El duelo divisional entre Pittsburgh Steelers y Cincinnati Bengals se llevará todas las miradas porque ambos son conjuntos bastante fuertes para pelar por las finales de conferencia. Sin embargo, las lesiones les jugaron en contra. Andy Dalton tuvo el mejor año de su carrera como mariscal de campo de Bengals y sufrió una tonta lesión que lo marginó en el tramo final del certamen regular. Con3.250 yardas, 25 touchdowns y solo 7 intercepciones, el líder ofensivo promedió casi 241 yardas por juego. Las variantes de ataque le permitieron estar entre los 7 equipos que más puntos anotó, gracias al aporte aéreo de los receptores A.J. Green (10 TD), Marvin Jones (4TD) y el ala cerrada Tyler Eifert (13 TD). Además, supieron repartir los avances terrestres entre los corredores Jeremy Hill (794 yds, 11 TD) y Giovani Bernard (730 yds, 2 TD).

El ataque de Cincinnati es muy bueno, pero se confirmó que Andy Dalton no jugará. AJ McCarron es el sustituto y aún se desconoce si está para grandes cosas, sobre todo en playoff, donde Bengals siempre cae derrotado en primera instancia. En el orden defensivo, el equipo que comanda Marvin Lewis ha hecho un trabajo superlativo, ya que es el segundo equipo con menos puntos en contra en toda la NFL. Esto se debió al contundente ejercicio para impedir el avance terrestre de los rivales, donde Bengals está consolidado, sobre todo por el desempeño de los linieros especialistas en capturas Carlos Dunlap (13.5) y Jeno Atkins (11). También cuentan con uno de los mejores córner del 2015, ya que Riggie Nelson lideró la lista de intercepciones (8) de la liga. El problema está en su línea media, que cuanto más se estira, sufre considerablemente los pases de los quarterbacks.

Del otro lado, Pittsburgh entró a postemporada por la ventana, clasificando gracias al triunfo de Bills sobre Jets. Es más, hasta el entrenador en jefe Mike Tomlin llegó cuestionado a diciembre. No obstante, este equipo llega con el pecho inflado para doblegar a cualquiera que se le cruce, sin importar las virtudes o debilidades. Steelers cuenta con una unidad de ataque realmente poderosa. La dupla que conformada por Ben Roethlisberger (QB) y Antonio Brown (WR) es capaz de destrozar a las defensas más sólidas con sus lanzamientos. “Big Ben” sumó 3.938 yds, con 21 TD y 16 intercepciones, mientras Brown alcanzó las 136 atrapadas, con 1.834 yds y 10 touchdowns, todo un record conjunto en la NFL. Las combinaciones aéreas pueden variar y para ello están Martavis Bryant (WR), Markus Wheaton (WR) y Heath Miller (TE). 

Las patas flojas de la mesa pueden ser 1 o 2. La línea ofensiva no pretoriana y la protección al mariscal de campo tiene algunas grietas, sobre todo por las ausencias de Kelvin Beachum (T) y Maurkice Pouncey (C). ¿Y el juego terrestre? La lesión de Le’Veon Bell no se sintió con el arribo de DeAngelo Williams, quien fue el 10º corredor de la liga (907 yardas) y además aportó 10 touchdowns. El problema surgió en la última fecha ante Browns, ya que el ex Panthers también se lesionó y tampoco jugará el sábado. Así, se descarta el juego terrestre dominante de este grupo y será una baja notable. 

Por último, la labor defensiva de los “Acereros” no es del todo confiable. Sabe como detener a los corredores en el último sector del campo y puede capturar quarterbacks por la agresividad de sus frontales. Lawrence Timmons es quien lidera numéricamente esta unidad, que acumula la mayoría de sus errores al permitir demasiadas yardas ante pases ajenos. 

En resumen, Bengals tuvo un gran comienzo, pero la lesión de Dalton le jugó en contra. Es un equipo equilibrado y si está mentalizado puede ganarle a cualquiera. Sin embargo, el peso de la historia podría interferir en sus aspiraciones. Por su parte, Steelers alternó entre partidos extraordinarios y otros para el olvido, como la derrota ante Ravens, que casi lo mantuvo afuera de estas disputas. Tomlin sabe que maneja un conjunto desequilibrado: poderoso en ataque aéreo y debilitado en la defensiva antiaérea.