Esta victoria es fundamental para un equipo golpeado, sobre todo porque pudo recuperar la imagen defensiva que había perdido en todo el 2012. Además, el brazo de Ben Roethlisberger también regresó con todo, para anotar un touchdown espectacular con un pase largo de 55 yardas hacia Emmanuel Sanders.

Las bajas en la ofensiva presagiaron una campaña anómala, pero nadie esperaba que sea tan mala para Pittsburgh. No obstante, a Big Ben se lo vio muy solo y poco acompañado en los primeros cuatro juegos. Esta vez, el equipo decidió fortalecerse desde la defensiva y, la idea, fue golpear cuando la ofensiva pueda. Y dio resultado.

Enfrente se paró Jets, que mantiene su irregularidad marcada, alternando triunfos y derrotas, pero que se despertó desde algunos buenos partidos del mariscal sustituto de Mark Sanchez, el novato Geno Smith. Sin embargo, Geno sufrió ante Steelers y, sus compañeros, jamás supieron cómo protegerlo adecuadamente.

Smith fue capturado tres veces, soltó el balón en una ocasión y lo interceptaron dos veces. Así, redondeó uno de los peores encuentros de 2013. Jets parece ser una franquicia irresoluta y nunca puede afirmarse, con Sánchez o sin él.

Es cierto que Steelers ganó con cuatro goles de campo de Shaun Suisham, además de la anotación mencionada con el pase glorioso de Roethlisberger- Sanders. Esto no debe amedrentar al grupo, ya que era esperada una deficiencia ofensiva sin Mendenhall y Wallace. Lo importante para Pittsburgh debe ser el futuro a mediano plazo para la reorganización del equipo, ya que continúan en el fondo de la AFC Norte (1-4). El dato histórico positivo es que Steelers sumó el triunfo 600 en la historia de la franquicia.