Dos días después de la tragedia, muchas son las hipótesis que envuelven los motivos del atentado. Sin embargo, pocas son las pistas. A día de hoy, solo se conoce que las dos explosiones, que han causado la muerte de tres personas (entre ellos un niño de ocho años) y han herido a otras 183, se colocaron en ollas a presión escondidas en mochilas oscuras con pólvora y rellenas de metralla.
Pese al acontecimiento multitudinario como es la maratón de Boston, las autoridades estadounidenses responsables de la investigación carecen de pistas suficientes sobre el atentado y sobre los autores. “No sabemos si se trata de un terrorista de cosecha propia o parte de una conspiración más amplia” afirman los investigadores.
Debido a esta situación, el FBI se ha visto obligado a realizar un llamamiento a los ciudadanos pidiendo toda la información posible.
En las declaraciones ofrecidas por Richard DesLauriers, agente del FBI responsable de la investigación, pidió a los ciudadanos que denunciaran a cualquier persona que mostrara cierto interés por los explosivos o por la orientación de la maratón. Insistió en la denuncia de cualquier individuo que portara una mochila pesada de color oscuro cerca del lugar de los hechos en los minutos previos a la explosión.
También, aseguró que “la investigación cubrirá el mundo entero” y que llegará “a los confines de la Tierra para identificar al sujeto o sujetos responsables de este crimen despreciable”. Además se ha fijado una recompensa de 50.000 dólares para aquella persona que aporte información que sirva para detener al o a los criminales.
