Los asesinos en serie en España

El término serial killer (asesino en serie) fue acuñado por el agente del FBI Robert Ressler en los años 70, aunque se tiene constancia de que ya en 1930 el alemán Ernst Gennat, un inspector de policía, hacía uso del mismo.

Asesino en serie se considera a aquel que mata un determinado número de personas (a partir de tres) en un periodo que tiene continuidad en el tiempo. Entre actuación y actuación, llevan a cabo lo que podría considerarse una vida ‘normal’. Se produce así la distinción con el ‘asesino en masa’ denominado el que mata a un gran número de personas en una única actuación (atentados terroristas) o el ‘asesino relámpago’ cuyas muertes suelen ser numerosas, y no se espacian tanto en el tiempo (masacre de Virginia Tech).

El FBI clasifica a los serial killer en organizados y desorganizados, entendiendo por organizados a aquellos de un alto cociente intelectual (de 105 en adelante) que planifican sus crímenes, y por desorganizados a aquellos con un cociente entre 80 y 95 que actúan con una mayor impulsividad.

Incomprensiblemente, sus actuaciones despiertan admiración, morbo, entre algunas personas, quién sabe si por la aureola de misterio que los rodea... Así, los cuadros de John Wayne Gacy ('El Payaso Asesino') que violó y asesinó a más de 30 jóvenes, se han vendido por auténticas millonadas, Psicosis, basada en la vida de Ed Gein fue una de las películas con más éxito de Alfred Hitchcock, y asesinos como Ted Bundy, con más de 100 víctimas confesadas, recibían miles de cartas de admiradoras...

Manuel Blanco Romasanta (El hombre lobo gallego)

Romasanta fue el primer serial killer españolEn nuestro país, el primer asesino en serie conocido, considerado como tal, es Manuel Blanco Romasanta, conocido como ‘El hombre lobo gallego’ afectado por una enfermedad psiquiátrica conocida como licantropía (quienes la padecen, piensan que se han transformado en un animal, y actúan como tal). Romasanta engañaba a sus víctimas, prometiéndoles buenos puestos de trabajo, las trasladaba al bosque, las golpeaba, despedazaba y se las comía, aduciendo que se transformaba en lobo. Su periodo de actuación data del S.XIX (entre 1846 y 1852) y asesinó a un total de 13 personas. En su comparecencia ante el juez de instrucción, relató lo siguiente:

‘…Fui víctima de una maldición familiar que me convirtió en ‘hombre lobo’. Me viene ocurriendo desde hace trece años, cumplidos el día de San Pedro de este año (29 de junio de 1852). La primera vez que me transformé fue en la montaña de Couso. Me encontré con dos lobos grandes, con aspecto feroz. De pronto, me caí al suelo, comencé a sentir convulsiones, me revolqué tres veces sin control, y a los pocos segundos, yo mismo era un lobo. Estuve cinco días merodeando con los otros dos, hasta que volví a recuperar mi cuerpo. El que usted ve ahora, señor juez. Los otros dos lobos que venían conmigo, que yo creía que también eran lobos, se cambiaron a forma humana. Eran dos valencianos. Uno se llamaba Antonio y el otro Don Genaro. Y también sufrían de una maldición como la mía…’

Interpelado por el juez sobre si guardaba recuerdos de cuando se convertía en lobo, respondió:

‘…Sí, todos. Pero desde que me convertía en lobo mandaba sobre mí el instinto animal. Y así veía y sentía como lógico el instinto y el hambre de carne humana. Cuando volvía a ser yo, a ser hombre, sentía cierta lástima, pero nada podía hacer…’

Seis médicos fueron comisionados para determinar si Romasanta era un enfermo mental o un simulador. La diferencia, internamiento en un psiquiátrico o garrote vil. La conclusión de los médicos fue la siguiente: ‘…Manuel Blanco no es idiota, ni loco, ni monomaniático, ni imbécil, y es probable que si fuera más estúpido no fuera tan malo…’ Así, el 6 de abril de 1853, la sentencia condenó a Romasanta a muerte por garrote vil. La Reina Isabel II, tras la apelación de un hipnólogo francés (el profesor Phillips) cuya opinión era que el acusado era incapaz de distinguir entre el bien y el mal, lo que le convertía en inimputable, conmutó la pena de pena de muerte por la de cadena perpetua, muriendo éste años después en prisión.

Romasanta

Juan Díaz de Garallo (El Sacamantecas)

La voz utilizada para asustar a los niños, ‘Que viene el sacamantecas/hombre del saco’ cobra vida en la figura de Juan Díaz de Garallo y Ruiz de Argandoña, ‘El Sacamantecas’. Este agricultor alavés, acusado de violar y asesinar hasta 6 mujeres (aunque sólo se le pudo probar un asesinato) a las que estrangulaba y destripaba, actuó entre los años 1870 y 1879 (nueve años antes de los asesinatos del londinense Jack el Destripador). El Sacamantecas fue el precursor de Jack el Destripador

Díaz de Garallo, que no mostraba arrepentimiento alguno, se justificaba diciendo que las mató para no ser delatado, puesto que previamente había violado a sus víctimas, ya que sus esposas (enviudó hasta tres veces, y se casó cuatro) le negaban sistemáticamente las relaciones sexuales. Analizado por hasta once médicos, la conclusión fue que no presentaba ningún síntoma de locura, por lo que era dueño de su voluntad. Fue condenado a muerte y ejecutado a garrote vil.

Manuel Delgado Villegas (El Arropiero)

El más prolífico de los asesinos en serie en España no fue otro que Manuel Delgado Villegas, ‘El Arropiero’, que en el periodo comprendido entre 1964 y 1971 asesinó a un total de 48 personas (víctimas confesadas) aunque únicamente pudieron probarle 7 asesinatos consumados y 2 en grado de tentativa., si bien la policía considera verosímil que fuesen hasta 22 sus víctimas. El Arropiero, hacía uso de un golpe que aprendió en la legión (el golpe del legionario) para cometer sus crímenes, aunque en ocasiones empleaba la estrangulación. Era impulsivo y llegó a practicar la necrofilia con algunas de sus víctimas, no mostrando arrepentimiento alguno por sus actos. Así describía la muerte de V.H, de 62 años, al que encontró paseando por el campo y pidió algo para comer:

‘…el muy imbécil me dijo que por qué no trabajaba siendo joven y fuerte. Le contesté que era un enfermo y se echó a reír… Me dio un arrebato y le dije que era un gamberro. Él me contestó que iba a llamar a la Guardia Civil. Le arreé un golpe de kárate en la nuca y se dobló como un conejo. Entonces lo tiré al agua y vi cómo se hundía poco a poco…’

En una ocasión, en el traslado para comprobar una de sus confesiones, en la radio dijeron que un mexicano había cometido más asesinatos que Delgado Villegas, ante lo que respondió: ‘…denme 24 horas y les aseguro que un miserable mexicano no va ser mejor asesino que un español…’ (SIC).

Delgado Villegas contaba con un trastorno genético, era portador del cromosoma XYY, una trisomía de los cromosomas sexuales masculinos (lo habitual es XY) que conlleva problemas de aprendizaje (Villegas no sabía leer ni escribir) y en algunos casos (y el Arropiero no era una excepción) provoca una mayor agresividad.

Examinado por los psiquiatras, llegaron a las siguientes conclusiones:

- Manuel Delgado Villegas no padece enfermedad mental propiamente dicha.

- Su capacidad mental es liminar, entre el estúpido, aún en la normalidad, y el torpe, como grado superior de la debilidad mental. Su falta de cultura y circunstancias sociales desfavorables agravan su limitación.

- Al mismo tiempo es una Personalidad Psicopática con rasgos de los desalmados y de los necesitados de estimación.

- La imputabilidad, dada su capacidad de conocer y de inhibirse, la consideramos disminuida en grado importante.

- Es peligroso en grado supremo.

Tras las conclusiones extraídas en el informe psiquiátrico, los jueces no llegaron a celebrar ningún juicio contra él, ordenando su internamiento en un centro psiquiátrico de alta seguridad en junio de 1978. Trasladado al Psiquiátrico Penitenciario de Fontcalent, en Alicante, tras el cierre del mismo, fue puesto en libertad en 1996. Vagabundeó durante dos años por las calles de Barcelona hasta fallecer en 1998 víctima de un enfermedad pulmonar (llegó a fumar hasta 10 cajetillas diarias, según sus propias confesiones).

Arropiero: el vagabundo de la muerte 1/6

Arropiero: el vagabundo de la muerte 2/6

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Francisco García Escalero (El Mendigo Asesino)

Precisamente en el Psiquiátrico Penitenciario de Fontcalent, Alicante, llegaría a coincidir en el tiempo el actualmente más prolífico de los asesinos en serie españoles con vida, Francisco García EscaleroEl Mendigo Asesino’, con ‘El Arropiero’. A ambos, además de su dilatada carrera como serial killers, les unía su afición por los cadáveres. Francisco, que de pequeño vivía en una caravana, junto al cementerio, se paseaba por camposanto examinando las fotos de las lápidas. La que le atraía, la desenterraba y…

Francisco, que lleva el cuerpo cubierto de tatuajes, o cicatrices parlantes (conocidas como taraceos) tan significativas como una lápida con el nombre de una de sus víctimas, un Cristo, o la leyenda ‘Nací para sufrir’ presenta una amplia colección de trastornos mentales, tales como la esquizofrenia paranoide, el alcoholismo crónico, la manía depresiva o la necrofilia. Escuchaba voces (la voz de la Virgen) que le impulsaban a golpear hasta la muerte a sus víctimas (‘…mátalo, mátalo, me decía...’). La mezcla de psicotrópicos y alcohol, unido a sus enfermedades mentales, le inducían sin duda a cometer actos terribles. A una de sus víctimas tras asestarle 5 puñaladas y decapitarla, la violó. Anduvo con la cabeza en una bolsa por las calles de Madrid, hasta que fue consciente de lo que llevaba entre las manos y acabó por arrojarla a la basura. A otra le arrancó el corazón… y mordió un trozo (siempre según sus propias declaraciones).

Se han probado contra Francisco un total de 10 asesinatos, y 1 frustrado, aunque él ha confesado hasta 14. Actuó entre 1987 y 1993, año desde el que se encuentra recluido hasta la actualidad.

Entrevista a Francisco García Escalero

La historia está plagada de serial killer

Los analizados, son sólo algunos de los peores asesinos en serie de nuestro país, pero la historia está plagada de ellos: Charles Manson, Ted Bundy, Henry Lee Lucas o Garavito, y mujeres como Aileen 'Lee' Wuornos, 'La Viuda Negra de Hospitalet', o 'La Vampira de Barcelona' son algunos de los más conocidos. Más adelante analizaremos más en profundidad cada uno de ellos.

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