Tras la euforia de la primera noche y el faceoff inicial entre Toronto Maple Leafs y Montreal Canadiens, la segunda noche de competición nos deja el esperado debut en la NHL de dos de los rookies más prometedores de los últimos años. Llamados a marcar una época, Connor McDavid y Jack Eichel, debutaban anoche con los Edmonton Oilers y los Buffalo Sabres respectivamente.

Ninguno de los dos jugaron anoche para el equipo ganador pero eso poco importaba, todos los focos se centraban en cada puck que tocaban y el murmullo entre los fans era evidente cuando entraban en juego.

Esa presión quizás le paso factura a Connor McDavid, un jugador que desde que fue drafteado con el número 1 ha levantado muchas expectativas hasta el punto de ser comparado con Wayne Gretzky. No fue un partido memorable para el joven talento, sin goles y sin asistencias, con un -1 y su primer disparo a puerta llegó en el tercer período. No ganó su primer faceoff hasta el segundo período, con un 23% ganados de todos los que disputó.

A pesar de todo ello, McDavid dejó destellos de todo lo que puede aportar si es capaz de manejar esa presión que se ha puesto sobre él. Da sensación de peligro cada vez que tiene el disco, con la velocidad prometida y la visión y el conocimiento del juego que mostró en la pretemporada. Quizás lo mejor de su debut en la liga sea que ya ha pasado.

Por el otro lado, Jack Eichel, tras una magnífica pretemporada, demotró ayer porque es un jugador a tener en cuenta en la contienda por el Calder Trophy. El joven delantero de los Sabres parecía extremadamente tranquilo y centrado en su juego, equilibrado en todas sus acciones, incluso con el temple suficiente para buscar posición de remate, controlar el disco y mandarlo lejos del alcance de Craig Anderson en el único gol de la noche para los Sabres. Suficiente para desatar el delirio entre los aficionados del equipo de Buffalo, que hasta el momento parecían resignarse a seguir viendo el mismo hockey de pasadas temporadas. Parece que habrá mucha más diversión este año con este chico a bordo.

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