Rondaba el otoño de 2011, cuando la familia de Rami le dijo que tenía que hacer la maleta. La guerra en Siria había comenzado y tenía que salir del país. Anis se dispuso a hacer el equipaje, metió sus dos chaquetas, las únicas sudaderas que tenía y tres pantalones. El nadador pensaba que iba a estar fuera de sus país unos meses y que después todo iba a volver a la normalidad, pero la realidad fue otra. Este fue el comienzo de una historia apasionante por un sueño, el sueño olímpico.

Rami Anis: "Casi no teníamos comida, y nos vimos obligados a sobrevivir con fruta y zumos. El viaje duró 10 días y fue el más difícil que he hecho nunca, mi experiencia más difícil".

Su primer destino fue la ciudad de Estambul. Ahí se encontró con su hermano que estaba viviendo en la capital turca desde hace unos meses con el objetivo de aprender el idioma. Él seguía con la intención de volver y de seguir entrenando para convertirse en uno de los mejores nadadores, aunque pronto se dio cuenta que sería imposible regresar y que tenía que hacer algo para retomar la natación. Una entrenadora serbia se hizo cargo de él. Su vida se estabilizó durante cuatro años mientras entrenaba en un club de natación cercano a su casa. Sin embargo, no podía participar en competiciones por no poseer la nacionalidad turca y veía como su carrera de nadador se le escapaba lentamente de sus manos. En ese momento con una vida ya estabilizada y cómoda decidió emprender un viaje a Bélgica con el objetivo de seguir dando pasos firmes rumbo a los Juegos Olímpicos.

Rami Anis entrenando I Foto: JJOO
Rami Anis entrenando I Foto: JJOO

Bélgica, la catapulta al éxito

En octubre de 2015 abandonó Estambul y puso rumbo a Esmirna. Decidido, se montó en bote hinchable junto a otros emigrantes y desembarcaron en unos días en Grecia. Los siguientes paises de esta odisea serían Macedonia, cruzar Serbia, Hungría y Croacia... hasta que un día llegaron a la tierra prometida, la preciosa Bélgica. Atrás quedaron los madrugones, las horas en el tren y en el autobús y las largas caminatas. Fueron diez días de dolor, soledad y sufrimiento, pero había merecido la pena.

Cuando plantó el primer pie en Bélgica se puso en contacto con la federación de natación. La historia de Rami les fascinó y pronto le presentaron a la que sería su entrenadora, Carine Verbauwen. Carine le aconsejó, le ayudó a buscar un piso donde instalarse, le dio clases para aprender el idioma y le entrenaba nueve veces a la semana en una piscina olímpica cerca de Gante. El jóven sirio recuperó la energía y su sueño volvió a coger todavía más fuerza. Toda una ex-nadadora olímpica le estaba entrenando para poder estar en Río. 

Rami anis con sus compañeros I Foto: JJOO
Rami anis con sus compañeros I Foto: JJOO

Un día Carine Verbauwen le dijo: "Si realmente quieres tener una oportunidad de ir a los Juegos, no puedo tener piedad contigo. Tendrás que entrenar muy duro". La propia nadadora contaba a los medios, que su dedicación fue máxima y que eso fue un factor clave para poder haber llegado hasta donde está ahora. La deportista belga está segura  que si se hubiera quedado en Siria, si no hubiera habido guerra, hubiera ido a los Juegos Olímpicos. Además, está muy orgullosa del equipo de refugiados y de que su pupilo sea el encargado de portar la bandera olímpica en la ceremonia de inauguración. 

El poder de los sueños

Rami ahora mismo se siente muy orgulloso de poder representar a todos los refugiados que viven una situación dramática. Su intención es clara, mandar un mensaje al mundo de que los repatriados pueden ofrecer algo a lo sociedad. Que son gente con mucho talento atrapado dentro y que si les dan una oportunidad serán capaces de integrarse. Para llegar a Río ha tenido que abandonar su tierra, caminar kilómetros, aprender un nuevo idioma... pero el objetivo se ha cumplido. Esta es la historia de un sueño a prueba de bombas que ni la guerra pudo destruir.

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Sobre el autor
Jaime Egüen Hernández
Pertenezco a la versión beta de la Generación del 98. Coordinador General de NBA VAVEL y redactor del Real Madrid de Baloncesto. Antes MotoGP y F1.