Los años pasan rápido. Las temporadas de la National Football League lo hacen aún a mayor velocidad. Cinco meses de frenesí, belleza, adrenalina y emoción desde el primer snap hasta el último de los que se han disputado. Solo queda un partido, pero vaya partido. Es el gran día, el Super Domingo, el Super Bowl, la noche que paraliza a Estados Unidos y, por onda expansiva, al resto del mundo. Los Denver Broncos y los Seattle Seahawks saltarán al gélido MetLife de New York -o New Jersey, como prefiera el espectador- para jugar por la gloria en el Super Bowl XLVIII (Canal +, 00:30 hora española).

El primer Super Bowl en ambiente frío disputado jamás será también el que cite a los dos mejores equipos del curso. El escenario es tan simple como interesante: el domingo noche veremos al mejor ataque de la NFL, los Denver Broncos, contra la mejor defensa de la NFL, los Seattle Seahawks. Estrellas en los dos bandos y en todas las unidades. Oportunidades históricas y leyendas pluscuamperfectas.

Seattle Seahawks: el muro que nadie ha logrado derribar

Los Seattle Seahawks, representantes de la NFC, llegan a su segundo juego por el campeonato después del que tuvieron en 2005, cuando los Pittsburgh Steelers dejaron sin su primer anillo a la franquicia establecida en 1976. Aquél día quizá les faltó nombre, presencia, experiencia, galones.

Hoy la cosa es distinta. Entonces las riendas del ataque seahawk las tenía Matt Hasselbeck y ahora las maneja con acierto el menos mediático de la deliciosa cosecha de quarterbacks que ofreció la clase de 2012. En un draft que tuvo a Andrew Luck y Robert Griffin III, el primer mariscal en conducir a su equipo al sueño de un Super Bowl ha sido el más comedido. Es Russell Wilson, un tipo de tercera ronda que ni siquiera debía ser titular -sobre el papel- en su primer año. Ayudado -y mucho- en el ataque por un running back estelar como es Marshawn Lynch, conforman junto a receptores como el recuperado Percy Harvin una ofensiva a la altura de todo un Super Bowl.

Pero si en algún lugar destacan los Seahawks es en su poderosa defensiva. No hay quarterback ni receptor en la NFL que no haya temido y sufrido al bloque impenetrable que forma la defensa de Seattle. Aún daban más miedo en su estadio, donde su afición ruge y detiene ataques, literalmente, por confusión y agotamiento. Aunque el domingo vayan a estar en el otro rincón del país, el mero hecho de contar con jugadores de la talla de Earl Thomas, Kam Chancellor y sobre todo Richard Sherman -gran bocazas pero mejor cornerback de la liga- ya supone que los quarterbacks se lo piensen antes de lanzar un balón a la ligera hacia el territorio de la secundaria de Seattle. Los Seattle Seahawks solo han permitido 14.4 puntos por partido a sus rivales.

Comandados en la banda por un Pete Carroll cada vez más impoluto en sus decisiones, los Seahawks son los menos favoritos en un duelo en el que, precisamente por la calidad de ambos, parece imposible definir un rival débil. No será una sorpresa que gane alguno de los dos. La lástima es que alguien tenga que perder.

Denver Broncos: Peyton Manning ante la posible culminación de su leyenda

¿Por qué? Porque si nos referíamos al gran bloque que ha construido Seattle en un par de años, enfrente se enfundará el uniforme de los Denver Broncos un hombre que, aún en activo, ya se ha encontrado con su propio mito. Peyton Manning, recién electo MVP de la temporada y uno de los mejores quarterbacks de la historia de este deporte por derecho propio, tiene ante sí la ocasión de agrandar y quizá cerrar su legendaria trayectoria. Él quiere seguir jugando, pero sin duda días como el de mañana son muy difíciles de repetir.

De ganar, los Denver Broncos conseguirían su tercer campeonato mientras Manning ganaría su segundo anillo -en tres presencias en la final- y sería el primer quarterback de la historia en ganar un Super Bowl con dos equipos distintos. Después de toda una vida en los Indianapolis Colts, que renovaron generación pensando que Peyton nunca se recuperaría de sus apartosas lesiones en el cuello, los Broncos le acogieron precisamente para lo que intentará hacer mañana.

Delante de Peyton Manning, el staff Denver, con John Fox como head coach, puso a una constelación de receptores de calibre Pro Bowl. Todos ellos, si apuramos. Demaryus Thomas, Julius Thomas, Eric Decker y… La incorporación de lujo que la franquicia de Colorado arrebató a New England: Wes Welker. También será otra oportunidad genial para Welker, que quiere redimirse de sus drops claves en las dos finales que ha perdido con los Patriots ante los Giants del hermano de Peyton Manning, Eli.

Los receptores de los Broncos forman con su veterano quarterback y las carreras del explisivo Knowshon Moreno la asociación más letal que un emparrillado puede ver hoy en día. Mientras antes apuntábamos que los Seahawks permitían menos de 15 puntos por partido, los Broncos promedian 37.9 anotados. Saber por dónde puede salir el partido es una auténtica lotería. ¿Anotador o poco anotador? ¿Mantendrá sus nervios de acero Peyton Manning ante la precisamente férrea defensa de Seattle? Si recurriéramos a aquél dicho que afirma que los ataques ganan encuentros y las defensas campeonatos, mañana sería el ejemplo perfecto de producirse la victoria de los Seahawks.

MetLife Stadium: temperaturas bajo cero

La meteorología es uno de los aspectos que más morbo general alrededor de este Super Bowl en particular. La final, que siempre se ha disputado en estadios de los estados cálidos de la Unión o bien en coliseos cerrados, se disputará por primera vez en su historia en un feudo descubierto con clima frío. Las mínimas previstas para la hora de disputa del encuentro son de -2º, mientras que las máximas son tan solo de 10º. Mucho frío, en cualquier caso, que podría perjudicar el juego de pase. En esa situación, ambos equipos tienen grandes jugadores de carrera como Lynch y Moreno.

Se especula incluso -y las casas de apuestas lo ofertan- con la posibilidad de que nieve durante el juego, pero las opciones son mínimas. Sí es más probable que haya viento racheado, situación que siempre hace al fútbol americano más épico.

El Super Bowl moviliza año tras año a una audiencia potencial de 100 millones de espectadores de todas las partes del mundo. En España el seguimiento cada vez es mayor y no es ningún secreto que el fútbol americano gana en popularidad cada semana. La emoción del football se sentirá en nuestro país en las redes sociales mediante los hashtags #NFLesp y #SBesp. Como siempre, se batirán récords. Decenas de miles de fiestas privadas para el evento del año en los Estados Unidos y en esta ocasión la ciudad que nunca duerme se prepara para eso mismo, para no dormir en el Super Bowl co-organizado entre New York y New Jersey. En el MetLife Stadium se producirá uno de los choques de titanes más grandes que se recuerdan en la historia reciente de la NFL. El valor de la juventud desafía a la sabiduría de la veteranía. Y es que este será el Super Bowl con mayor diferencia de edad entre los dos quarterbacks titulares. Russell Wilson, de 25 años, intentará empujar de su último tren a Peyton Manning, de 37. 12 años y 250 días entre el nacimiento de uno y otro. Y a todo esto, tan solo quedan horas para el mayor espectáculo del mundo. Disfrútenlo, es efímero.

El descanso: Bruno Mars y Red Hot Chili Peppers

El descanso del Super Bowl, ese “super evento” dentro del “mega evento”, tendrá como protagonistas a una dupla de muchos quilates. Bruno Mars, artista en plena cresta de la ola del pop comercial, compartirá cartel con unos históricos del rock como son los californianos Red Hot Chili Peppers.

Fue precisamente Bruno Mars, en principio único confirmado, el que invitó al grupo de Anthony Kiedis y Flea a actuar con él en el Super Bowl. El contenido del espectáculo se guarda bajo el más vetusto cerrojo y de momento no hay filtraciones de lo que ofrecerán.

Uno de los datos más impactantes del espectáculo del descanso del Super Bowl es que el montaje del escenario en el centro del campo se realiza siempre en tiempo récord. 8 minutos, más o menos, es lo que tardan los operarios en montar una estructura digna de auténtico concierto de estadio y, unos minutos después, casi sin tiempo de apreciarlo, desmontarlo. De ediciones anteriores, siempre se recordarán espectáculos como el de Michael Jackson (1993), U2 (2002, con homenaje a las víctimas del 11-S como tema principal) o The Rolling Stones (2006). El pasado año Beyoncé Knowles fue la que animó el descanso del Super Bowl con un show mayúsculo.

El himno nacional será interpretado por la soprano estadounidense Renée Fleming, encargada de hacer erizar la piel de los espectadores con las notas que componen esas Barras y Estrellas, instantes antes de que el duelo comience y Denver y Seattle breguen por pasar a la historia de este deporte en un duelo que hace la boca agua. Are you ready for some football?

Foto Richard Sherman: blog.thenestribune.com

Foto Peyton Manning: patdollard.com

Foto MetLife: ABC News.

Foto Bruno Mars: xn-ews-6ma.es

Foto Red Hot Chili Peppers: ariacharts.com.au

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Sobre el autor
Pablo Ramón Ochoa
Periodismo en la Universidad Jaume I de Castellón y redactor de NFL en vavel.com.