Para ganar es necesario arriesgar. Inglaterra lo hizo, asumió estar en uno de los peores momentos de su historia en lo que a rugby se refiere, y se ha levantado con maestría. Se tomaron decisiones importantes, y dichas decisiones han hecho olvidar la tragedia para saborear la gloria, apenas unos meses después. Así es el deporte, así es el rugby. Un equipo sumido en la depresión en septiembre, es el mejor conjunto europeo en marzo. Y lo es de manera totalmente merecida.

Farrell y Ford se entendieron muy bien sobre el terreno de juego

El escenario era propicio para hacer historia. Con el campeonato ya en el bolsillo, el XV de la Rosa buscaba con ahínco completar el Grand Slam, y hacerlo en territorio comanche. Saint-Denis se vistió de gala para evitarlo, pero tuvo que rendir pleitesía al poderío inglés. Es el segundo Grand Slam que logran los ingleses en el siglo XXI, después del logrado en 2003. Este equipo parece tener proyección, y mucho más con Farrell y Ford compartiendo terreno de juego. Ríos de tinta corrieron sobre quién debía jugar, y Eddie Jones ha demostrado que son más que compatibles.

Francia no tuvo clarividencia en la circulación

La tensión se palpó desde el inicio, pero ambos conjuntos salieron dispuestos a atacar con vigor para desembarazarse de ella. Demasiado precipitados en defensa, se sucedieron golpes de castigo en los compases iniciales, que tanto Machenaud como Farrell aprovecharon para desengrasar el marcador. En el minuto once, Danny Care dio el primer golpe sobre la mesa en favor de los ingleses, al lograr un ensayo tras una gran jugada combinativa.  

Inglaterra y Francia. Foto: zimbio
Inglaterra y Francia. Foto: zimbio

Machenaud acercó a los galos, pero unos minutos después, el conjunto británico volvía a encontrar las fugas en la defensa del XV del Gallo, y Dan Cole logró ensayar. Farrell estuvo inmenso en las conversiones, y a partir de ese momento, los ingleses se afanaron en defensa. No dudaron en conceder golpes de castigo, y los franceses pecaron de conservadurismo, al tirar a palos siempre. Tras los aciertos de Machenaud, el marcador se fue 12-17 al descanso.

Machenaud fue el único argumento ofensivo de Francia

Continuó el duelo entre Machenaud y Farrell en el inicio del segundo período, y el morbo se hizo presente cuando George Ford decidió asumir la responsabilidad en un tiro a palos, y lo erró. Esto no hizo sino incrementar la intensidad de los ingleses, que mediante Anthony Watson, lograron otro ensayo. Francia introdujo cambios en la delantera, intentando refrescar a sus jugadores y encontrar un ensayo que le diera vida. En el minuto 58 llegaría la última alegría para los galos, con otro acierto de Machenaud en el tiro a palos. A partir de ahí, el drama se cernió sobre Saint-Denis.

Owen Farrell en VI Naciones 2016. Foto: zimbio
Owen Farrell en VI Naciones 2016. Foto: zimbio

Estaban a cuatro puntos tan solo, y se lanzaron a por todas en ataque, pero la defensa inglesa no tuvo problemas en contrarrestar las acometidas francesas. Cuando las fuerzas comenzaron a flaquear, Farrell amplió la ventaja, y certificó la victoria con otra patada a palos después de un drop fallido de Ford. El bueno de George estuvo tan brillante en el juego combinativo, como errático con los pies.

Triunfo espectacular de Inglaterra, que demostró ser justo y digno vencedor. Europa llegaba tocada al torneo, y los ingleses han dado un golpe de autoridad, demostrando que su proceso de recuperación va por buen camino. Un equipo muy criticado que ahora será loado en la prensa de su país. Así es el deporte, así es el rugby.