Sublime. Esa es la palabra que mejor define el periplo de los Pittsburgh Penguins a lo largo de esta temporada, en la que comenzaron de forma desastrosa y en la que tras un cambio de entrenador incluido, han sido capaces de levantarse y llegar hasta la final de la copa Stanley tras derrotar anoche de forma autoritaria a los Tampa Bay Lightning en el séptimo partido de la final de la conferencia Este.

Después de toda la atención desatada por la línea de ataque conformada por Carl Hagelin, Nick Bonino y Phil Kessel y en parte responsable del buen hacer de los pensilvanos en estos playoffs, el protagonismo se lo llevaría de forma insospechada Bryan Rust, autor de los dos tantos de Pittsburgh durante el segundo periodo y que a la postre resultarían definitivos para que la franquicia del mítico Mario Lemieux esté en la batalla final.

Ambos equipos se repartieron distintas fases de dominio a lo largo del encuentro y ambos gozaron de claras oportunidades para hacer daño al rival, pero los dos jóvenes porteros, Matt Murray para los Pens y Andrei Vasilevskiy para Tampa, respondieron con efectividad al reto que se les presentaba. Quizás por ello sólo se movió el marcador durante el segundo periodo, donde Rust adelantaba a los locales ante un enfervorecido Consol Energy Center.

Jonathan Drouin sería el encargado de templar los ánimos del respetable con una gran acción en ataque y un posterior disparo ajustado que devolvía la igualada al marcador, pero apenas medio minuto después y de nuevo Rust, que se convertía en el héroe de la noche, conseguía el tanto definitivo tras uno de los pocos errores que ha cometido Vasilevskiy en esta serie. Luego, ni el retorno de Steven Stamkos fue suficiente para que Tampa pudiese forzar al menos la prórroga y el equipo de Florida se quedó a las puertas de su segunda final consecutiva.

Pittsburgh se enfrentará en la lucha por el título definitivo, la copa Stanley, a los San Jose Sharks en el que seguro será un apasionante duelo al que los Pens regresan tras su victoria en el año 2009 y en la que será la primera oportunidad para los Sharks de conseguir la gloria.