El deporte más rápido del mundo se despertaba esta semana siendo un poco más pobre que la anterior a consecuencia del fallecimiento de dos de las figuras más relevantes que ha tenido este mundo en los banquillos: Pat Quinn y Viktor Tikhonov. En apenas un par de días, el hockey se veía privado de dos entrenadores que marcaron una época y un estilo bien definido sobre el hielo. Pat Quinn fallecía en un hospital de Vancouver tras no poder superar los problemas de corazón que arrastraba desde hace unos años y Viktor Tikhonov no pudo superar una enfermedad que le había mantenido postrado durante las últimas semanas.

Pat Quinn, que tenía 71 años, fue un entrenador muy popular que tras una dura carrera como jugador tuvo una exitosa carrera en los banquillos, logrando entre otras cosas conducir a la selección canadiense a su primer título olímpico en 50 años y siendo nombrado por dos veces como el entrenador del año en la NHL. Quinn pasó por todas las etapas en su relación con el hockey, desde jugador hasta propietario, pasando por entrenador y manager general. Uno de sus momentos más celebrados como jugador fue durante los playoffs del año 1969, cuando defendía los colores de los Toronto Maple Leafs y ensombrenció por completo al grandísimo Bobby Orr con su marcaje y con un impacto que dejo noqueado al legendario jugador de los Bruins, motivo por el cual su enemistad duró muchísimos años, pero siempre desde el mayor de los respetos.

Como entrenador pasó por los banquillos de los Philadelphia Flyers, Los Angeles Kings, Vancouver Canucks, Maple Leafs y Edmonton Oilers, pero su mayor logro como preparador fue sin duda la consecución del título olímpico con la selección canadiense en el año 2002 en Salt Lake City, título que los canadienses llevaban sin conseguir desde el año 1952. En el año 2004, Quinn repetiría su éxito internacional al conducir a la selección de Canadá a la victoria en el campeonato del mundo. A nivel de clubes y en su larga y prolífica carrera en los banquillos, Quinn tan sólo se quedó fuera de los playoffs de la Stanley Cup en tres ocasiones, llegando a disputar la final en dos ocasiones, en 1980 con los Flyers y en 1994 con los Vancouver Canucks.

Viktor Tikhonov fallecía ayer en Moscú a la edad de 84 años y con él se va uno de los artífices del "rodillo soviético", una máquina perfectamente engrasada y engranada que dominó de forma absoluta el mundo del hockey hielo durante más de una década. Algo similar al método de control total de Tikhonov sería impensable en la época actual, ya que impartía un estricto regimén totalmente miliciano entre sus discípulos, controlándolo absolutamente todo, desde la alimentación hasta las amistades de los jugadores y llegando incluso a concentrar a sus jugadores en barracones militares durante 11 meses al año gracias al poderío que le otorgaba su rango como general del ejército rojo en plena Guerra Fría, convirtiendo así a la selección en una poderosa arma propagandística del regimén ruso.

En sus tiempos de jugador se empleaba como defensa duro y goleador en ocasiones, comenzó su periplo como entrenador en 1964 pero no llegó a su cénit hasta el año 1977 cuando se hizó responsable absoluto del CSKA, equipo por entonces perteneciente a la armada soviética y de la selección nacional, cargos que mantuvo hasta los años 1996 y 1994 respectivamente. Aquella selección nacional estaba plagada de talento y jugadores brillantes, tanto en defensa con jugadores como Viatcheslav Fetisov y Alexei Kasatonov, como sobre todo en ataque con la denominada línea "KLM" que formaban Vladimir Krutov, Igor Larionov y Sergei Makarov en uno de los mejores compendios de velocidad y habilidad que ha visto la historia de este deporte. Sin embargo, los éxitos de la selección soviética, ocho títulos mundiales y tres oros olímpicos siempre fueron atribuidos a la férrea y espártana disciplina impuesta por Tikhonov.