en los que la financiación brilla por su ausencia.

Algunos de los mejores nadadores de la historia pasaron por la NCAA

Al margen de lo deportivo, los beneficios económicos proporcionados por el deporte universitario son enormes e incalculables. No se puede precisar un número de empleos creados directa o indirectamente. En el caso de la natación no sólo entrarían nadadores, entrenadores o técnicos de distinto tipo. Las piscinas precisan un mantenimiento, los deportistas se lesionan y van al fisioterapeuta. Los nadadores necesitan de todo tipo de artículos, desde bañadores hasta bebidas energéticas.

Para hacernos una idea de la exquisita organización de la que hace gala la NCAA disponemos de una magnífica herramienta de valoración: su página web, que incluye una tienda con miles de productos dispuestos a ser enviados a cualquier lugar del mundo. La industria de la NCAA es enorme, y enormes son los beneficios que genera para la sociedad, no sólo en el plano deportivo sino también en el económico. Todo esto hace que merezca la pena mantener engrasada la mastodóntica maquinaria del deporte universitario.