Todo o nada. Con esa idea en mente llegaba Dallas a su encuentro con su compañero de división en el encuentro 108 entre estas dos franquicias. Los Cowboys venían de perder por uno ante Green Bay en un partido en el que los sureños se relajaron demasiado debido a su cómoda ventaja y fueron remontados por unos pletóricos Packers. Así pues, en Washington solo cabía ganar para mantenerse vivos en la pugna por los playoffs.

El partido comenzó mal para los Redskins, que se vieron obligados a realizar un despeje temprano, siendo atrapado hábilmente por el numero 15 de los Cowboys, Michael Spurlock, que avanzó 62 yardas gracias a un trabajo sensacional de los defensas de Dallas. El touchdown no se hizo esperar y Murray corrió 4 yardas para anotar los primeros 6 puntos para su equipo. Después de anotar el adicional, el partido se quedaba en 7-0 para los visitantes. Rápidamente los Redskins perdieron de nuevo la posesión y se vieron obligados a realizar otro despeje. Afortunadamente para ellos, Romo no estuvo muy acertado en el pase, metiendo balones literalmente en el vacio, con lo que Washington recuperaba la posesión para marcar un gol de campo que les ponía 7-3 por debajo de sus rivales.

El segundo tiempo empezó con Washington recuperando el balón, gracias a una buena defensa, consiguiendo así el ovoide y poniendo en marcha una ofensiva que avanzó yardas como una maquinaria bien engrasada, aunque cuando llegaron a la red zone se atascaron y tuvieron que recurrir de nuevo a un gol de campo de 19 yardas conseguido por su pateador Kai Forbath. Después de esto Dallas se puso las pilas y después de un retorno de 43 yardas, comenzaron un increíble ataque, un buen pase de 31 yardas de Romo y en la siguiente jugada, una maniobra de elusión a la defensa, metiendo en salto un pase de 14 yardas directo a la manos del receptor Dez Bryant, consiguiendo un touchdown muy bonito y dejando así el partido en 14-6 para los Cowboys.

Al empezar el penúltimo tiempo los Redskins salieron con energías renovadas al campo, forzaron un fumble a su favor en los primeros instantes del cuarto y comenzaron a avanzar rápidamente hacia un touchdown que no tardo en producirse, mediante un pase de 8 yardas a Pierre Garcon. Washington se acerco en el marcador a los visitantes dejando las cifras en 14-13. De nuevo la irregularidad de Romo en el campo se hizo patente, sufriendo una intercepción por parte de Hall, comenzando así una nueva ofensiva por parte de los locales. Aquí es cuando el corredor Alfred Morris dejó entrever los problemas en la línea defensiva de Dallas, metiéndose en tres ocasiones por el mismo sitio, avanzando así hasta que penetró la línea de anotación poniendo por primera vez delante a Washington por 14-20. Los Cowboys volvieron a perder su posesión gracias a una buena defensa de los Redskins y perdieron 15 yardas en una falta por rudeza innecesaria, dejando a los de rojo a escasas 30 yardas de distancia.

Aprovechando a su magnífico pateador Washington, al comienzo del último cuarto, lanzó un gol de campo de 47 yardas poniendo así distancia en el marcador con un 14-23 a favor, lo cual les daba un mullido colchón para alzarse con la victoria. Pero al parecer el tridente ofensivo Romo-Bryant-Murray tenía otros planes. Después de un fuerte agarrón a la pierna del QB de Dallas, Washington forzó un 4 down de Dallas, en el cual un herido Romo consiguió sacar fuerzas de flaqueza y meter un pase en corto que les devolvía un muy necesitado first and ten. De cualquier manera, los vaqueros se vieron incapaces de conseguir el touchdown y lanzaron un gol de campo de 25 yardas que fue convertido por Bailey. Aquí comenzaba el tiempo de los héroes. La defensa de Dallas conseguía de nuevo un despeje del rival, saliendo así por última vez la ofensiva de Dallas, que se terció increíblemente eficaz en el campo. Un pase de 51 yardas de Romo recogido por su receptor Dez Bryant les dejaba en plena red zone del equipo local, y en la siguiente jugada Murray conseguía un increíble touchdown mediante un maravilloso pase de Romo en 4th and goal que ponía 24-23 por delante a los Cowboys. En los instantes finales los Redskins hicieron gala de las pocas ganas que tenían de ganar el partido, metiendo su QB tres pases que parecían ir destinados al vendedor ambulante de perritos del estadio, terminando así un partido que tenían en el bolsillo de no ser por la magnífica actuación en el último cuarto de su rival.

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