Europa se plantó en el Duel in the Pool de Glasgow con la esperanza de derrotar por primera vez en su historia a Estados Unidos. En este Ryder Cup de natación los americanos se mantenían invictos después de cinco ediciones, aunque en esta la historia parecía variar ligeramente, con máxima igualdad entre los dos continentes. Así lo creían voces autorizadas como Fred Vergnoux, que también cargó contra los nadadores europeos que renunciaron a asistir, como Vladimir Morozov o Katinka Hosszu, que prefirieron los cuantiosos premios en metálico que ofrecía en el mismo fin de semana la Salnikov Cup de San Petersburgo.

Otras bajas voluntarias, como las de Ruta Meilutyte y Efimova, lastraron aún más al equipo europeo, que se vio en desventaja frente a su rival. En Estados Unidos también faltaron varias estrellas: Missy Franklin por hallarse en pleno curso universitario y Ryan Lochte por lesión, al igual que Kromowidjojo en el lado europeo.

Ambos equipos presentaron bajas, sobre todo el europeo

Pese a esta circunstancia, se puede tomar como resultado representativo del estado de la natación en ambos continentes a día de hoy, y sacar conclusiones al respecto. Desde el primer momento Estados Unidos fue por detrás en el marcador, alejándose de forma definitiva tras el triplete europeo en los 400m libres del primer día. La media distancia es terreno abonado para Europa, y eso que en Glasgow sí estuvo Katie Ledecky.

Sólo sumando los puntos de los 800 y 400m libres femeninos Europa consiguió 18 puntos, todos los que se disputaron, una losa demasiado pesada para su rival. Cediendo una parte tan importante de la competición la victoria se complicó mucho para los norteamericanos, que llegaron a alejarse quedarse más de veinte puntos rezagados, exactamente los veinte puntos que ganó Mireia Belmonte para Europa, la única nadadora en contar sus finales -cuatro- por victorias.

Otro hándicap importante para EEUU fue el bajo rendimiento de sus nadadoras, superadas una y otra vez por las europeas, tanto en las pruebas de medio fondo como en los relevos, y eso que faltaron a la cita varias de las mejores nadadoras del viejo continente.

Europa dominó de forma aplastante las pruebas femeninas

Como contrapeso a este dominio femenino europeo, la natación masculina local no dio resultados demasiado brillantes, perdiendo los dos relevos y sumando bastantes menos puntos que sus homólogos del otro lado del Atlántico. Salvo ocasiones puntuales como los 200m braza, las finales masculinas fueron un seguro de vida para los Estados Unidos.

El trío norteamericano de velocistas formado por Anthony Ervin, Jimmy Feigen y Cullen Jones respondió en un momento decisivo: los 50m libres, una de las últimas pruebas individuales en celebrarse. Hicieron triplete y ayudaron a su país a sumar puntos vitales cuando el tren de la victoria parecía escaparse. El día anterior no pudieron hacerse con la victoria en pruebas como los 100m libres, donde se plantaron como claros favoritos. Yannick Agnel pudo más. El francés afincado en Baltimore ha mejorado sustancialmente en los últimos seis meses en casi todos los aspectos, especialmente en sus virajes. Una transferencia directa desde Bob Bowman hacia el potencial europeo.

Estados Unidos ganó 4x50m estilos mixtos que sirvió de desempate por 0.20 segundos

La primera derrota de Estados Unidos estuvo a punto de producirse. Se llegó con resultado de empate a los relevos, creando una tensión que de habérselo propuesto los organizadores no habrían tenido forma humana de conseguirla. La espectacularización de la natación pareció llegó a su punto álgido en los 4x100m libres, pero aún fue a más cuando, después de repartirse los 14 puntos se tuvo que recurrir a un desempate.

La fórmula elegida fue la de los 4x50m estilos mixtos, quizás la prueba de nivel más representativa de la natación. Prácticamente plasmó esta última final lo ocurrido durante los dos días de competición: las dos primeras postas, realizadas por hombres, fueron muy favorables a Estados Unidos. Cuando entraron en acción Jeanette Ottesen y Francesca Hallsall ya era tarde para solucionarlo, que finalmente la victoria estadounidense se produjo por sólo dos décimas de ventaja.

¿Quién dijo que la natación era aburrida? Nada más lejos de la realidad. 

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Sobre el autor
Edu Álvarez
Periodismo especialista en natación. Actualmente escribo para Vavel y para beticismo.net