La Sexta: entre el humor y el deber ciudadano
Foto: lasexta.com

La situación actual en España no es para tirar en cohetes. Solo en el deporte parecemos estar en lo más alto (aunque los alemanes nos ganan ya en el fútbol), junto a las listas de paro, países con más adicciones a las drogas... De lo que tampoco podemos gozar es de una buena televisión. La llegada de la TDT hace unos años nos pareció una magnífica idea: más canales, diversificación temática y más calidad. Solo lo primero parece haberse cumplido. Está claro que la televisión se ha adueñado del capitalismo. No vale hacer un servicio al ciudadano, sino ganar dinero.

No importa el qué, sino el cómo y lo que ingresas. Aunque todo el mundo asegura no ver "Sálvame" ni todos esos programas que inundan nuestras mentes de cultura y conocimiento (es como con el PP, al que todos aseguran no votar), este tipo de programas que buscan informar (sin importar dónde pueden estar los límites de la vergüenza y la desfachatez) de la vida de los famosos tienen éxito incontestable y casi infrenable. Los mejores actores del país, los Matamoros, los Lídia Lomana y los Jorge Javier Vázquez tienen, desgraciadamente, larga vida. Nos gusta el morbo. "Humor y conocimiento pueden ir ligados"

Por suerte, no todo es malo. Hace unos años salía a escena una cadena que podríamos catalogar como de izquierdas, que no antisistema, hipócrita o que fomenta la indignación como muchas ideologías de derecha quieren hacer creer. El deber de los medios de comunicación debe ser informar, hacer que la ciudadanía tenga diversos puntos de vista (todos los posibles) y construya un conocimiento amplio y profundo. La Sexta ha sabido, desde sus inicios, combinar todo tipo de deberes ciudadanos. Por un lado, ha sabido incluir programas en su parrilla con humor, sarcasmo y que buscan, única y exclusivamente, el entretenimiento, aunque riéndose de nuestro país (que hay motivos para hacerlo). Los famosos "Sé lo que hicisteis", "Buenafuente", "El club de la comedia" o ahora "Así nos va" han dado a La Sexta un toque de humor y comedia básico en los tiempos que corren.

Sin embargo, y en el otro extremo, no todo son risas ni panderetas. La Sexta lleva seis temporadas dando paso a programas como "El Intermedio" o "Salvados". El Gran Wyoming repasa cada noche de lunes a jueves las noticias del día con sarcasmo y analizando todas las barbaridades que se dicen en canales que parecen anclados en la historia como Intereconomía o 13TV. Por su parte, Jordi Évole nos desvela cada domingo las verdaderas mentiras del país y aspectos que pasan desapercibidos en la prensa. Todo aquello que no apetece que se sepa él nos lo explica. Quizás no gusta, pero es el periodismo que el ciudadano desea.

Finalmente, programas como "Al Rojo Vivo" o "El Objetivo" buscan, con mucha más calidad y nivel que La Noria, analizar la actualidad política del país con expertos en la materia y trayendo a personalidades políticas ilustres. Sin buscar una tertúlia sensacionalista. Se respetan los turnos, se comunican valores, se transmiten conocimientos. Ese es uno de los modelos que tendría que convivir.

La Sexta enseña, nos hace reír y aprendemos. Todo es compatible. Incluso emitir grandes eventos deportivos. La Sexta, un gran canal.

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