A veces, los números marcan la tendencia de los partidos, pero en otras ocasiones las estadísticas solo reflejan un aspecto de los duelos en la NFL. En este caso, la paridad numérica no reflejó en absoluto lo que ocurrió entre Cleveland y Pittsburgh. Fue una paliza de Browns por 31 a 10, ante un equipo que tuvo varios problemas para superar la férrea defensiva “café” y que sintió las lesiones de dos titulares.

El camino de Browns es distinto al de las temporadas pasadas. Este año hubo cambios notorios en cuanto al juego, a lo estratégico y en las decisiones gerenciales. Desde la compra de la franquicia en manos de un ex accionista minoritario de Steelers, Jimmy Haslam III, los aires de renovación están empezando a generar más alegrías que tristezas. Browns regresó a la NFL en 1999 y ha llegado a playoffs solamente una vez. El nuevo proyecto consistió en robustecer el equipo para volver a jugar la postemporada y esta campaña parece ser el puntapié para revertir el pasado reciente.

El encuentro en el First Energy de Cleveland fue parejo hasta que Brian Hoyer se lució para algunos pases largos interesantes. A los 12 minutos del segundo período, el mariscal de Browns lanzó un pase extraordinario hacia su derecha, cambiando el rumbo de la jugada, y el balón fue atrapado por Jordan Cameron a pocas yardas de la anotación. Isaiah Crowell corrió 5 yardas y marcó el touchdown. Otro encuentro notable entre el Hoyer y Cameron de 51 yardas demolió la defensa de Pittsburgh, que no podía hacerle frente al movedizo receptor.

A los problemas aéreos de la defensiva “acerera” había que sumarle la enorme efectividad de Cleveland en zona roja. Al entretiempo se fueron 21-3, tras otro touchdown de Browns, anotado por Ben Tate, luego de recorrer 8 yardas. El runningback es un arma potente y los “marrones” saben aprovecharlo para perforar defensivas fuertes. En su historia, Cleveland siempre se caracterizó por diagramar su juego en valores defensivos y en el ataque terrestre. Ahora, hay que sumarle el talento subestimado de un mariscal de campo joven y un par de receptores aceptables.

Hoyer completó 8 de 17 pases, sumó 217 yardas y una anotación. En tanto, el ataque de Steelers fue paupérrimo, allí, Ben Roethlisberger se vio abrumado por la presión defensiva y logró 228 yardas, un touchdown y una intercepción. No tuvo encuentros acertados con Antonio Brown ni tampoco acarreos fructíferos con L. Bell

Volviendo a los números, Pittsburgh está 3-3 y aun tiene chances intactas de soñar. Si analizamos a Cleveland en sus partidos anteriores, vemos que superó a Saints y a Titans, y cayó apenas por 2/3 puntos ante Ravens y Steelers. Por lo tanto, ya no es un rival débil y habrá que tenerlo en cuenta como un equipo bastante complicado. 

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