En apenas siete minutos y tres series ofensivas, Jets anotó sus primeros 17 puntos que le bastaron para arruinar la proyección de Steelers en la NFL. Justamente, Pittsburgh venía de tres triunfos consecutivos, con doble récord para Ben Roethlisberger, y el liderazgo en su división estaba al alance de la mano. Por su parte, New York había ganado solo un juego en la temporada y nadie esperaba un resultado semejante. El mariscal de Jets, Michael Vick, rompió la marca por tierra, al superar las 6.000 yardas como líder ofensivo.

Las fallas en la ofensiva “acerera”, la firme defensiva “supersónica” y el buen desempeño de Michael Vick fueron determinantes. El primer avance de Jets consumió la mitad del reloj del cuarto inicial y culminó con un field goal. Inmediatamente, Big Ben ingresó al césped con 7 minutos por jugar, aunque Steelers tuvieron que despejar porque no avanzaron. Jets volvió al ataque y anotó touchdwn gracias a un pase notable de Vick hacia T.J. Graham, tras un recorrido de 67 yardas. Era 10-0 y Pittsburgh pensaba en una rápida revancha.

Sin embargo, Jets decidió presionar agresivamente al mariscal visitante lo que provocó la primera pérdida con un balón suelto de Antonio Brown. Rápidamente, Vick encontró a Jace Amaro para su segunda anotación aérea. 17-0 reflejaba la pantalla y nadie podía creer lo que sucedía, sobre todo cuando en el siguiente avance de Steelers, Roethlisberger fue interceptado por Jaiquawn Jarrett. Ahí se acabó la historia. El resto serían intercambios de posesión y puntos de ida y vuelta.

Big Ben venía de 12 touchdowns y Jarrett lo interceptó dos veces en la noche. En definitiva, fueron cuatro pérdidas de balones los que sufrió Pittsburgh, que lució como un equipo desconocido. Desde el medio tiempo hasta el minuto final, solo se anotaron 3 goles de campo. El único touchdown de Roethlisberger llegó con un pase de 80 yardas a Martavis Bryant.

Ese gran primer cuarto de Jets fue la mejor producción del conjunto de Rex Ryan en la temporada, sobre todo con un gran ejercicio de presión sobre el aparato ofensivo de Steelers. El ataque de Jets no fue estruendoso, ya que hizo valer la posesión del balón sin sumar muchas yardas, pero siendo efectivo.