Las dos bombas que estallaron en Boston en la proximidad de la llegada de la famosa maratón de la ciudad, causó una tercera víctima y resultaron heridas más de 130 personas, de las que 8 continúan en estado grave según informa el New York Times. Hasta el momento no se ha realizado ninguna hipótesis concreta sobre lo que podría ser la causa y quién es el responsable del ataque. La policía de Boston había recorrido la ruta del maratón en los días anteriores, inspección rutinaria y habitual en este tipo de eventos, como parte de las medidas de seguridad.
El presidente Barack Obama se dirigió a la nación unas horas después del atentado: "Vamos a encontrar a los responsables y se siente sobre ellos todo el peso de la justicia". Una de las víctimas es un niño de ocho años, Richard Martin, quien asistió a la maratón con su familia.
Todos los dispositivos de seguridad están activados y el FBI está coordinando las investigaciones para tratar de localizar a los responsables de la tragedia. Fuentes del FBI han llamado a la investigación "muy activa y fluida", pero hasta el momento no se han producido arrestos o detenciones, a pesar de que muchas personas fueron interrogadas. Según el Boston Globe, un varón de nacionalidad saudí fue visto huyendo de la escena del crimen, y fue interrogado en el "Brigham and Women’s Hospital”. Era un estudiante universitario y cooperó con las autoridades. Él le dijo a los agentes del FBI que no tenía nada que ver con el incidente y no ha sido detenido.
"Un atentado como éste, con explosiones múltiples, es claramente un acto de terrorismo y como tal será tratado", comunicaron fuentes de la Casa Blanca. Además de las dos bombas que explotaron cerca de la línea de meta del maratón cuando fueron pasando los últimos participantes, una tercera bomba explotó en la biblioteca JFK, y un cuarto artefacto fue descubierto y detonado por los artificieros.
La ciudad de Boston está compungida por el atentado, que ha ensangrentado una de las iniciativas por las que Boston es conocida en todo el mundo, uno de los maratones más prestigiosos del mundo en su edición número 117. La zona donde ocurrió la explosión permanece cerrada para facilitar la investigación. Nadie puede entrar, excepto residentes o los que trabajan en el área cercada. El gobernador de Massachusetts, el estado del que Boston es la capital, dijo que en estos días la ciudad "no va a trabajar como de costumbre" y la presencia de investigadores y la policía será masiva. Los investigadores han programado una conferencia de prensa para la mañana de este martes. Desde el 11 de septiembre una ciudad de Estados Unidos, no se encontraba vigilada por tales medidas de seguridad.
Mientras tanto, se multiplican los testimonios de los presentes: "Vi humo blanco y al principio pensé que eran fuegos artificiales", dijo Megan Raftery, un espectador sentado en las gradas cerca de la línea de meta. Muchos huyeron de la escena de la tragedia, sobre todo después de la segunda explosión, pero muchos han tratado de ayudar a los muchos heridos, una gran parte de ellos con lesiones graves en las piernas. Alix Coletta, una enfermera de 26 años, fue uno de los que proporcionaron los primeros auxilios: "Un montón de sangre, cristales rotos por todas partes, lesiones graves en las extremidades inferiores y problemas de corazón, fue un desastre"
(Fuentes: Boston Globe y NYT)
