Ruth Lorenzo y Eurovisión: Una cuestión de audiencia
Foto: Music Gateway

Nos plantamos en pleno mes de enero, pasadas ya la navidad, la nochevieja, la resaca de nochevieja y el día de Reyes (no Del Amor sino los Magos) y aún no conocemos qué va a hacer Televisión Española en la próxima edición del Festival de Eurovisión que tendrá como sede este año la capital de Dinamarca, Copenhague, gracias a la victoria (como su tatarabuela) de Emilia la del Bosque. Tardanza poco habitual en TVE ateniéndonos a los últimos años que, independientemente del sistema de elección, conocíamos el porvenir (en la mayoría de las veces, triste porvenir) de la candidatura española en el festival antes de las uvas. La última vez que nos plantábamos en el mes de enero sin saber nada de TVE fue en 2008 y todos recordamos qué pasó aquel año en Belgrado. Tampoco hablemos de los precedentes en 2006 y 2005 que no son precisamente de un gran recuerdo, especialmente 2006.

La cuestión es que, según muchos medios, fuentes, topos y Mr. X varios, el supuesto Departamento de Festivales de TVE a día de hoy no sabe qué hacer ante tres opciones que tiene sobre la mesa:

   - Elegir a Ruth Lorenzo (con quien probablemente tenga un acuerdo verbal, pero a día de hoy no consta firma definitiva) mediante elección interna, a priori la más fuerte a nivel artístico y a nivel económico gracias al apoyo de Roster Music (aspecto muy importante, el económico, para TVE) además del apoyo casi unánime de los eurofans y medios especializados, algo que no se recuerda desde hace mucho tiempo sin olvidar tampoco la predisposición que ha mostrado la murciana para ser la abanderada de TVE en Eurovisión (con rechazo a una oferta formal y oficial de la BBC incluido).

  - La segunda opción de TVE es la de realizar una preselección pública que a juzgar por las últimas noticias y los precedentes de TVE no presagiaría nada positivo su realización, de la que se sabe que no acudiría ningún artista con cierto nombre y prestigio que es a priori la intención del ente público, sumado a las aseguradas prisas a la hora de idear algo casi a última hora. Además, según apunta OGAE, TVE podría estar pensando en la posibilidad de volver a las preselecciones on-line pero esta vez rallando en la dejadez y la cutrez puesto que ni tan siquiera se emitiría en televisión el mencionado proceso de elección sino por la web de RTVE. Me es muy desagradable pensar a qué tipo de artistas habría llamado TVE para llegar al punto de no querer que la gente de bien vea semejante esperpento.

   - Y la tercera opción pero la más lejana gracias al Raquelazo (algo positivo iba a tener la peor representación de TVE en Eurovisión de toda su historia) es la de hacer caso a las presiones de GestMusic, es decir, que la célebre productora flete un autobús (el RuBus para más señas) y lleven a una atractiva señorita de Canet del Mar a representar a España en Eurovisión con el consecuente corral de gallos, ridículo y nuevo bottom que traerían bajo el brazo Roser, Poty, Federico Llano, Carlos Mochales y Toñi Prieto. Pero poniéndonos serios, hay que decir que si bien artísticamente no es una opción que cree excesivo entusiasmo entre los señores de TVE debido al mencionado Raquelazo (ya hablaremos del porqué influye ESDM en Roser) es la opción que económicamente más satisface a TVE: Galas gratis cortesía de GestMusic, viaje en el RuBus gratis (¿pensabais que el barco de ESDM a Malmö era lo más austero en viajes a Eurovisión? ¡Ja!) y promoción a  cargo de la propia productora. Importante es apuntar que al igual que con Ruth Lorenzo, TVE tiene un acuerdo verbal con Roser (que no firma) aunque en este caso es un “si no hay más remedio”.

La cosa es que, salvo sorpresa de última hora, la tercera vía, la de Roser (¡qué casualidad que la tercera vía sea catalana!) tiene a día de hoy muy pocas opciones por lo que el debate interno en TVE está entre elegir a Ruth Lorenzo o la preselección que, si es como nos imaginamos que será, invitaría al suicidio colectivo y dejaría a TVE con la imagen más dañada que Intereconomía. Las dudas en TVE a la elección de Ruth Lorenzo, (seamos francos, la posibilidad de preselección es fruto de las dudas en TVE con la murciana) residen principalmente en la poca popularidad que algunos altos mandos del supuesto Departamento de Festivales de TVE alegan que la señora Lorenzo tiene en España lo cual conllevaría un deterioro del interés por parte de la gente hacía Eurovisión y una bajada sistemática de audiencia. Esto, con los datos en la mano, es una simple falacia, ya que la ecuación cantante famoso equivale a más audiencia es del todo demostrado que no es cierto mientras que la calidad del artista y las aspiraciones a un buen puesto final sí que han llevado buenos datos de audiencia te llames Ramón, Anabel o Pastora.

Parece ser y según he podido preguntar a quien hay que preguntar y donde hay que preguntar, la elección o no elección de Ruth Lorenzo como representante de España en Eurovisión es sencillamente una cuestión de audiencias, algo que me parece un poco paradójico ya que todos sabemos que TVE no se nutre de los ingresos publicitarios lo que hace de la audiencia en TVE un simple dato más.

Y esta es en definitiva mi intención en este artículo, desmontar mediante datos fehacientes y reales, que la popularidad del representante de TVE no es en absoluto determinante para lograr un mejor o peor dato de audiencia y de paso, con un poco de suerte, que lo puedan leer quienes toman las decisiones sobre Eurovisión en TVE y les ayude a reflexionar un poco.

Para calentar motores, aquí está la tabla, fusilada de Wikipedia, cuyos datos han sido contrastados adecuadamente en la que podemos ver las cifras de audiencia de la final del festival desde 1992, año desde el que las audiencias se miden con una precisión adecuada hasta la fecha:

Día

Festival

Puesto Final

Representante

Espectadores

Share

18 mayo

2013

25

El Sueño de Morfeo

5.369.000

33,1%

26 mayo

2012

10

Pastora Soler

6.542.000

43,5%

14 mayo

2011

23

Lucía Pérez

4.724.000

32,3%

29 mayo

2010

15

Daniel Diges

5.760.000

41,9%

16 mayo

2009

23

Soraya Arnelas

5.122.000

35,9%

24 mayo

2008

16

Rodolfo Chikilicuatre

9.336.000

59,3%

12 mayo

2007

20

D'Nash

3.373.000

28,0%

20 mayo

2006

21

Las Ketchup

4.892.000

38,9%

21 mayo

2005

21

Son de Sol

4.712.000

35,5%

15 mayo

2004

10

Ramón

6.826.000

50,1%

24 mayo

2003

8

Beth

8.790.000

58,4%

25 mayo

2002

7

Rosa López

12.755.000

80,4%

12 mayo

2001

6

David Civera

5.614.000

45,7%

13 mayo

2000

18

Serafín Zubiri

4.056.000

34,8%

29 mayo

1999

23

Lydia

3.950.000

34,2%

9 mayo

1998

16

Mikel Herzog

4.145.000

32,3%

3 mayo

1997

6

Marcos Llunas

3.224.000

30,3%

18 mayo

1996

20

Antonio Carbonell

3.650.000

27,5%

13 mayo

1995

2

Anabel Conde

4.458.000

35,5%

30 abril

1994

18

Alejandro Abad

3.037.000

26,1%

15 mayo

1993

11

Eva Santamaría

5.053.000

42,2%

9 mayo

1992

14

Serafín Zubiri

3.005.000

25,4%

La tabla es realmente reveladora y tenemos mucha tela que cortar si la queremos analizar profundamente, Empecemos por el principio, por Serafín Zubiri, representante de TVE en 1992 con un tema del genial Luis Miguélez (Alaska y Dinarama, Glamour to Kill, Metálicos, Die Blondinen, etc…). De toda la serie es el peor dato de audiencia pero, para ser honestos, hay que decir que el ESC se retrasmitió en La 2. Serafín Zubiri, en el momento de su actuación en Eurovisión, tenía 4 discos a sus espaldas, una Sintonía Oficial en la Vuelta Ciclista a España (“Pedaleando” en 1988) que en aquellos años era el no va más. Tino Casal, La Unión, Azul y Negro, etc…  lo fueron en aquella época. Era un título, el de la Sintonía de la Vuelta, de cierto prestigio y calado popular en la música en España. Además, su canción “Polvo de estrellas” logró gran éxito un año atrás, en 1991, con la que incluso intentó ir a Eurovisión. No olvidemos que su condición de invidente contribuyó en su momento en convertirle en uno de los cantantes más populares del país. Aún a pesar de eso y tal vez sumado a la losa de la emisión del festival por La2, no logró congregar mucho más de 3 millones de espectadores.

Pero es en 1993 cuando TVE decide devolver Eurovisión a la entonces conocida Primera Cadena y designan a una total desconocida por el público, Eva Santamaría, como representante que, al igual que Ruth Lorenzo, su experiencia se limitaba a la participación en diversos concursos televisivos y la grabación de un disco muy poco antes de la elección como representante de TVE en el ESC. La canción “Hombres”, aun sin la aceptación de los medios ni de una adecuada promoción, logra conectar con el público y consigue reunir frente al televisor a más de 5 millones de televidentes, un 42% del share, una diferencia de 2 millones más con respecto a Serafín y alcanzando además, un meritorio undécimo lugar. Y todo a pesar de que el nombre de Eva Santamaría en 1993 no era para nada reconocible entre los espectadores ni lo es tampoco en estos momentos.

Al año siguiente, TVE elige de forma interna, como era habitual, a Alejandro Abad, del que podemos decir que hoy en día es uno de los productores y compositores en castellano más reputados del mundo, hace 20 años no dejaba de ser una promesa del pop melódico español pero sin llegar a ser tan desconocido como Eva Santamaría. El nombre de Alejando Abad, en 1994, sonaba a la gente gracias en parte a su victoria un año atrás en el Festival de la OTI como compositor de la canción de Ana Reverte y su trabajo de productor de nombres tan grandes como Dyango. Si antes hemos comparado a Eva Santamaría con Ruth Lorenzo, podríamos entablar cierto paralelismo entre el Alejandro Abad de 1994 con el Pablo López de 2014. A pesar de ir a Eurovisión como ganador de la OTI un año atrás, de ser un cantante más popular que Eva Santamaría, la audiencia Eurovisión ’94 cayó casi al mismo nivel que en 1992 pero con el agravante de ser emitido por la Primera Cadena de TVE. La posición final de Abad en aquel festival fue un 18º lugar con 17 puntos.

Así que para empezar, la audiencia de los festivales de 1992, 1993 y 1994 es casi proporcional a la posición final y no solo eso, sino que el renombre que pudiesen tener los representantes, no influyó para absolutamente nada. Pero no termina aquí, porque en 1995, tras el fracaso de Alejandro Abad, TVE repite la fórmula de 1993 y elige a una cantante totalmente desconocida, la malagueña Anabel Conde de tan solo 19 años pero apadrinado por Chema Purón. El resultado final todos lo sabemos, la mejor posición de España en el ESC en los últimos 35 años y la última vez que TVE se ha colado en el Top 5. La audiencia también se incrementó hasta los 4 millones y medio de espectadores.

Es importante apuntar, que hablar de la década de los años 90 en el Festival de Eurovisión, es hablar de una etapa de falta de popularidad por parte del festival en España y gran parte de Europa bastante importante. Una especie de crisis de audiencias que sacudió especialmente en España el festival y que hasta la representación de David Civera en 2001 y por supuesto, el boom de Rosa López en 2002, el interés general por el ESC estaba en sus cotas más bajas.

Vemos como en 1996 TVE envió a Oslo a otro gran desconocido pero que tampoco logró suscitar gran interés, Antonio Carbonell que a pesar de llevar una canción de Ketama, uno de los grupos más populares en aquella época, su audiencia fue de poco más de 3.600.000 de espectadores y alcanzando la 20ª posición por lo que por 5º año consecutivo, la audiencia fue proporcional a la posición final de TVE en Eurovisión.

En 1997 en cambio ocurre algo extraño, porque TVE está ante la oportunidad de lograr una buena audiencia con la elección de Marcos Llunas, hijo del mítico Dyango, ganador de la OTI en 1995 con una canción de Alejandro Abad además de gozar de bastante popularidad en ese año, pero como bien se ha comentado antes, la fama no influye casi nunca en la audiencia en televisión. Aquí se rompe lo que estuvo ocurriendo desde 1992 y es que logrando un gran 6º puesto, baja el nivel de audiencia con respecto a 1996 en 200.000 espectadores. Una de las causas podría ser la decepción de 1996, otra es el ya explicado declive del interés por el Festival de Eurovisión por parte de los espectadores, que aun siendo líder de audiencia, cosechaba los peores datos de audiencia de su historia. Pero la más probable explicación es que ese año España con Marcos Llunas no estaba en ninguna quiniela en la victoria, nadie daba un duro por un buen puesto de TVE en Eurovisión, algo que contra pronóstico sí que se consiguió. Aquí se pone de manifiesto una vez más nuestro mensaje, a pesar de que Marcos Llunas tenía cierto cartel en aquel momento, la canción no entusiasmaba en absoluto al público lo que repercutió negativamente en la audiencia. Si este año TVE manda a Roser con una petardada de pachangueo que a la gente no le gusta, lograrás un muy peor resultado de audiencia que si envías a Ruth Lorenzo con un temazo del nivel de “Love is dead” que como mínimo, te asegura ser Top 10 aun teniendo en cuenta que Roser es mucho más conocida por la audiencia que Ruth Lorenzo. (FÉ DE ERRATAS: La baja audiencia del festival en 1997 se debe a la coincidencia del día de la retransmisión del ESC con la boda entre la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín lo que provocó la emisión en diferido de Eurovisión en TVE)

Lo referente a audiencias durante los festivales de 1998, 1999 y 2000 hay que decir que se recupera la barrera de los 4 millones de espectadores con tres candidaturas dispares pero siguen siendo datos bastante pobres coincidiendo con los pobres resultados finales de los tres protagonistas. El primero de ellos fue Mikel Herzog, que en el momento de su elección, su carrera musical guardaba muchos paralelismos con Serafín Zubiri en 1992. 4 discos en el mercado, varios éxitos en listas de ventas, grabación, composición y producción para gente tan dispar como Zapato Veloz, Mónica Naranjo o Ricky Martin además de pertenecer a dos bandas eurovisivas como Cadillac y la Década Prodigiosa. En resumidas cuentas, en 1998, el nombre de Mikel Herzog era conocido entre el público, mucho más de lo que hoy es el nombre de Ruth Lorenzo. El resultado fue 4.145.000 espectadores y un 16º puesto final. A pesar del fenómeno Dana International, la cifra de 5 millones de espectadores de 1993 o de 4 millones y medio de 1995 con el segundo puesto de Anabel no habían sido superados. A excepción de 1997, coincidían las mejores posiciones en el festival por parte de España con las mejores audiencias y todo esto con dos nombres extraordinariamente desconocidos como lo siguen siendo en la actualidad para el público: Eva Santamaría y Anabel Conde.

En 1999 fue el turno de Lydia que, contrariamente a Eva y Anabel, no era una completa desconocida. En ese año, Lydia era junto a Malú y Tamara, una de las tres grandes promesas del pop femenino en España, había logrado ser nº1 en Los 40 Principales en 1996 (cuando la cadena 40 reflejaba lo que realmente se escuchaba y tenía un poco de la credibilidad que hoy ya no tiene). En ese año Lydia había vendido con sus dos discos de estudio casi 200.000 copias llegando a ser Disco de Oro (el mismo Disco de Oro que hoy regala la SGAE fraudulentamente a gentuza como Orozco). De ese trío de promesas junto a Malú y Tamara, era quien entonces sobresalía en cuanto a nivel de popularidad. Pero el desastre fue mayúsculo, gigantesco, desde 1983 que no pasaba, el 1 point de Lydia en la final fue un batacazo histórico que no se ha repetido hasta 2013, aún muy comentado a día de hoy gracias a ese “precioso” vestido de la esposa de Pedro J. ¿Resultados? Bajada de audiencia con respecto al año anterior y otra vez que coincide la tendencia entre posición final y audiencia.

Y nos plantamos en el último año del s. XX y primero del 3er Milenio, el año 2000 en el que TVE rompe todos los esquemas y abre preselección abierta: EuroCanción 2000. El primer ganador de una preselección tras casi un cuarto de siglo fue Serafín Zubiri, que tras su agridulce experiencia en 1992 quiso sacarse la espina y se presentó en Estocolmo con “Colgando en un sueño”. No había duda, era un artista totalmente consagrado, exitoso y conocido por el público, obviamente mucho más que en 1992. Su posición final fue peor que en 1992 y el número de espectadores no se movió mucho con respecto a Lydia, apenas 100.000 espectadores más por lo que por una vez más, el factor “famoso” volvió a fracasar estrepitosamente.

En 2001 TVE repite preselección, esta vez producida por José Luis Uribarri pero bajo el mismo formato: EuroCanción 2001. Una preselección plagada de rostros conocidos y no tan conocidos que sí lograrían forjarse un nombre en años próximos en el mundo de la música como fue el caso de Merche. La cosa es que de aquella preselección donde por ejemplo estaban Locomía, ganó un entonces desconocido David Civera, que lo único que había hecho en años anteriores era participar en Lluvia de Estrellas, la versión arcaica de Tu Cara me Suena y el lanzamiento de un disco en 1998 que pasó totalmente desapercibido. “Dile que la quiero”, canción compuesta por Alejandro Abad, eurovisivo en 1994 y dos veces ganador de la OTI como compositor, se pone a la cabeza como máximo favorito en encuestas y apuestas y la canción logra una buena recepción por parte de las radios y del público alcanzando el nº1 en Los 40. La expectación es máxima, desde Sergio Dalma en 1991 que una canción de TVE no se posicionaba como máxima favorita en el festival y esto se ve reflejado en la cifra de espectadores: 5.614.000, la mejor cifra hasta ese momento de toda la serie histórica. La mejor audiencia desde la creación de las televisiones privadas. Su puesto final fue el 6º lugar, 12 puestos por encima de Serafín Zubiri y 1 millón y medio de espectadores más. Tengamos en cuenta el casi anonimato de Civera y la consagración de Serafín Zubiri.

2002, 2003 y 2004 fueron los años del fenómeno OT que bien merecería un artículo aparte. Pero otra vez, la expectación creada gracias a aquel formato y la inteligente decisión de TVE de enlazarlo como preselección a Eurovisión, logró que en 2002, aun sin ser la gran favorita, gracias a los medios de comunicación y al mencionado fenómeno OT, la actuación de Rosa López en Eurovisión sea a día de hoy, el programa no deportivo más visto en la historia de la televisión en España desde que se registran audiencias en 1992. Pero como no quiero ahondar mucho en el fenómeno OT, insisto en que bien merece un apartado propio, hay que decir que aun siendo un fenómeno particular, la relación expectación-posición final-audiencia se siguió dando: 2002, 12 millones de espectadores y un 7º lugar; 2003, 8,7 millones de espectadores y un 8º puesto y 2004, 6,8 millones de espectadores y un 10º puesto. Curioso este último dato, que coincide casi de pleno con la audiencia de 2012 de Pastora Soler cosechando el mismo puesto final ¿Casualidad? No creo, los datos están ahí.

Entramos de lleno en el calvario eurofan que aún arrastra TVE hasta hoy, años 2005 y 2006 fueron el principio. En 2005 se hizo preselección, casi el mismo formato del Eurocanción, del que salieron victoriosas unas desconocidas y anónimas Son de Sol con una canción que no logró superar el 21º lugar, peor puesto de España en Eurovisión desde 1999 con Lydia. El resultado en audiencia son 4,7 millones, casi a la misma altura que los oscuros años 90. 2 millones menos que solo un año atrás y 11 puestos menos. De nuevo, se repite la historia.

En 2006, TVE y Warner cometen una de las mayores vergüenzas del ente en cuanto a su trabajo en Eurovisión: crean una convocatoria ficticia en la que por decreto se sabía que el elegido eran Las Ketchup y una canción de Queco. Se inventan que Chenoa y no sé qué mil artistas más de renombre y no sé cuántos sellos discográficos presentaron canciones. Uno a uno de los nombres citados por TVE desmintieron la noticia, tanto artistas como sellos. Vamos, que hubo enchufe descarado a Las Ketchup con la Warner (desde 1998 arruinando Eurovisión cada vez que han tenido la oportunidad de hacer negocio a costa de nuestros impuestos). La cosa es que TVE pensó que llevando a un grupo conocido como Las Ketchup, con el boom del Aserejé reciente en el tiempo y a pesar de llevar semejante basura de canción, se iba a reflejar en un buen dato de audiencia. Pues ¡¡ZASCA!!! Mismo puesto y casi misma audiencia que en 2005: 21º y 4,8 millones de espectadores. Como diría Schuster: “no hasie falta desirr nada más”. (ACLARACIÓN: Hay que decir, en honor a la verdad, que si bien Chenoa desmintió su participación en dicha ficticia convocatoria, artistas como Azúcar Moreno o Anabel Conde sí que enviaron canciones. Pero la clave de todo, es que aquella convocatoria fue un real paripé en el que desde el primer momento estaba decretado entre TVE y Warner la designación de Las Ketchuo y Queco)

En 2007, tras el atropello del año anterior, TVE tocó fondo con D’Nash que ganaron aquella ridícula preselección que repitieron en 2011 cuyo sistema era elegir cantante y canción de manera separada. La canción ganadora fue la gañanada del Guasón de título “I love you mi vida” que por supuesto, como no iba a ser de otra forma, volvió a no superar el 20º lugar por tercer año consecutivo pero con el peor dato de audiencia desde 1997 bajo el brazo: 3,3 millones de espectadores, de ahí que TVE tocasen fondo. Y todo a pesar de la promoción con la que gozaron D’Nash en 40 Principales, 40 Latino, TVE, etc… No fue suficiente.

Al año siguiente, en 2008, llegó el fenómeno Rodolfo Chikilicuatre, de la mano de LaSexta y El Terrat y el beneplácito del entonces director de TVE que luego vería recompensado su trabajo asumiendo puestos de responsabilidad en LaSexta. No voy a repetir toda aquella esperpéntica historia, pero guste o no, el revuelo del Chiki Chiki funcionó: 9,8 millones de espectadores, el mejor dato desde 2002 y aún sin ser superado a día de hoy además del mejor resultado en la final desde el abandono de OT por parte de TVE: 16º. Ahora, la pregunta es obvia: ¿Hay relación entre el aumento de la audiencia con la mejora de posiciones o es por el revuelo montado por LaSexta y Buenafuente? Creo que se unieron ambos factores, hubo expectación ante la frikada además de la posibilidad de, enviando “esa cosa”, lograr un buen puesto, había quien incluso hablaba de… ¡ganar!.

En 2009 y 2010, TVE repite preselección on-line, de los que en medio de patrañas como Pop Star Queen (de la que Ruth reconoció ser admiradora aquel año en una entrevista en FórmulaTV), Melodías casposas y endivadas que se creen Pastora Soler, John Cobra y Coral Segovia, se llevan sus respectivos billetes a Moscú y Oslo dos artistas totalmente dispares como Soraya Arnelas y Daniel Diges con canciones casi antagónicas. En 2009 vimos aquel intenso duelo de divas entre Soraya Arnelas y Melody con la extremeña como triunfante en aquella emocionante final a las 3 de la mañana (sí señor, creando audiencia desde el primer día) con “La noche es para mí”, una canción rechazada por media Europa y que al final, los tontos de Europa, es decir, Españistán, la eligieron como representante en Eurovisión. Con la regla de tres de los gañanes de TVE, el hecho de que una ex-triunfita, famosa y célebre en España, 4 discos en las tiendas, iba a atraer una audiencia colosal a pesar de la canción nivel 2ª Regional que llevaba la Rubiales. El resultado: el ya célebre Sorayazo, 23er lugar de 25, 23 puntos y una audiencia de 5.122.000 espectadores, muy parecida a la de Las Ketchup en 2006 con las que coincidió también en Bottom5. Por cierto, no quisiera pasar la oportunidad de comentar lo mucho que me cabreó el Top5 de Azerbaiyán con una canción igual de mala o peor que la de Soraya en 2009. Pero claro, ellos tienen los medios para comprar votos y colocar ordenadores en Chipre o Malta que voten masivamente a Azerbaiyán mientras que TVE no tiene dinero ni para unos estúpidos arreglos orquestales en la canción de Diges

Al año siguiente, justo antes de que Coral Pseudo-MónicaNaranjo Segovia destrozase la Green-Room haciendo un ridículo mayor que el de John Cobra (recordemos que la primera es una profesional de la música mientras que el segundo es un cani bakalaeta valenciano que ha estado en la cárcel, ahí está la diferencia), TVE anunciaba que Daniel Diges ganaba la preselección con “Algo pequeñito”. Daniel Diges no era ni de lejos una cara reconocible por el público, un nombre que sonara a todo el mundo y teniendo en cuenta que Soraya en ese aspecto daba mil patadas a Dani, registró una audiencia de 5.760.000 televidentes, sensiblemente superior a la de Poyeya. ¿Repito la frase de Schuster? No hace falta. Los datos derriban frontal y violentamente la abismal estupidez de dudar en la elección de Ruth Lorenzo por la audiencia que pudiese tener el festival este año.

2011 ha sido hasta hoy, la última vez que TVE ha hecho preselección, en esta ocasión de la mano de GestMusic y con un formato muy parecido al Misión Eurovisión de 2007, la elegida fue la gallega Lucía Pérez, cantante para nada conocida en el público que tuvo la mala suerte de toparse con Boris Izaguirre y comerse el marrón de la canción de verbena que le tocó llevar a Dusseldorf. Justo en la edición que a nivel cualitativo musical fue el más alto del s.XXI, donde los ordenadores colocados en Chipre, Malta o San Marino y los maletines lituanos, rusos y ucranianos de Azerbaiyán funcionaron y dejaron a Italia sin la victoria en su gran regreso de la mano de un genio que es Raphael Gualazzi que, repito, es el ganador moral de Eurovisión 2011. La audiencia de aquella gran edición del festival en España fue de 4.724.000 espectadores, 1 millón menos que en 2010 entre dos artistas que en el momento de su representación eran totalmente desconocidos para el gran público. ¿Por qué la diferencia? Es obvia, 16º puesto para Diges (5,7 mill en audiencia) y 23º lugar para Lucía, 7 puestos menos y 1 millón menos de telespectadores.

En diciembre de 2012, TVE nos sorprende con la noticia bomba de que por primera vez desde 2006, el artista que representará a España en Eurovisión ha sido elegido de manera interna y que su nombre es Pastora Soler. El excepticismo ante la noticia por parte del público y de los eurofans es manifiesto, les gusta pero no convence, aunque a medida que avanza el tiempo y con la canción del Guasón ya elegida (la misma que reciclaría un año después para Georgia), la ilusión y la expectación van creciendo hasta que llegamos al gran día de la final con un Top 10 en el bolsillo, que no se lograba desde la retirada de OT del ente público y 6,5 millones de telespectadores con un minuto de oro que rozó los 10 millones. Pero, lo mejor de todo, es que casi clava el dato de audiencia del festival de 2004 donde Ramón logró el mismo puesto, el 10º.

Este año, TVE decidió repetir fórmula de artista consagrado como en 2012 pero no con tanta fortuna. Lo que nunca llegué a entender es el hecho de que los eurofans les gustara tal decisión cuando se sabía, desde el primer momento lo que iba a pasar y el ceraco que se iban a llevar (porque señores, 8 puntos con más de 40 países votando es un cero como una casa de grande, en 1983, el año de Remedios Amaya, votaban la mitad de países, así que en proporción es casi lo mimo). La historia es que el grupo asturiano El Sueño de Morfeo con Raquel del Rosario a la cabeza, fueron a Malmö a defender la imagen musical de España en Europa con el resultado que todos conocemos y ante una audiencia de 5.369.000, 1,2 millones menos que con Pastora, 0,5 mayor que Lucía (con un casi idéntico resultado en las votaciones) pero inferior al número de espectadores que reunió Daniel Diges. Me apuesto un brazo y medio testículo, que si en vez de ser un nombre conocido por todos como el de ESDM, hubiese ido alguien como Lucía Pérez con la misma canción, la audiencia hubiese sido casi idéntica.

Y digo yo, como conclusión a estos datos, si TVE elige este año a Ruth Lorenzo con “un tema cañón” como ella pide, España se posiciona a la cabeza de las apuestas de pago y encuestas, ¿no es lógico pensar que, visto lo visto en estos datos, TVE podría conseguir una excelente audiencia puesto que la expectación sería mucho más alta que la de ESDM? ¿No creen, señores Prieto, Mochales, Llano y Echenique que da igual que te llames Ruth Lorenzo, Muerta Sánchez o Pepito el de los Palotes? ¿Que mandar una buena canción, una buena candidatura, se gane o no, crea expectación y con ello una notable audiencia? ¿No ven que salvo en 1997 y 2008, una buena candidatura, conocida o no, se responde con buenos datos de audiencia o al menos mejores que si mandas bazofias como ESDM, Antonio Carbonell o D’Nash? ¿De verdad creen que si envían a “famosillos” como Efecto Mariposa, Roser o Álex Ubago con una canción que, salvo sorpresón y múltiple alineación de astros coincidiendo en año bisiesto impar, no lograrán sobrepasar el puesto 20 conseguirán una mejor audiencia que con una anónima Ruth Lorenzo pero una candidatura potente y cañón?

No sé qué pasará finalmente, el hermetismo en TVE es absoluto, salvo los globo sonda de El Corte Inglés que son enviados por orden de TVE (por cierto, un poco sospechoso me parece el silencio de ECI estos días) y lo poco que han podido arañar los compañeros de Eurovision-Spain que aun sabiendo más de lo que cuentan, están siendo muy respetuosos con sus fuentes. La tardanza y el mencionado hermetismo en TVE es sumamente sospechoso, algo nuevo se está cociendo en el supuesto Departamento de Festivales de TVE y estoy seguro que la decisión, sea cual sea, vendrá acompañada de sorpresa.

Lo que es seguro es que TVE ha dado un giro importante en su estrategia de cara a Eurovisión. Seguramente no contará con Warner para esta aventura ya que ambos se echaron en cara el Raquelazo de 2013 y la relación entre ambas empresas está a día de hoy muy deteriorada. Dicho Raquelazo ha dejado a TVE en una encrucijada, antes valía la excusa de “nos tienen manía” o “los rusos se votan entre ellos”. La gente ya no se lo traga, ha quedado más que demostrado gracias a Pastora Soler que cuando mandas una buena canción, una buena candidatura, puedes cosechar una buena posición. Si mandas bazofias como lleva TVE enviando (mucha culpa la tienen los espectadores que votan, que conste) desde 2005, no puedes conseguir jamás una buena posición en el festival.

Como he dicho varias veces en este artículo a medio camino entre la opinión, el humor y el análisis, el Raquelazo ha marcado un antes y un después en TVE. No solo por lo comentado con Warner, sino que hay orden política en TVE de tomarse un poco más en serio la participación de TVE en Eurovisión. Hay ciertos peces gordos del ente, los mismos que apoyan la elección de Ruth Lorenzo, que creen que el Festival de Eurovisión es una oportunidad casi a la misma altura que un evento deportivo de potenciar la imagen de España en Europa pero con la música por bandera, eso a lo que muchos llaman la Marca España.

Me consta además, que en el mes de noviembre, cuando TVE estuvo a punto de cerrar, con firma incluida, la representación de Roser en el Festival de Eurovisión, el supuesto Departamento de Festivales de Eurovisión recibió cierta llamada telefónica de alguien con el suficiente poder de convicción como para abortar dicho acuerdo empujando así a los responsables de TVE a buscar otra alternativa ya que no querían repetir el Raquelazo. Así surgieron en serio (porque en realidad se iniciaron en verano pero sin mucho éxito)  las negociaciones entre TVE y Ruth Lorenzo. Ante esta situación, la opción más fuerte es la de Ruth Lorenzo que cuenta con el respaldo de algunos directivos de la más consistente influencia en TVE mientras que siembra de dudas por la supuesta cuestión de audiencia a otra parte importante de TVE, especialmente dentro del Departamento de Festivales. De ahí la idea de preselección abierta a la que ya han dicho que no tanto Ruth como Roser.

El desenlace de todo esto está muy cerca, no sé si el 15, pero cerca está. Y repito, habrán sorpresas mayúsculas, pero lo que es seguro, es que las dudas en TVE sobre Ruth Lorenzo, es solo una cuestión de audiencias.

P.D: Mr X existe y sabe de lo que habla

José Antonio Ayala es periodista musical, locutor de radio y director del programa musical de TT Radio, Hospital Neptuno.

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