Los Calgary Flames llevan jugando en el Scotiabank Saddledome desde 1983, año en el que se inauguró este pabellón, tres años después de que la franquicia se trasladara desde Atlanta.

Después de 32 años la arena de los Flames se ha quedado anticuada y el presidente de la franquicia, Ken King, presentó el martes un proyecto de unas instalaciones en las que además de un pabellón con capacidad para unas 20.000 personas, que aparte de para el hockey hielo serviría para lacrosse y otro tipo de eventos, también cuenta con la construcción de un estadio de fútbol americano cubierto para sustituir al antiguo McMahon Stadium, fundado en 1960, el cual alberga los partidos de los Calgary Stampeders de la CFL (tanto los Flames como los Stampeders son propiedad de la misma empresa).

El proyecto, llamado CalgaryNEXT, costaría unos $890 millones y sería pagado por cuatro fuentes, la empresa dueña de los Flames y de los Stampeders, Calgary Sports and Entertainment Corporation, aportarían $200 millones, el ayuntamiento daría otros $200 millones para financiar el estadio de football de 30.000 asientos, $250 millones se recaudarían a través de un impuesto en las entradas y los últimos $240 millones saldrían del gravamen de la rehabilitación de la comunidad.

Por supuesto, ese plan de financiación  no incluye la limpieza del sitio designado para la construcción, y no está claro quién se encargaría de pagar eso.
El presidente de los Flames, Ken King, explicó que la construcción podría tardar unos tres años desde que se inicie y espera que pueda iniciarse en menos de dos.

Mucho mas que una pista de hielo

Además del pabellón y del estadio de fútbol americano, el complejo deportivo contaría con un campo de soccer con 400 metros de pista de atletismo a su alrededor, además de pistas de voleibol, baloncesto, bádminton y tenis, entre otros deportes.
Las instalaciones serían de uso público, siempre y cuando no haya partido, y además podrían albergar todo tipo de eventos.