Fue una paliza. Desde las primeras jugadas del partido, Miami no dejó respirar a un San Diego desconocido. Hace cuatro partidos que Chargers está en declive, desde el agónico triunfo ante Raiders. Luego sufrió tres derrotas consecutivas. Todo lo contrario sucedió con Dolphins, que acumuló su tercera victoria consecutiva. Para ambos, el cruce con Oakland significó el cambio de rumbo en sus campañas porque Miami mejoró notablemente desde su enfrentamiento con los “malosos” en la semana cuatro.

El blanqueo del domingo podría significar un buen impulso para Miami en la división, ya que igualó la performance de Buffalo, alcanzando el record 5-3, aunque aún lejos de Patriots (7-2). Uno de los responsables del triunfo fue el mariscal Ryan Tannehill, quien lanzó para tres touchdowns hacia Charles Clay, Rishard Matthews y Jarvis Landry.

Sin embargo, la defensiva de Miami brilló tanto o más que la ofensiva al forzar cuatro entregas de balón. De todos modos, una de las diferencias las brindaron los linieros, tanto ofensivos como defensivos. Para Philip Rivers el juego fue una pesadilla porque fue capturado tres veces, lanzó tres intercepciones y apenas dio 12 de 23 pases, con escasas 138 yardas aéreas.

Dolphins pudo contra una de las mejores ofensivas aéreas de la NFL. El crecimiento del equipo comenzó con su juego defensivo, que está desempeñándose con bastante rigidez en la zona de los frontales y con mucha agilidad en el sector de los profundos. La presión que ejercen los medios fue un claro ejemplo para molestar a Rivers durante todo el encuentro.

Todo lo contrario ocurrió con Tannehill, quien no permitió ninguna intercepción y tampoco fue capturado. Miami no cae ante Chargers desde 1982 y todo parece indicar que estamos ante el renacimiento de Dolphins en la AFC Este.

La situación es netamente diferente para San Diego porque está cediendo terreno en la AFC Oeste, en manos de Broncos y secundada por Chiefs. En relación a su estrategia ofensiva, la franquicia siempre apostó por el ataque aéreo y, ante la carencia de juego terrestre no tiene plan B para alternar su táctica. Así, Rivers y su línea ofensiva lucen desgastadas e inofensivas luego de un gran comienzo de temporada.