VAVEL, el sueño de una oportunidad
VAVEL, el sueño de una oportunidad

“Si tienes un sueño tienes que protegerlo. Las personas que no son capaces de hacer algo te dirán que tu tampoco puedes. Si quieres algo ve a por ello y punto”, estas palabras que Will Smith le dice a su hijo en la película “En busca de la felicidad” podrían resumir perfectamente mi filosofía de vida y también la de Vavel.

No recuerdo haber dudado ni una sola vez a lo largo de mi vida sobre lo que quería hacer en un futuro. Mis padres aún se asombran de la seguridad con la que aquella mocosa de no más de cinco años hablaba de ser periodista y “de deportes”.  Con el paso de los años, el sueño seguía ahí y tras haber terminado el primer curso de Periodismo tuve la necesidad de empezar a escribir, de narrar, de contar, de informar. Mis ganas de mostrarme al mundo eran claras pero, ¿dónde podía llevarlo a cabo?

Entonces, como uno de esos pases delicados, de un toque que sin mirar el mago de Fuentealbilla da a alguno de sus compañeros el nombre de Vavel apareció en mi mente. Supe de la existencia de Vavel a partir de Twitter, con #NuevoVAVEL, como a muchos nos llamó la atención aquel TT que nada tenía que ver con un grupo de moda ni con algún hecho destacable del día, era resultado del esfuerzo de un grupo de compañeros que remaban en la misma dirección. Y fue en el verano del 2012 cuando entré a formar parte de este gran proyecto. Cansada del bipartidismo de Marca , As y demás medios deportivos encontré en Vavel una oferta de contenido sin igual.

Mi primera noticia fue sobre uno de los hechos que más han marcado mi 2012 deportivo, la LFP iba a hacerle un homenaje a Manolo Preciado. No se habían cumplido ni quince días de su fallecimiento y con una ciudad que aún lloraba su perdida empecé por cubrir al equipo de su “Gijón del alma”. A la vez, las puertas de la redacción del Motor también se abrieron para mí y más tarde las de baloncesto.

El 2012 ha sido un año de Juegos Olímpicos, y recién aterrizada en Vavel se me dio la oportunidad de cubrir una disciplina de la que sólo nos acordamos cada cuatro años, a pesar de que se ha convertido en una de las apuestas seguras de medalla para la representación española: la natación sincronizada. Recuerdo mi cara de asombro cuando me propusieron hacer los directos para la web, la sincronizada es uno de los deportes olímpicos más visuales y más artísticos por lo que su narración escrita no deja de ser bastante dificultosa aún así el buen número de lecturas que obtuvo deja claro ese lema no escrito de que “no solo de fútbol vive el hombre”.

Corren tiempos difíciles para el periodismo, por lo menos para ese periodismo con el que muchos nos sentimos identificados. El periodismo que brilla por la calidad y no por la polémica, el que destaca por su calidad y no por suposiciones, el que informa y no mezcla opiniones con forofismo. Porque tal y como rezaba un tuit de #ReVAVEL “la boda de un jugador de fútbol no es periodismo deportivo, ni sus peinados, ni sus fiestas”. El objetivo de Vavel es claro, y me siento orgullosa de formar parte del gran sueño que este representa, ya se sabe "Thinking different"

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