A escasos meses del inicio de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, los deportistas aceleran su puesta a punto y buscan llegar con las mejores sensaciones posibles. En Brasil se viven estos meses de una manera especial. Y es que a pesar de las suspicacias que ha despertado la cita olímpica en el plano logístico y económico así como la inestabilidad política actual, la ilusión comienza a desbordarse a medida que se acerca el mes de agosto.

A ello contribuye el estado de forma de una nadadora llamada a lograr grandes éxitos en el futuro. Ella es Larissa Oliveira, que con apenas 23 años es una de las opciones a lograr metal en la piscina, para el país latinoamericano.

Su progresión es meteórica desde 2012, año en el que fue sexta en los Campeonatos del Mundo celebrados en Estambul, en la modalidad de 4x100 metros libres. También participó en los de Barcelona del año siguiente. En 2015 participó en los Juegos Panamericanos, ganando tres medallas y captando la atención del mundo de la natación. El último año no hace más que batir sus propios récords, lo que hace pensar en que llegará en plena forma a la cita olímpica.

Un nuevo episodio de esta superación personal, se dio en el Campeonato Nacional Brasileño, donde con una marca 54,03 batió su propio récord en los 100 metros libres, que se encontraba establecido en 54,61. En este mismo torneo también logró batir la marca de los 200 metros libres. No es su especialidad pero ya quedó quinta en los Juegos Panamericanos de 2015, y ha vuelto a demostrar que puede ser competitiva, logrando una marca de 1:57.37.

Resultados muy halagüeños para una nadadora que ha despertado pasiones en Brasil y sobre la que hay muchas expectativas puestas. Habrá que ver si Larissa no se amilana por la presión que supone llegar como candidata a una medalla.