Fue un partido sereno para Cowboys, hasta que comenzó el tercer período, cuando Washington descontó varios puntos. De hecho, Redskins sumó más yardas totales, a pesar del irregular trabajo de Robert Griffin III, pero la defensa de Dallas se estableció, su ofensiva golpeó justo y los equipos especiales hicieron la diferencia.

No fue nada fácil reponerse física y mentalmente del partido con Denver, que terminó 51-48, pero que desgastó por completo al plantel “vaquero”. El controversial mariscal Tony Romo completó 18 de los 30 pases que lanzó, con un solo touchdown y una intercepción, aunque fue vital para los avances en serie.

El trabajo del juego terrestre si fue vital, ya que sus corredores DeMarco Murray, lesionado, y Joseph Randle marcaron puntos transportando el balón hasta la zona de anotación. Además, Dwayne Harris regresó con una patada de despeje de 86 yardas, siendo esta jugada la más emblemática del trabajo de los equipos especiales, ya que Cowboys sumaron 222 yardas con regresos.

El duelo solo le sirve a Cowboys porque con este triunfo es líder de su división, mientras que nada tiene que ver este equipo de Washington con aquel que sorprendió a todos en la temporada 2012.