De la era Fiztpatrick a Manuel y de E.J. a Orton. En poco tiempo, Bills ya cambiaron de quarterback en dos ocasiones. Las últimas derrotas enviaron a Manuel al banco de suplentes y el entrenador en jefe decidió que el veterano Kyle Orton comande la ofensiva. La tarea parecía imposible ante un Detroit fortalecido y agresivo. Sin embargo, la defensa número uno en detener avances por tierra sería vital para llevarse una victoria hacia Buffalo.

La lesión de Calvin Johnson, que apenas había atrapado dos pases la semana pasada, condicionó al mariscal de Lions. A pesar de ello, Stafford se las rebuscó para conducir dos series ofensivas con anotaciones en la primera mitad. Sin Megatron, Golden Tate es el primer receptor y fue quien atrapó la pelota tras un pase Stafford para el touchdown inicial. El segundo llegó gracias a la defensiva, luego de un retorno de intercepción de Rashean Mathis de 41 yardas.  

No obstante, Buffalo remontó el juego. Un factor determinante fueron los goles de campo: Alex Henery (Lions) falló tres, mientras que Dan Carpenter acertó 3 de 4, siendo el último de 58 yardas, que coronó a Bills a cuatro segundos del final. Además, Kyle Orton –de los mejores QB suplentes de la NFL- tuvo un buen desempeño al lograr 30 de 43 pases, con 308 yardas, un touchdown y una intercepción.

La vuelta en el marcador tuvo dos influencias clave: las lesiones de Lions, que también perdió a su corredor principal Reggie Bush, y la defensiva de Bills, que actuó violentamente a detener a Stafford. Fue Marcel Dareus un valor elemental para cumplir con su papel, tras conseguir cinco tacleadas y capturar en tres oportunidades al marisca de campo de Detroit.

De ahroa en más, la influencia de Orton podrá ser determinante. Por octava vez, el quarterback de Bills ganó en tiempo suplementario o remontando en el último cuarto. Su anotación llegó a 9:23 minutos del cierre del pleito, cuando encontró a Chris Gragg, pero las jugadas en serie y los goles de Carpenter resultaron frustrantes para la defensiva de Lions, que venía trabajando casi a la perfección. Claramente, las defensas sólidas como las de Carolina y Buffalo no son superables para Stafford y compañía.