El inicio del juego fue favorable a Steelers, sobre todo por su defensa, que venía de ser apaleada por Jets la semana pasada. Tras un gol de campo de Shaun Suisham, Titans inició con Zach Mettenberger el ataque pero su primer intento de pase fue interceptado por William Gay, quien corrió pocas yardas para anotar el touchdown. Así, Steelers comenzaba ganando 10-0. Sin embargo, el joven mariscal de Tennessee se redimió rápidamente con un pase extraordinario.

El lanzamiento de Mettenberger a Wrigth le permitió a Titans ubicarse cerca de la zona de anotación y solo le bastó un acarreo a Sankey para descontar. Esta anotación pareció golpear el orgullo de Ben Roethlisberger, quien comenzó lanzar hacia Brown, Bryant y Miller para iniciar un avance en serie, pero se toparon con la zona roja, uno de los puntos débiles de Pittsburgh. En definitiva, la jugada culminó con un field goal.

En pocos minutos, Tennessee arrasó como un huracán, marcando dos touchdowns y un gol de campo, sosteniendo el parcial 24-13 hasta el último cuarto. Mettenberger volvió a iluminar el camino con un pase increíble de 80 yardas para Nate Washington, ante la floja marca de Gay, el responsable de dejar solo al receptor. La otra anotación también llegó por vía aérea, con el encuentro entre el quarterback y Chase Coffman.

Steelers lucía abatido, con innumerables problemas defensivos y una falencia concreta a la hora de lanzar. La muralla de Titans le impedía lanzar a Big Ben, quien fue capturado 5 veces, y la tozudez de Pittsburgh por lanzar le generaba problemas para avanzar. Era tiempo de cambios. El corredor Le Veon Bell venía demostrando alguna luz de esperanza, pero el ego de su mariscal lo relegaba.

En el cuarto final Roethlisberger dejó de lanzar y Bell empujó a Steelers para la remontada, al destrozar al defensiva de Titans. Primero con un touchdown del runningback y, finalmente, con un pase de Big Ben hacia su principal receptor, Antonio Brown. No obstante la figura de la noche fue Bell, quien logró una marca personal de 204 yardas por tierra.

El juego del Monday Night Football demostró que Titans tiene potencial para encarar un 2015 más próspero. Asimismo, reflejó los problemas y las virtudes de Steelers, que pelea en una divisional pareja y que podría culminar dramáticamente para cualquiera.