NUEVA YORK - Los Jets ganaron en la prórroga a unos Patriots desconocidos en la segunda parte que a pesar de ir casi todo el partido ganando, no supieron dar un golpe definitivo. Esta era una semana importante para los de Nueva Inglaterra, no sólo porque se enfrentaban contra un equipo de su división, sino porque también recuperaban a uno de sus jugadores estandarte de la ofensiva, Rob Gronkowski.

El partido comenzaba bien para los Jets que en el primer drive lograban adelantarse en el marcador con un touchdown de J. Kerley. El jugador tejano se convertiría en uno de los referentes ofensivos con un total de 97 yardas y 8 recepciones para los de Nueva York. Las numerosas bajas defensivas en el cuadro patriota empezaban a dejarse ver.

El primer golpe lo dieron los Jets, pero poco tardaron en responder los Patriots. Un gran pase de 30 yardas de Brady a Gronkowski, dejaban a su equipo a 2 yardas de la zona de anotación. Finalmente B. Bolden lograría anotar en una carrera corta y empatar el partido con la conversión del punto extra.

Los verdes avanzaban fácilmente en su campo, pero Geno hizo una mala lectura y L. Ryan interceptó el ovoide marcando el segundo touchdown para los suyos. Retornó 79 yardas logrando la anotación más larga del partido.

El primer cuarto llegaría a su fin con 7-14 para los Patriots. Tom Brady se encontraba cómodo en el campo porque su línea era un muro y podía pensar y gestionar las jugadas mucho más tranquilo. Todo lo contrario le ocurría a su homólogo rival que se estancaba y finalmente solo pudo llegar hasta la yarda 19 para que N. Folk lograra poner el 10-14 en el marcador con un gol de campo de 37 yardas.

Los de Nueva Inglaterra sólo sabían anotar de siete en siete y esta vez, a falta de 5 minutos para el descanso, S. Ridley lograría su único touchdown con una carrera de 17 yardas por la derecha de la línea. Los Pats ya estaban en un 10-21, resultado que no respondía a las 98 yardas que sumaban contra 219 de los Jets.

La segunda mitad fue una pesadilla para los de Bill Belichick que comenzaban el drive con un fumble y posterior intercepción. Antonio Allen retornó 23 yardas y desataba la euforia en el Metlife Studium. En ese mismo tercer cuarto los locales remontaron con un touchdown del propio mariscal neoyorquino y un gol de campo. El marcador lucía por primera vez de cara para los locales.

Los Patriots solo pudieron anotar dos goles de campo de 39 y 44 yardas en el último cuarto y forzar así un 27-27 que llevaba a los dos equipos a la prórroga. Los nervios parecían haberse hecho con Tom Brady que terminó el encuentro con 1/12 en terceros downs.

Se llegaba al tiempo extra y entonces la fortuna cayó del lado de los visitantes que tenían posesión para ganar el encuentro. Brady seguía sin encontrarse y no supo sacar la varita mágica con la que deleitó a todos la semana pasada.

Finalmente el choque se decantó para los Jets con intriga. Los árbitros dieron como inválida la jugada en la que N. Folk falló la primera patada que tenía para ganar. Después de las quejas de Bill Belichick, los Jets pudieron llevarse el gato al agua y colocarse con un 4-3 con el que pueden respirar más tranquilos. Por su parte los Patriots se ponen 5-2, ambas derrotas a domicilio.

Gronkowski líder de la ofensiva en su regreso

El ala cerrada de los Patriots volvía a jugar después de tres operaciones del antebrazo y problemas en la espalda que le han tenido alejado de la parrilla durante seis meses.

Con 114 yardas y 8 recepciones, el jugador de origen neoyorquino se convirtió en el líder de la ofensiva de Nueva Inglaterra y se reafirma como uno de los mejores jugadores de la NFL en su posición. Demuestra así que las lesiones ya son historia y a pesar de su larga ausencia sigue siendo un pilar fundamental para los suyos.

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Sobre el autor
Pablo Álvarez
Hasta ahora todo va bien pero lo importante no es la caída sino el aterrizaje