Los tres jugadores de los Calgary Flames protagonizaron una salida de tono el pasado lunes, día posterior a la celebración de la Super Bowl número 50. Los tres jugadores llegaron 15 minutos tarde a la sesión del lunes, que estaba programada a las 10:15 y con una duración de 25 minutos.

Bob Hartley declaró a la televisión local que los jugadores parecían Colombo y que habían infringido una norma del equipo y que deberían recibir el castigo correspondiente. De hecho David Jones declaró que era bochornoso el ver que no eran capaz de dar un pase, ni siquiera a un par de metros o tres de distancia.

A las 24 horas se anunció en Twitter que no participarían en el encuentro contra los Toronto Maple Leafs. Ese era el castigo que le esperaban al terceto: perderse un partido importante y ser fruto de un medio escarnio público. Un paso adelante que ha dado Hartley y que gran parte de la prensa ha señalado como un gran acierto y una muestra de liderazgo en el equipo. Aunque el mismo Hartely declaró que sus jugadores "no han robado un banco y que son buenos chicos".

Los jugadores, como no podría ser de otro modo, se han disculpado. Gaudreau, a través de la cuenta de Twitter del equipo, ha declarado que desea pedir perdón a los aficionados, la franquicia, los entrenadores y a la ciudad de Calgary. Añade que fue muy poco profesional su comportamiento y el perderse un partido tan importante.

Por su parte Monahan dijo: "soy joven pero también un líder del equipo y debo dar ejemplo. Lo único que queda es pedir perdón, levantarse y volverse a ganar el respeto de la organización". El partido celebrado anoche se saldó con la victoria de los Flames por cuatro goles a tres.