Miguel Ángel Román: "Narro alrededor de 250 partidos por temporada"

Pregunta: Nostalgia es una bella palabra que podríamos de algún modo definir como el placer de sentir tristeza recordando momentos en los que fuimos felices. La mayoría de nosotros tenemos imborrables recuerdos de nuestra infancia. ¿De la tuya qué recuerdas con más nostalgia y placer?

Respuesta: De la niñez echo de menos hacer las cosas porque sí, disfrutar con pureza de la vida, sin buscarle dobleces, ni malas intenciones; sentirme liberado del peso de la responsabilidad; esa sensación de sorprenderte por todo y con todo. La inocencia con la que afrontas lo que te rodea...

Añoro también el barullo que siempre había en casa, porque somos cuatro hermanos. Pelearme con ellos, ir a jugar con mi padre a frontón los fines de semana, acompañar a mi hermano al fútbol (yo nunca jugué porque malo es un adjetivo que no explica suficientemente mi ineptitud con un balón en los pies). Las broncas con mi madre por cualquier chorrada, que ahora me recuerdan a las que tengo con mi hija...

"Lo mío es una aproximación al deporte desde el periodismo. No me aproximé al periodismo porque me apasionara el deporte, aunque me guste mucho el deporte".

Me acuerdo mucho del colegio, el mismo al que ahora llevo a mis hijas, donde pasé momentos inolvidables a pesar de ser un estudiante, digamos, poco disciplinado. Pero no lo recuerdo con tristeza. Tuve la suerte de tener una infancia feliz, alejada de problemas graves que pudieran estropearla, y en la vida vas pasando páginas y la de la niñez ya la pasé con un balance positivo. Ahora vivo la infancia desde el otro lado. Desde el punto de vista del padre que ve crecer a sus hijas. Nada que ver, claro, con vivirla en primera persona.

P ¿Aquel niño jugaba ya a ser narrador deportivo o la tuya fue una vocación posterior? 

R: Sí jugaba a narrar. Imitaba, como creo que han hecho todos los chavales de varias generaciones, a José Mª García, pero lo hacía como un juego y no porque deseara ser narrador de fútbol. Lo que sí me gustaba era contar historias. Era curioso o un chafardero, llámalo como quieras. Me encantaba enterarme de lo que pasaba, preguntar y luego contarlo.

Más tarde fui descubriendo que eso que tanto me apasionaba podía convertirlo en mi profesión y fue cuando decidí que quería ser periodista. Lo tenía claro desde muy joven (desde 6o o 7o de EGB más o menos), pero, bueno, no era muy buen estudiante y acceder a la Facultad de Ciencias de la Información me exigía obtener una nota de corte altísima. La alternativa siempre fue estudiar Historia, que me apasiona, pero al final, en el Instituto, después de repetir 1o y 2o de BUP, me puse a estudiar en serio, obtuve por los pelos la nota y entré a Periodismo.

Fue durante el primer año de carrera, gracias a un compañero de clase que me ofreció colaborar en un carrusel, cuando empecé a decidir que probablemente el camino a escoger sería el del periodismo especializado en deportes. Lo mío es una aproximación al deporte desde el periodismo. No me aproximé al periodismo porque me apasionara el deporte, aunque sí me gusta mucho el deporte, claro.

P: ¿Qué recuerdos guardas de aquel Europa-Balaguer retransmitido en Radio Lleida-Cadena Ser?

R: Se resume en una palabra: Nervios. Estaba nervioso por todo: Porque era la primera vez que hablaba para un medio; porque era la primera vez que narraba un partido más allá de los juegos con un lápiz como micrófono o las prácticas que había hecho en casa. Nervioso por tener las alineaciones a tiempo, porque la batería del ladrillo-móvil Nokia (mi primer teléfono portátil) que había comprado durara. Nervioso al darme cuenta después de la primera conexión que la voz no me iba a aguantar todo el partido. Nervioso porque tuve que narrar entre los aficionados del Europa porque no había cabina. Por todo lo que se te pueda ocurrir estaba nervioso. Del partido sólo recuerdo que ganó el Balaguer 2-3, remontando, gracias a un penalti injusto.

"Los protagonistas del juego no le dedican demasiado tiempo a según qué polémicas o derrotas. Pasan página con una facilidad pasmosa. Los que sí perdemos el tiempo en eternas discusiones sobre si un árbitro ha acertado o no somos los que estamos alrededor del fútbol".

P: Los locutores, los narradores deportivos rompen los límites espaciales y temporales que separan al aficionado del estadio, su percepción e interpretación articulan el lenguaje para transmitir y comunicar con precisión los hechos y pasión las emociones.  Una vez dicho esto ¿dónde encontraste tu principal fuente de inspiración, en la apasionada e incluso poética 'escuela' de relatores radiales sudamericanos o en la tradicional 'escuela' de narradores deportivos españoles?

R: En la ‘escuela’ de narradores deportivos españoles, claro. Piensa que ahora es relativamente fácil escuchar a narradores extranjeros. Hace unos años la referencia era la que era, la más próxima, la que encontrabas al encender la radio o la televisión.

P:  Los cuatro grandes relatores radiales de Argentina fueron Joaquín Carballo Serantes “Fioravanti”, Lalo Pelliciari, José María Muñoz y Víctor Hugo Morales ¿Cuáles serían para ti los cuatro grandes narradores deportivos de la historia del fútbol español? ¿De entre ellos cuál fue tu primer referente profesional en el mundo de la narración deportiva?

R: No puedo quedarme con cuatro, porque hay tantos buenos narradores… Con este tema me ocurre, utilizando un símil futbolístico, como a Guardiola con los rivales: todos me gustan. Escuchaba y escucho a un narrador y siempre encuentro algo que me agrada, que me gustaría aprender y aplicar.

Ahora bien, crecí escuchando a Gaspar Rosety, a Manolo Oliveros, a Manolo Lama, a José Ángel de la Casa, que ahora parece la personificación de la narración sosa/aburrida, pero que antes era El Narrador, a Joaquim María Puyal, a Alfredo Martínez, a Carlos Martínez, a Sixto Miguel Serrano, etc… y todos forman parte un poco de mi lista de referentes.

P: Joaquín Carballo Serantes “Fioravanti”  maestro de los relatores radiales en Argentina se definía a sí mismo como narrador alejándose del término relator. Hacía uso del lenguaje con tanta elegancia que cuentan que los niños consultaban a sus profesores, al día siguiente, sobre el significado de las mismas. ¿Qué importancia le das al buen uso del lenguaje, se equivocan los narradores cuando, como Brera hizo en Italia, Matías Prats (padre) en España y Ángel Fernández en México, intentan crear su propio lenguaje deportivo?

R: ¡Claro que cuido el lenguaje! Es un elemento central de mi oficio. Sería una irresponsabilidad no hacerlo. ¿Se imagina alguien a un panadero descuidando la harina, la levadura o la temperatura para hornear? Un periodista, pues, debe cuidar el lenguaje. Trabajo para ampliar el vocabulario que empleo en las narraciones, escuchándome, escuchando a compañeros, anotando lo que me agrada, aplicándolo…

Sobre crear tu propio lenguaje… Al final tienes tu propio lenguaje, porque le aplicas tu estilo. La forma de emplear el vocabulario es diferente en función del narrador, porque cada uno le da, digamos, su toque de distinción. Otra cosa es sobrepasar los límites del significado real de las palabras. Es cierto que las deformamos, pero pasar la línea roja no es un buen negocio.

P: En radio el narrador tiene que describir con precisión absolutamente todo para convertirse en los ojos del radioyente mientras que en televisión la visualidad del medio permite al narrador sonorizar las emociones y las imágenes que se dan en el campo de juego ¿Tú, como hombre de radio y televisión, en qué medio te has sentido más realizado? ¿La radio es la mejor escuela para un narrador deportivo?

R: Me siento realizado cuando apago el micrófono, pienso en la narración y tengo la sensación de haber hecho un buen trabajo. Luego viene el análisis posterior que puede variar sustancialmente la primera impresión, pero eso es otro cantar.

No me aporta un plus de satisfacción hacer un trabajo para radio o televisión. Lo que varía es la forma de narrar en función del medio, eso sí.

La radio seguirá siendo la gran escuela por dos motivos: Uno cuantitativo y otro tecnológico: A pesar de la crisis, que se está cebando últimamente con las emisoras municipales, siguen existiendo muchas más radios que televisiones locales. Y el motivo tecnológico… Puedes narrar un encuentro con un teléfono móvil y ya está. Para realizar una narración en televisión necesitas mucho más desde un punto de vista humano, tecnológico y económico. Por lo tanto, siempre será más fácil que la gente que comienza encuentre oportunidades en la radio y no en la televisión.

P: ¿Debe un narrador deportivo retransmitir con idéntica pasión y profesionalidad un partido de Segunda División B que un encuentro de Champions?

R: Sí, claro. ¿Por qué no va a hacerlo? Los partidos de categorías menores son tan emocionantes como los de Primera División. La emoción no está sujeta al nivel de la categoría, al talento de los jugadores, ni a la dimensión de los clubes, si no al desarrollo del partido. Remontar en el último instante es igual de emotivo en Primera, en Segunda, en Segunda B o en 3ª Regional. Dile a un hincha del Cornellá que su partido del Grupo V de la 3ª División no es emocionante, ya verás lo que te dice. Otra cosa es el impacto mediático que tenga un partido emocionante o épico. Lo que sí tienes en un encuentro de Liga BBVA son más posibilidades de ver acciones espectaculares, porque juegan tipos, a priori, con más talento que los de Segunda División B.

P: ¿Las narraciones divergen mucho en el caso de retransmitir la táctica Serie A, la talentosa Liga BBVA o la frenética Premier?

R: La narración la marca el partido, no la liga. De todas maneras, un partido de Premier generalmente te exigirá más ritmo que un encuentro de Liga o de Serie A; y es probable que un partido del Calcio te exija un mayor análisis táctico de los rivales. Sí es cierto que cada liga tiene su particularidad, pero, insisto, la pauta te la marca el encuentro.

P: Mucha gente piensa que para narrar un partido solo se necesita una buena voz y un micrófono, pero entre otras muchas cosas tras la narración de un partido se esconde un profundo trabajo previo de documentación ¿Te importaría explicarnos someramente en qué consiste?

R: De entrada, hay una porción de trabajo hecho porque dispones de una base de conocimiento fruto de la lectura de periódicos, escuchas la radio, etc.... Luego, cuando sabes qué partido vas a narrar, realizas una aproximación más exhaustiva al encuentro: Lees la prensa local de esa semana para conocer cómo han ido los entrenamientos, las altas, las bajas, lo que han comentado los protagonistas, etc… Te interesas por la trayectoria de los equipos, analizas las plantillas, intentas, si no los has visto nunca, ojear algún partido, te haces con la estadística de los clubes...

En mi caso, con toda la información, creo una hoja con los ítems principales de cada equipo que la tengo a mano durante el partido, además de un dossier principal con toda la información por si necesito profundizar en algún punto. Además de las fichas de los equipos y las alineaciones, claro.

P: ¿Qué ha representado para ti la oportunidad que te ha brindado una cadena como GolT? ¿Qué has aprendido durante este tiempo en televisión?

R: Entrar en GolT supuso formar parte de un proyecto apasionante. Cuando aterricé en septiembre de 2008, el canal emitía en pruebas y nadie nos veía. La redacción se estaba acabando de formar, al edificio le quedaban todavía un buen puñado de remates... y fíjate en lo que se ha convertido tres años después. Todo el mundo sabe lo que es Gol Televisión, sea o no socio del canal, y es, creo, una buena oferta de pago para los aficionados.

Formar parte de Gol fue un reto profesional enorme. Nunca había trabajado en un medio nacional, no había tenido la oportunidad de narrar partidos de fútbol de tanta trascendencia y, por lo tanto, suponía un examen exigente, que intento aprobar cada semana, cada jornada, cada partido.

En Gol, he adquirido una experiencia descomunal. Piensa que narro alrededor de 250 partidos por temporada y eso te da unas tablas importantes. Además, la redacción de Gol la forman profesionales extraordinarios y al lado de ellos he aprendido una barbaridad también.

P: Duncan McMath es profundo conocedor del fútbol británico y su tradición, algo que demuestra en cada retransmisión con sus comentarios, pero ¿qué me dirías de su fino humor inglés?

R: Con Duncan, sobre todo, me río cuando emplea palabras que para él son normales, pero que tienen un significado, digamos, 'duro' en castellano o que no suelen utilizarse en televisión, porque no queda bien. Por ejemplo, solía decir mucho que un jugador, por lo que fuera, le daba 'asco' y, claro, me hacía mucha gracia, porque nadie dice que un jugador da asco, pero, claro, tiene todavía alguna dificultad con el idioma, aunque tiene un castellano extraordinario.

Lo mejor de Duncan, en todo caso, es que es un tipo formidable y no es un tema menor. A veces me paso más horas con él que con mi mujer y es importante que la gente con la que pasas tantas horas encerrado en una cabina de retransmisión sean buenos tipos.

P:Hace muchos años cuando la tecnología y la masificación no dominaba el deporte rey,  Perácio leyenda del fútbol brasileño, solía dejar el coche con la radio encendida junto a la tribuna del estadio y la voz a toda pastilla con la esperanza de oír algún día al narrador cantando un gol suyo. ¿Te ha felicitado en alguna ocasión algún deportista por una retransmisión?  ¿Eres consciente de hasta qué punto tu trabajo puede llegar al corazón de la gente? 

R: No. Ningún deportista me ha felicitado, ni tiene que hacerlo. Y sobre la audiencia... Las redes sociales han acercado a los periodistas a los espectadores. Existe más feedback que hace unos años y la gente te elogia o critica por twitter o por facebook. Conoces más que antes y casi de manera inmediata el impacto que puede tener tu trabajo. Creo que no soy yo quien les hace felices, sería muy presuntuoso y me estaría mintiendo si lo creyera. Lo que les hace disfrutar es su equipo, el partido o el golazo que ha marcado un jugador. Yo intento explicar el partido como buenamente puedo, pero si lo que ocurre sobre el campo no es emocionante, nadie se va a emocionar. Tú puedes 'tirar' de un partido flojo durante un tiempo, pero llega un momento que si el partido no es bueno no puedes hacer nada, el partido puede contigo. El mayor riesgo que corre un narrador es estropear un partido y nunca conseguirá que un duelo sea bueno, si no lo es.

P: Ary Barroso legendario cantante y narrador deportivo brasileño no volvió a ponerse delante de un micrófono tras el Maracanazo del 50. Fue una decepción tan grande la vivida que perdió las fuerzas para seguir. ¿Has llegado a vivir un partido con tanta intensidad como para experimentar una sensación similar?

R: No, nunca. Por algo que haya pasado sobre un terreno de juego, nunca.

P: Hablando del genial Ary, durante su carrera como narrador jamás ocultó ser confeso torcedor de Flamengo y cantó los goles del rubronego con evidente parcialidad, por ello se ganó incondicionales filias e irreconciliables fobias. ¿Es complicado mantener la neutralidad cuando se retransmite un evento deportivo?

R: Lo que debes ser es honesto. A mí no me cuesta serlo. Además, si no lo eres, piensa en dedicarte a otra cosa. Si te toca narrar a tu equipo y está jugando mal, tienes que decirlo. Si le marcan un gol, lo tienes que cantar igual, si le pitan un penalti en contra, tendrás que decir que es penalti si lo es. De todas maneras, en mi caso, lo único que deseo cuando empiezo a narrar un partido es que el encuentro sea entretenido, porque me va a facilitar el trabajo, me lo voy a pasar bien y también los espectadores.

P: Decía “La Voz”, decía Sinatra que fue amigo de la mafia: "Para tener éxito hay que tener amigos; pero para mantener mucho éxito hay que tener muchos amigos." ¿Hay que tener además de talento muchos “amigos” para hacerse un hueco y mantenerse en el periodismo deportivo en estos tiempos que corren?

R: Sólo puedo hablarte de mi experiencia. De momento, no he necesitado amigos para hacer lo que hago. Siempre que he conseguido un trabajo, ha sido después de seguir el procedimiento que debería ser habitual: Mandar mi currículum y pasar por la pertinente entrevista. En el caso de Gol, por ejemplo, cuando José Joaquín Brotons me entrevistó no me conocía, no iba recomendado, ni nada por el estilo. Necesitaban en ese momento narradores, mandé mi currrículum, lo seleccionó, me entrevistó y me contrataron.

P:  Maradona necesitó diez segundos para en sesenta metros escribir una oda al fútbol a la que Víctor Hugo puso voz con una cascada de metáforas y adjetivos. ¿Es esta la mejor descripción narrativa de todos los tiempos de un gol o has escuchado algo mejor?

R: Es una de las pocas cosas en las que existe unanimidad. El gol de Maradona contra Inglaterra es el mejor de la historia y el relato de Víctor Hugo Morales está a la altura de esa diana inolvidable.

"No estaría mal que bajáramos el volumen de la polémica alrededor del deporte".

P: Andrés Iniesta es la debilidad de muchos de nosotros y fue coronado justamente héroe de la selección pero ¿no crees que si tuviéramos que resumir en una frase la crónica de aquel partido no sería más justo decir que Iniesta nos hizo tocar el cielo e Iker nos sacó del infierno?

R: Sí, estoy de acuerdo. El problema es que si resumes la complejidad de un partido, sobre todo la complejidad de un partido tan complejo como la final de un Mundial, en una frase acabas cometiendo demasiadas injusticias. Evidentemente, todo el mundo recuerda el gol de Iniesta y las paradas de Casillas, pero el partido fue mucho más y el triunfo de España fue más allá de aquel gol y aquellas paradas.

P: ¿Hubieras cambiado un micrófono en la final del Mundial de Sudáfrica por enfundarte un solo segundo la piel de Iniesta para poder patear esa pelota?  ¿Cómo lo viviste, tu subconsciente narró la jugada, cantó aquel gol?

R: Si me cambio por Iniesta, no ganamos el Mundial. Le hubiera pegado al balón con la uña y hubiera mandado la pelota no sé dónde. No, no narré la jugada. Estaba en casa viéndolo y sólo quería que el que fuera metiera un gol y se acabara ya el partido y el sufrimiento de una vez por todas. Viví la final como un aficionado. Es muy diferente vivir un partido como un hincha a trabajar un partido.

P: ¿Qué crees que ha aportado el futbolista español a la Premier? ¿Silva tiene las llaves de Manchester en su pierna izquierda?

R: El jugador español ha aportado talento, pausa, creatividad, dominio de balón... Una forma de jugar diferente, en definitiva. Silva, como Mata ahora en el Chelsea, son los jefes de sus equipos. Los organizadores, los catalizadores de juego, los surtidores de balones a los jugadores que se caracterizan por su facilidad para finalizar las jugadas. Para Mancini y para Vilas-Boas, ambos son elementos centrales en sus plantillas multimillonarias.

P: ¿Si tuvieras que elegir entre estas aficiones con cual te quedarías: la del Newcastle, la de Boca Junior o la del Atlético de Madrid?

R: Por proximidad y porque la conozco más, me quedaría con la del Atlético de Madrid de las tres que citas. De todas maneras, los estadios que más me han impresionado por el empuje y el compromiso de la hinchada han sido el Pizjuán y La Catedral.

P: ¿Qué porcentajes otorgarías a Sir Alex Ferguson y a Mourinho en lo referente a la consolidación y madurez futbolística de un número uno como Cristiano Ronaldo?

R: Alex Ferguson es quien tiene la culpa de que Cristiano Ronaldo sea el jugador que es, ya que le tocó tutelar al portugués en el tramo final de su formación como persona y como jugador. En Madrid, ya aterrizó como una estrella consolidada y como ganador de la Premier y de la Champions. Mourinho debe conseguir que Cristiano sea el líder, el motor de un Madrid campeón. De momento, están encontrando la manera.

P: Nadie o casi nadie a estas alturas discute la capacidad de José Mourinho como entrenador, en ese sentido nunca ha engañado a nadie, sigue fiel a su estilo desde el primer día y el que apostó por él sabía lo que compraba, pero ¿no te parece que con esta versión más sosegada, Mou beneficia al fútbol, se beneficia a sí mismo y al Real Madrid, aunque perjudique a una prensa ávida de polémicas y portadas?

R: Por supuesto. A mí es que el José Mourinho gruñón me cansa, no me dice nada, no le hago caso. Además, muchas de las polémicas que ha tenido aquí, ya las tuvo antes en Inglaterra e Italia. Son los mismos temas que se repiten ahora en España. Mejor un Mourinho sosegado para que hablemos más de fútbol y menos de polémicas, que en muchas ocasiones, si nos paráramos a analizarlas de verdad, son absurdas.

P: En el fútbol como en la vida anida la paradoja del mentiroso, pues muchos de los conceptos considerados como axiomas, se sustentan sobre cimientos cenagosos. Como comentaste en tu articulo “Todo es mentira”  tras la idílica y fastuosa vida del deportista de élite, tras su fachada, habita un ser que como nosotros está sometido a una reválida diaria, con la salvedad de que en su caso esta se produce de manera pública y ante millones de personas. ¿Crees que nos equivocamos cuando solo vemos la cara amable del deporte y el fútbol  y nos olvidamos que cuando el estadio queda vacío y el deportista descubre el silencio del olvido los dioses rotos muestran su verdadera realidad?

R: Olvidamos algo básico: los futbolistas son personas. Sí, son ricos (sólo algunos) y famosos y conducen buenos coches, pero tiene problemas como tú y como yo. Asociamos al futbolista con el éxito, el triunfo, la felicidad, pero no es oro todo lo que reluce. Tenemos, desgraciadamente, algunos casos que demuestran que algunos no digieren de la manera adecuada la presión a las que están sometidos.

P: ¿Consideras que el fútbol pierde en demasiadas ocasiones su preciado tiempo en alimentar polémicas absurdas sobre decisiones arbitrales y otras cuestiones banales, olvidando la esencia del juego y el buen hacer de sus protagonistas? ¿No se acepta mucho mejor el error en Inglaterra, donde se considera este hecho como parte del juego y donde como siempre digo nos llevan años luz?

R: El fútbol no pierde el tiempo en eso. Los protagonistas del juego no le dedican demasiado tiempo a según qué polémicas o derrotas. Pasan página con una facilidad pasmosa. Los que sí perdemos el tiempo en eternas discusiones sobre si un árbitro ha acertado o no somos los que estamos alrededor del fútbol. Y tampoco todos. Por no hablar sólo de Gol Televisión y que puedan pensar que lo que hago es publicidad, no veo en Digital Plus ningún debate a voces sobre si un linier se equivocó en un fuera de juego por milímetros. En todo caso, no estaría mal que bajáramos el volumen de la polémica alrededor del deporte. Creo que sería sano.

P: Por último, dijo Mario Benedetti: Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas. ¿Qué personaje consideras que ha conseguido trasladar este axioma vital al fútbol en la actualidad?

R: No existe ese personaje, ni en el fútbol, ni en ningún aspecto de la vida. Siempre tendremos preguntas por responder y, sobre todo, por hacer y por hacernos. De no tenerlas, de tener todo contestado, todo sería muy aburrido, ¿no crees?

MJ: Estoy totalmente de acuerdo la vida sería muy aburrida de no ser así. Quizás por ello en muchas ocasiones, cuando se piensa que está todo inventado, que se tienen todas las respuestas, siempre aparece alguien capaz de cambiar todas las preguntas con su talento y genialidad.

Amigo Miguel Ángel muchas gracias por tu amabilidad, por tu sinceridad, por ser la voz y la correa de transmisión de un juego repleto de sensaciones y emociones, por blandir con tanto talento un micrófono, arma capaz de convertir a mortales seres humanos en inmortales dioses arquetípicos. Pues en las botas del futbolista y en tu garganta reside la voz que articula la leyenda de un deporte que Rodolfo Braceli definió así: Ninguna otra cosa en la vida iguala tanto a los humanos como el fútbol. Salvo la pareja muerte.

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